El popular actor y conductor personificará al Señor Wormwood, el padre del querible personaje nacido en una novela y famoso por la versión cinematográfica; el vínculo con sus hijos y su preocupación por la realidad del país y el mundo
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“Todavía no caí”, dice José María Listorti a LA NACION, aún asombrado por la convocatoria a formar parte de Matilda, el musical, el espectáculo que se estrenará el próximo 1° de junio en la sala del Gran Rex y que ya lleva vendidos más de 30.000 tickets. Se trata de una de las producciones de mayor envergadura de la temporada en la que Listorti, personificando al Señor Wormwood, estará acompañado por Laurita Fernández -Señorita Miel-, Agustín Soy Rada Aristarán -Directora Tronchatoro- y Fer Metilli -Señora Wormwood.
“No hago teatro desde 2008, ya que la tele me insumía mucho tiempo, con años donde trabajaba de lunes a lunes, así que no estaba en el radar de los productores”, reconoce el actor, agradecido por la convocatoria que no deja de sorprenderlo. “Lo último que hice fue Pijamas, cuando me han llamado, siempre fue para participar en alguna comedia de enredos o materiales como Toc Toc”. Todas fueron negativas hasta que se le presentó la posibilidad de audicionar para Matilda, el musical, cuyo desembarco en la avenida Corrientes es dirigido por Ariel del Mastro, experimentado profesional responsable de títulos como Cabaret o Disney Violetta Live. La producción está a cargo de Carlos y Tomas Rottemberg, Valentina Berger (GO Broadway), Mariano Pagani (MP) y Pablo Kohlhuber y Fernando Moya (Ozono Producciones).
“Cuando me dijeron que podía audicionar para el papel del papá de Matilda, me vino la imagen de Danny DeVito, que había hecho el personaje en cine y que no tiene nada que ver conmigo, pero -en la versión teatral- el personaje tiene un physique du role parecido al mío”. Listorti preparó una canción, con el asesoramiento de un coach del programa Cantando 2020, que gustó a los responsables del material. “Siempre canté en broma, deformando los temas para las cámaras ocultas”, explica uno de los talentos históricos de VideoMatch y ShowMatch, y conductor de varios formatos producidos por la extinta Ideas del Sur y por Laflia, compañías de Marcelo Tinelli.
Luego de la audición de canto, llegó una prueba junto a Fer Metilli, para testear la simbiosis entre los actores a cargo de los padres de Matilda. “Le tengo que agradecer a Guido Zaffora, quien fue el que siempre me impulsó a hacer un musical y quien le dijo a la productora que me tenían que convocar para el rol que hoy me toca hacer”, sostiene, reconociendo la generosidad del actor y panelista del programa Intrusos.
Matilda, el musical está basado en la novela de Roald Dahl, que vendió más de 250 millones de ejemplares y fue inspiración para el film que recorrió el mundo. La versión escénica, con libro de Dennis Kelly y música y letras de Tim Minchin, lleva doce años en cartel en Londres y cuatro en Broadway con 1500 representaciones, 99 premios internacionales y más de diez millones de espectadores. El show, además, se ofreció en gira en Australia, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Filipinas, Irlanda, Nueva Zelanda, Reino Unido, Singapur y Sudáfrica.
La historia es conocida y sedujo a un público de target familiar. Esa niña enamorada de la lectura que inventa historias para escapar de la realidad se metió en las preferencias del público. Su llegada a un colegio dirigido por una impiadosa directora, hace virar la vida de la alumna hacia un mundo de fantasía.
Uno de los atractivos del material es el protagónico de tres jovencísimas actrices de nueve años, que fueron escogidas en rigurosas audiciones. Ellas son Isabella Sorrentino, Victoria Vidal, Catalina Sofía Picone, quienes irán alternándose en el rol a lo largo de una exigida temporada.
-¿Cómo será el papá de Matilda que te toca componer?
-Es impune, maltrata a esa hija, pero es tan malo que termina siendo absurdo y gracioso. Nunca hice de malo, por eso Ariel del Mastro me decía ´tenés que ser malo en serio, no un malo gracioso´.
-Acostumbrado a la autogestión de tus participaciones televisivas, ¿sos dócil ante las marcaciones de un director?
-Sí, claro. Incluso, en televisión, acataba lo que me decían los productores, aunque estuviera en desacuerdo o no me gustara lo que tenía que hacer. Trato de respetar las jerarquías, sólo no hago algo cuando no me siento cómodo.
-Esta participación en Matilda, el musical puede ser una bisagra en tu carrera, ¿coincidís?
