Joss Stone: "Me irrita la fama, no disfruto de la gente que me trata como un ser superior"
A nadie le importó que Joss Stone estuviera resfriada. Como tampoco que tuviera 16 años y, según afirma ella, no supiera cantar. Es que había algo que iba más allá de esos detalles. Había urgencia por captar su frescura y también un poco de extrañeza: ¿cómo podía ser que una inglesita blanca fuera capaz de convencer al mundo entero con sus versiones de Aretha Franklin y The Isley Brothers? Era el año 2003 y la pequeña nacida en Kent, al sudeste de Inglaterra, entraba a grabar The Soul Sessions, el disco que le cambiaría la vida para siempre.
Quince años después, aprendió a querer su álbum debut sin dejar de recordar que no fue un proceso del todo placentero para ella. "No lo disfruté, no me gustaba lo que escuchaba", dice Joss Stone del otro lado del teléfono antes de presentarse el 3 de diciembre en el Teatro Colón, como parte del ciclo LN Cultura. "Me fastidiaba no entender cómo ese disco podía llegar a gustarle a alguien si no me gustaba a mí". Con la voz afectada por su resfrío y una técnica vocal limitada, se paró frente al micrófono a recuperar gemas del soul de los años 60 para traerlos al siglo XXI.
Tal vez por su inexperiencia, las versiones quedaron en una saludable mitad de camino entre la obsesión retro de la época y el desparpajo de su inocencia. "Todos se sorprendían de que una chica de 16 años pudiera cantar con tanta emoción, pero ¿cómo vas a pensar eso? ¡Nadie es más emocional que un adolescente!", afirma.
Aunque, a la distancia, Joss Stone advierte que el éxito de ese disco se debió, en parte, a un componente racista que no le hace nada de gracia: "Siento que me miraban como a los freaks del circo, una suerte de 'miren a esta blanquita adolescente cantando soul'". Sin tener ningún control sobre lo que sucedía alrededor, solo se preocupó por dejar los nervios de lado y tratar de empezar a disfrutar de su nueva vida, una vida que nunca había imaginado. "Lo único que sabía hacer era afinar y cantar a tempo, todo el resto era un completo desastre, aprendí después a ser cantante", reflexiona.
Todos pueden escribir una canción, todos tenemos un costado creativo. Después esa canción puede no gustarle a nadie, pero cualquiera puede sentarse a escribir una
Pero ese aprendizaje se dio frente a los ojos y oídos de todo el mundo. Joss Stone ya se había convertido en la nueva promesa del soul británico y tanto la prensa como el público y sus pares estarían pendientes de cada uno de sus pasos. "Eso fue rarísimo para mí -cuenta-. Imaginate que te están enseñando a escribir y que cada palabra que aprendés sale publicada en un diario para que todos se enteren... bueno, eso pasó con mi forma de cantar, aprendí estando expuesta". Lejos de paralizarse por eso, 364 días después de la salida de The Soul Sessions editó Mind, Body & Soul, su segundo disco de estudio y del que es coautora de 12 de las 15 canciones que lo componen. De inmediato, "You Had Me" y "Wright To Be Wrong" se convirtieron en hits, y ella en la estrella del momento, algo así como la contracara idílica de Amy Winehouse.
Rodeada de la gente correcta, Joss Stone, que ya había dejado hace rato de ser Joscelyn Eve Stoker, surfeó sin conflictos la exposición y el estrellato. "La clave para que ser una celebridad no te afecte es que no te guste serlo", simplifica. "A mí me irrita, no disfruto de la gente que me trata como si yo fuera un ser superior. No quiero que mis fans se sientan inferiores a mí, me pone triste eso. Tengo suerte de que a mucha gente le guste lo que hago, pero eso no me hace distinta. Beyoncé o Britney Spears son personas iguales a nosotros. Prefiero no creérmela y poder tener una conversación normal con el que me vende leche en el supermercado". Con la fama en modo avión, se convirtió en una "freak invisible" -tal como canta en "Parallel Lines"-, y forjó su carrera bien lejos de los escándalos mediáticos. Sus discos (grabó cinco entre 2007 y 2015) y sus giras se convirtieron en su ocupación de tiempo completo, pero nunca dejó de enfocar su energía a cuestiones más terrenales. "La salud de mis perros me preocupa más que mis canciones", dice.
