Juan Castro: crónica de una vida agitada

“Son geniales, fueron y serán míos” les dijo a María Julia Oliván, Carla Czudnowsky y Ronnie Arias en la última emisión de “Kaos en la ciudad” y acto seguido les dio un beso en la boca a cada uno de ellos. Apasionado, irreverente, sensible, con mucho afecto para dar y demandar, informal, inteligente, buen compañero. Todo esto se dijo de él alguna vez. Mientras tanto, Juan Castro insistía en la creatividad como una forma de encausar su vida, pero también reconocía que era un arma de doble filo: “Al menos en mi caso, la gente creativa tiende a ser insegura, y a tener características bipolares: creerse mucho y poco a la vez” dijo en una entrevista.

Lo cierto es que esta cualidad y el afán de búsqueda signaron su trayectoria desde el comienzo y se formalizó a fines de 2003 con la designación de Castro como director creativo de la productora Endemol (la misma de “Kaos en la ciudad”, “Gran hermano”, “Pulsaciones”, “Operación triunfo” y “Trato hecho”).

La contracara (o quizá la consecuencia que no pudo evitar) de una carrera exitosa y hecha “desde abajo” fue la exposición excesiva de su vida privada ante las cámaras. Las declaraciones más resonantes de Juan Castro se centraron en su sexualidad, a fines de 2001, y su adicción a las drogas, en agosto de 2003, cuando volvió al frente de “Kaos en la ciudad” después de estar internado en la clínica porteña Otamendi.

Murió el 5 de marzo de 2004, luego de tres días de agonía por las heridas que se produjo al caer del balcón de su departamento. La cobertura que algunos medios hicieron de su muerte, envuelta aún en un halo de dudas, generó un debate sobre ética periodística. La banalidad opacó el recuerdo y la trayectoria profesional del conductor.

Pasión por el trabajo

Su primer contacto con los medios fue a los 16 años. Un adolescente de ojos verdes iba a los estudios de la Rock & Pop para escuchar a Mario Pergolini y Ari Paluch en “Feedback”. Más tarde, ese mismo joven, Juan Castro, pasó de fidelísimo oyente a trabajar como asistente de producción del programa. En 1987 siguió en Rock & Pop y al lado de Pergolini como productor de “Malas compañías”. En aquella época también incursionó en el modelaje, estudió Ciencias de la Comunicación en la UBA y locución en el ISER. Además fue traductor de inglés.

Debutó en televisión con “Crema americana”, programa que conducía con Ari Paluch por América dos. Luego revitalizó con su estilo el staff de Telefé Noticias. En alguna oportunidad recordó que cuando trabajaba en el noticiero anotaba todos sus proyectos en un cuaderno, pero nadie le daba oportunidades para concretarlos. Después de siete meses de elaboración, mostró una de sus ideas al canal América dos. Ese fue el comienzo de “Zoo”, el primer éxito de una carrera en la que supo conjugar periodismo comprometido y una perspectiva cool de la realidad.

Con “Unidos y dominados” se acercó más al periodismo de investigación, línea que había empezado a insinuarse en “Zoo”. A los pocos meses, el programa se levantó. A mediados de 2001 condujo “Confianza ciega”, un reality show de parejas.

Finalmente, en marzo de 2002, canal 13 emite “Kaos en la ciudad”. Nominado dos veces al Martín Fierro, es el producto que lo mostró más maduro en el aspecto profesional.

Desde allí intentó adentrarse en la realidad; salir a la calle a buscar la historia marginal.

En el año 2004 estaba previsto continuar con “Kaos”, ya había hecho algunos trámites para realizar una nota en Colombia. El final de la historia es, lamentablemente, conocido por todos.

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