-Espero que sea así. Me preparé para hacer este tipo de trabajos, pero sin renegar de todo lo que hice, sino todo lo contrario. Me gusta hacer de todo, arriesgarme, siempre fue así. Por ejemplo, cuando Este es el show se transformó en un programa de espectáculos, Carla Conte no se animó y yo sí; cuando tuve que hacer una máscara en Gran Cuñado, intenté una y mil veces hasta que me salió; y cuando llegó la posibilidad de conducir un ciclo de juegos, un reality o un magazine, allí fui.
Es difícil definir a José María Listorti. Hubo un tiempo en el que se podría haberlo catalogado como “el de Tinelli”, pero supo virar el timón y, aún siendo producido por el actual gerente de programación de América, les dio sello propio a los proyectos.
Al momento de la realización de la sesión de fotos que acompaña esta entrevista, con las callecitas de Palermo como locación natural, no faltaron los saludos de la gente, los bocinazos de los automóviles, el colectivero que frenó la marcha para emular el sonido gutural tan característico de algunas de sus participaciones televisivas. Podrías decirse que a Listorti bien le cabe el mote de nacional y popular.
“Hay chicos que me conocen a través de sus padres, porque generacionalmente no pertenecen a la era de VideoMatch o ShowMatch”. También las redes sociales, que reproducen los sketches de Listorti en la televisión, son una forma de eternizar aquel tiempo de cámaras ocultas y de aventuras como El insoportable, junto a Diego Pérez. Su público es tan heterogéneo como intergeneracional, algo que es un puntal a la hora de subirse al escenario de Matilda, el musical. “En el Lollapalooza, una chica me dijo ´mi papá es fanático tuyo´, a lo cual le respondí con un ´me mataste´, pero también me reconoció que me seguía y veía los videos de aquellos programas”.
Validación
“Venía muy acostumbrado a trabajar con gente muy conocida por mí. En Ideas del Sur o en Laflia estamos todos hermanados, pero en Matilda me sucede algo diferente, que me genera tensión y placer, ya que no conozco a casi nadie. Cuando me llamaron, ni siquiera conocía al director”.
-¿Era muy exigente la época en la que hacías humor para VideoMatch?
-Sí, tenías la presión de hacer algo que, cuando Marcelo (Tinelli) lo viera, lo eligiera por sobre el trabajo de tus compañeros. Hoy tengo un lugar en el medio, pero, en aquel tiempo, con veintipico de años, pasaban unos días sin que Tinelli eligiera un sketch tuyo y te empezabas a preocupar, venía el miedo a ser despedido.
-¿Cuándo te diste cuenta que habías ganado un lugar en el medio, que tenías un nombre propio?
-No sé si hubo un momento donde sentí eso. Evidentemente, cuando te ofrecen trabajos, entendés que estás en el ojo de los productores.
-Al haber acompañado tantos años a Tinelli, con todo lo bueno que eso significa, ¿creés que también redundó en que otros productores no te tuvieran en su mira?
-Fue una elección trabajar tanos años allí, con gente como Chato Prada, Fede Hoppe, Gaby Fernández, es hermoso trabajar con amigos.
-Tinelli regresará con “Bailando...”, pero aún no hay novedades en torno a Mirtha Legrand y Susana Giménez. ¿Qué opinión te merece la ausencia de estrellas de ese tenor?
-Es muy necesaria la televisión que hacen esas figuras, pero lo presupuestario incide mucho. Además hoy la gente consume redes y plataformas, por eso Susana hizo LOL fuera de la televisión abierta.
-¿Es acotada la televisión de hoy?
-El último gran éxito fue Gran Hermano, pero se trata de un formato que tiene treinta años y 100 argentinos dicen es de la década del setenta.
-No son formatos de creatividad argentina.
-Antes tenías a CQC, VideoMatch y tantos otros, pero las cosas cambiaron. Hoy es imposible hacer todo aquello.
Si de televisión y reconocimientos se trata, discrepa con Aptra, la asociación de periodistas que entrega el premio Martín Fierro: “Nunca nominaron a los humoristas de VideoMatch, cuando el programa ganaba en el rubro humor. Tinelli ganaba su estatuilla como conductor, pero no era el humorista del ciclo”.
-Merecía el premio como conductor.
-Por supuesto, pero los humoristas también merecíamos estar nominados. No soy soberbio y pensar en ganar, cuando había gente como Antonio Gasalla compitiendo, pero, al menos, una nominación.
Se enoja, pero reconoce que algunos de sus compañeros ganaron en el rubro revelación y también fueron nominados por otros programas.
-En determinados círculos se subestima el tipo de programas que conformaron tu trayectoria en televisión. ¿Considerás que Matilda, el musical validará tu trabajo?
-No lo hago con esa finalidad, no necesito que nadie valide nada, sino validarme yo mismo, para saber qué puedo hacer y qué no, y poder involucrarme en un gran desafío; en cuanto a la mirada del afuera, a algunos les gustará y a otros, no, siempre es así. La mirada que me interesa es la del público, no la de la crítica. La subestimación del humor siempre fue de parte de la crítica y de los premios, pero no de la gente.
