Jaques Morelenbaum: "En mi bagaje cultural, Piazzolla es mucho más que Gardel"
El chelista brasileño, uno de los preferidos de Caetano, se presenta hoy en Bebop para el cierre de su serie de shows en la Argentina
El enamoramiento entre el brasileño Jaques Morelenbaum y el público de nuestro país comenzó hace ya más de 25 años. A principio de los noventa, llegó por primera vez como parte del grupo de Egberto Gismonti y entonces supimos de este violonchelista, hijo de músicos, nacido en Río de Janeiro hace casi 64 años.
"Pese a haber trabajado con mucha gente, la experiencia de tocar con Egberto fue muy importante para mí. Marcó ese primer contacto con el público argentino. Y creo que tiene que ver con que Gismonti es un compositor que hace un tránsito muy natural entre la música popular y la música culta, como si fuese un seguidor de Héctor Villa-Lobos. Igualmente, creo que el amor fuerte con el público de acá terminó de redondearse con mi primera presentación con Caetano Veloso. Aquello incluía una versión de del tango "Mano a mano". Y eso, sumado al carisma de Caetano, creó una empatía inmediata. Pero, por otro lado, creo que así como yo me identifico con el público argentino, el público de aquí se identifica conmigo, porque somos parecidos. En un aspecto, porque el chelo es aquí un instrumento popular, mucho más que en Brasil. Y, además, porque yo tengo una formación cultural con mucha influencia europea, como también tienen ustedes".
-Y después llegó su trabajo para aquel álbum tan querido por aquí como fue Fina estampa.
-Claro. Ese fue mi segundo trabajo con Caetano. Fue importante en mi relación con ustedes y también en lo personal, porque siempre es muy bueno trabajar con artistas tan potentes como Caetano, pero además porque fue una experiencia muy enriquecedora hacer los arreglos para un disco con canciones en español.
Después de aquellas experiencias de los años 90, Jaques Morelenbaum ha venido muchas veces a nuestro país. Y ahora está nuevamente en Buenos Aires para hacer una serie de conciertos -hoy será el de cierre- en Bebop Club. Lo hemos visto junto a su esposa, la cantante Paula Morelenbaum, como integrante del Cuarteto Jobim-Morelenbaum o con el Cellosam3atrio, que vuelve a traerlo en este caso y que comparte con Lula Galvão en guitarra y Rafael Barata en percusión.
-Siendo hijo de músicos del ámbito académico y habiendo elegido un instrumento como el violonchelo, ¿no pensó en ser un artista del mundo de lo clásico?
-Yo empecé a interesarme en escribir, hacer arreglos, improvisar, hacer música para cine, tocar conciertos, desde muy temprano. Así es que nunca tuve ganas de concentrarme en un proyecto como solista clásico. Tenía ganas de vivir experiencias con músicas de diversos orígenes y tendencias. Yo empecé mi vida adulta en un momento muy emblemático para la cultura pop, en los años 60 y 70. De modo que tuve, por supuesto, mi grupo pop en el que tocaba el chelo. Mis influencias en la juventud fueron los Beatles y el Club de Esquina de Milton Nascimento, que hacía esa fusión de rock con la música popular brasileña. La sofisticación de la bossa nova llegó más de adulto, cuando empecé a tocar con Jobim.
-¿Cómo fue esa transición?
-Trabajé con Tom Jobim, que es creador fundador de la bossa nova. Pero, más allá de eso, era un hombre de mucha cultura que tenía como fuente de inspiración a los impresionistas y a la gente de la música clásica, que buscaba la sofisticación de las armonías. Todo eso, combinado con la danza del samba, dio como resultado un producto cultural que muestra esa unión entre lo culto y lo popular que se llamó bossa nova; y yo tuve la suerte de trabajar con él.
-¿Qué tiene la bossa nova que ha sido un punto de inflexión tan grande en la música de todo el mundo?
-Lo que te decía. Es una música especial porque consigue juntar la inteligencia, la sofisticación y el pensamiento artístico con la cultura pop, con el placer de disfrutar la música relajadamente fuera de la sala de conciertos. Tiene sensualidad y un poder de comunicación muy fuerte. Ha atraído gente de mucho talento y terminó transformándose en una nueva música clásica. Son ya 70 años que existe y aún hay gente joven que compone bossa nova. En verdad, es el samba con un bagaje sofisticado, chic, inteligente, sutil. Y a eso hay que agregar la carga poética, lo que hizo que se sumaran letristas como Vinicius, Chico Buarque, el propio Caetano y tantos más.
-¿Qué es lo que está mostrando con el trío esta vez en Buenos Aires?
-Lo que hago es sumar mis composiciones a las de la gente con la que he tocado y colaborado, mis maestros, como Gilberto Gil o Caetano, entre otros. Es un repertorio que se va armando mucho desde el deseo; es música que me inspira, que me enseña, que tengo ganas de escuchar, que quiero transmitirle al público. Que creo que es, además, lo que el público busca en mí.
-¿En qué lugar ubica a Ástor Piazzolla, a quien ha interpretado muchas veces, en su vida artística y en relación con el tango?
-Para mí, con mi visión exterior del mundo del tango, creo que Piazzolla siempre tuvo el sabor, la salsa y la esencia del tango. El tango que yo imagino y fantaseo en mi bagaje cultural es Piazzolla mucho más que Gardel. Con mi formación y mi interés por la música más abstracta, el máximo de identificación que tengo con la música argentina es él. Sé que no es un tanguero tradicional, pero tampoco yo soy un sambista tradicional. Pero por supuesto, además, era un músico de un talento muy especial, tanto como compositor cuanto como instrumentista o arreglador.
-¿Qué actividad lo espera este año, más allá de estos conciertos en la Argentina?
-Sigo trabajando con un proyecto que salió el año pasado, que hice con la cantante Zélia Duncan, solo en voz y chelo, dedicado al universo de Milton Nascimento, con canciones que él interpretó, suyas o de otros autores. Es parte de un proyecto más grande que se llama "Inusitados", en el que varios artistas fueron convocados para hacer cosas que no hacen normalmente. Zélia aceptó esa invitación y a su vez me llamó a mí para compartirlo. Era un desafío grande hacer un concierto grande solo de voz y chelo, pero al público le gusto y resultó un disco, que se llama "Invento +". Estamos haciendo conciertos con eso.
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