Construir un perfil bajo, sin embargo, no la dejó exenta de que la fama la golpee con momentos difíciles. En 2011, el mismo año en el que editó LP1 y participó de SuperHeavy, el supergrupo que la tuvo de ladera de Mick Jagger, dos hombres que planeaban asesinarla fueron detenidos cerca de su casa. "Bueno, eso fue incómodo -se ríe-, pero es otro ejemplo de que no está bueno que todos te conozcan, porque algunos te aman y otros te odian. Aunque no tengan motivos para hacerlo, simplemente te odian".
-¿Pudiste dimensionar la idea de que haya gente que te quiera muerta?
-No, es algo que todavía no puedo imaginar. Pero tampoco llegué a experimentar el temor real, porque no llegué a verlos, los detuvieron antes de que lleguen a casa. En cierto punto, soy afortunada, hay gente asesinada todos los días por su color de piel. En los Estados Unidos es un peligro real, y en países de África mutilan a los albinos porque dicen que eso trae suerte. Si hubiese nacido en otro país, podría ser asesinada solo porque no me estoy cubriendo el pelo.
-Tu respuesta suena muy lógica, como si hubieses pensado y elaborado mucho lo que pasó.
-Sí, me considero una persona lógica. Trato de traer todo a la tierra y razonarlo así. Eso me ayudó a no creérmela y a manejarme en mi vida. Me rodeo de músicos para hacer canciones y listo, a eso me dedico. A menor escala, una tribu en el Congo hace lo mismo, hacen música y sienten cosas con ella. No creo que sea gran cosa, todos pueden escribir una canción, todos tenemos un costado creativo. Después esa canción puede no gustarle a nadie, pero cualquiera puede sentarse a escribir una.
-¿Cómo fue el proceso de aceptar que tus canciones pueden no gustar?
-Fue algo que aprendí, porque ya desde que sos bebé estás configurado para preocuparte. Buscás validación de tus padres o tus tíos o quién sea. Cuando das tu primer paso, todos te están mirando y esperando que des el próximo. Siempre van a querer más, aunque no lo hagan con mala intención. Tenés que aprender a olvidarte de eso y a querer estar bien con vos mismo. Mi papá, si no le gusta algo te lo dice. Entonces solo espero que mis canciones le gusten a mi papá, pero no me vuelvo loca con eso, es algo que aprendí. Dejar de pensar en la aprobación de las compañías discográficas, e incluso la de tus fans, hace que todo se vuelva más fácil, más simple.
-¿Y eso te llevó a tomarte todo este tiempo sin disco nuevo?
-La verdad es que estoy pensando en no grabar ninguno más (risas). En serio, no pienso en mi carrera como música. Siento que estoy bien así ahora, y si me dan ganas de grabar canciones, las voy a compartir, me voy a asegurar de que todos puedan escucharlas. Pero si grabo un disco, me voy a tener que maquillar para las fotos, salir a dar entrevistas, hacer videos... y ahora no tengo ganas. Hoy prefiero hacerlo de otra manera. Pero tal vez un día me despierte y diga: "Tengo ganas de hacer un disco". Y entonces lo haré.
5 momentos vocales en la discografía de Joss Stone
"If I Had a Dream"
De los grandes momentos que tiene The Soul Sessions (2003), el disco debut de Joss Stone, el comienzo a cappella de "If I Had a Dream" sobresale como uno de ellos. A sus 16 años, se largaba a mostrar su fraseo impoluto, que no mostraba ninguna de las inseguridades que ella sentía en su interior.
"You Had Me"
Sobre un groove contagioso, Joss Stone acuñó su primer hit para la alta rotación en Mind, Body & Soul (2004) . Su voz ya se ampliaba con un timbre colorido y se empoderaba en un canto al amor propio para liberar en la pista de baile.
"Tell Me ‘Bout It"
Introducing Joss Stone (2007) fue el disco de la modernización. Influida por el neosoul y el hip-hop de la época, Joss Stone se cargó de samples e invitados como Common y Luaryn Hill. En "Tell Me ‘Bout It" se animó a su propia lectura del rap sin perder ni una pizca de su encanto r&b.
"Parallel Lines"
Lo más cerca que ha estado Joss Stone de sonar como Stevie Wonder. Su voz se florea entre falsetes delicados y una gola de terciopelo. Detrás de ella, Jeff Beck y Sheila E. le agregan nervio y contextura a un tema que está incluido en Colour Me Free! (2009) pero que de haber sido compuesto en los años 70 tendría carácter de clásico.
"(For God’s Sake) Give More Power to the People"
Como un regreso a las fuentes, Joss Stone grabó en 2012 The Soul Sessions Vol. 2. En su versión del clásico de "The Chi-Lites", la voz de Joss Stone se planta justo en el medio de dos de sus máximas referentes: Aretha Franklin y Janis Joplin.
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