-Sos muy próximo a la gente.
-El humorista, en general, provoca eso y lo mismo sucede con los cantantes.
-Seguramente por ser un arte asociado a lo mas amoroso de la vida.
-Carlitos Balá se murió y todo un país lloró.
-Hoy no hay programas de humor en la televisión.
-Ni los habrá...
-¿Por qué?
-No se puede competir con el dedito en el teléfono, no se puede correr atrás de TikTok. Hoy, no se resiste un sketch de cuatro minutos, nos acostumbramos a que, si algo no nos gusta, enseguida se cambia. Así, el algoritmo es tan inteligente que te va a buscar aquello en lo que te quedaste más tiempo.
Matilda, el musical se anuncia con una temporada de sólo ocho semanas, donde las funciones multiplicadas de las vacaciones de invierno coparán la agenda de sus protagonistas. José María Listorti hará malabares para poder cumplir con la conducción de su programa Re Tarde que sale al aire, de lunes a viernes a las 16, por la FM Pop Radio. “Me encanta hacer radio, a pesar que por tener tanto trabajo en televisión, tuve que relegar algunas propuestas. Es un código hermoso, donde el oyente te conoce desde otro lugar, mucho más íntimo y directo que lo que se puede generar en la tele”.
Maduración
-Cumpliste 50 años...
-Cumplí 42 más IVA.
-42 más IVA es, simbólicamente, la mitad de la vida.
-Ojalá, no creo que llegue a los 100, en 90 te cierro, más no, ¿para qué?, aunque Mirtha (Legrand) tiene 96 y está impecable, pero no es lo más normal.
-¿Cómo vivís los 42 más IVA?
-Perfecto, los gustos van cambiando y uno va sintiendo otros deseos. Hoy no me veo bailando en los boliches a los que iba a los veinte.
Nombra a New York City, Altro Mondo, Buenos Aires News, La Diosa y otras discos que conformaron su tiempo de noches eternas y fidelidad a la barra de amigos de Devoto, su barrio natal, donde aún continúa viviendo y sin haberse alejado de aquel grupete de la juventud. “Cada etapa de la vida es hermosa. Le preguntás a una persona de 70 si disfruta y te dice que sí, porque aparecen los nietos, otros gustos, siempre hay algo que te lleva a vivir con entusiasmo”.
-¿Te ves trabajando más allá de los 60 años?
-Sí, pero mucho menos. Siempre le digo a Mónica que tenemos que trabajar mucho ahora para poder viajar después.
Mónica es Mónica González, su esposa y madre de sus hijos Franco y Bruno, de trece y nueve años. “Los chicos nacieron en una sociedad donde los paradigmas son otros, muy diferentes a los que manejábamos nosotros. Me interesa mucho estar con ellos, ser cercano, compartir desde una salida hasta una tarde jugando a la Play, eso nos une mucho. Aunque impacta en la cuenta bancaria, no hacer tele me permite estar mucho más tiempo con mi familia. Además, los pibes crecen rápido, en poco tiempo no van a querer ir de vacaciones conmigo”.
-¿Qué pasa con los límites? ¿Sos estricto con tus hijos?
-Sí, claro, soy bastante estricto. Mónica siempre me dice que tenga cuidado con lo que les digo porque mi palabra los marca más, según ella.
-¿Qué te preocupa en torno a la crianza y el mundo que les toca transitar?
-La situación social del país me preocupa, vivimos un momento de mucha agresión y me da miedo, sobre todo con el que va camino a la adolescencia, que salga a bailar y termine a las trompadas o que le quieran robar en la calle. Hay poca tolerancia hacia el otro, opinar distinto se volvió terrible.
-La nociva cultura de la cancelación.
-El que piensa diferente se volvió un enemigo al que hay que eliminar, no entendemos que la democracia tiene que ser eso, no podemos pensar todos lo mismo, sería aburridísimo. Por otra parte, estamos todos en el mismo barco, un barco que se hundió hace rato.
-¿Aparece la imagen de tu papá en tus pensamientos?
-Sí, en pavadas como cuando tengo que arreglar algo en casa o comprar un auto y preguntarme qué diría mi viejo sobre el color, hasta cuestiones más importantes. Aparece seguido.
-¿Cuándo lloraste por última vez?
-Esta semana, viendo una película, pero no me acuerdo cuál era.
-¿Con qué soñás laboralmente?
-Si se hace en Argentina, quiero ser parte del musical de Volver al futuro.
-Se dijo que lo podría concretar el equipo que hace Matilda.
-¿En serio? Ya me anoto.
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