Jagger y Scorsese, en los años 70
El director norteamericano vuelve a la TV, ahora con una serie sobre el rock y la industria discográfica en una Nueva York con aura vintage que HBO estrena mañana y cuenta con el cantante de los Rolling Stones como productor
NUEVA YORK.- Cuando conocemos a Richie Finestra, protagonista de Vinyl, la serie que HBO estrena mañana, a las 23, su situación personal no puede ser peor. Corre el año 1973 y el vapuleado ejecutivo discográfico interpretado por Bobby Cannevale ya perdió su fe en la industria de la música, dejó olvidada su sobriedad en la barra de algún bar y tiene graves problemas que él solito se buscó.
Y sin embargo, cuando parece a punto de tocar fondo, a pocos pasos de la mugrienta esquina del centro de Manhattan donde fue a comprar cocaína, Richie cree vislumbrar la esperanza: el atronador concierto de rock de una banda en ascenso, The New York Dolls, en el Mercer Arts Center.
No es casual que, desde el arranque, con su mezcla de sombría realidad, nostalgia por la Nueva York de los 70 y una banda de sonido roquera, Vinyl se parezca tanto a una película de Martin Scorsese: el cineasta no sólo es el productor ejecutivo de la serie, sino que dirigió el episodio piloto de dos horas.
Y si con ese pedigrí no alcanzara para contar esta historia de malas conductas, crisis existenciales y el poder redentor de la música, a Scorsese se le suma Mick Jagger como otro de los productores ejecutivos de la serie.
Con un elenco que incluye a Olivia White, Ray Romano y Juno Temple, y una estética que mezcla personajes ficticios con actores que interpretan a estrellas musicales de la vida real (David Bowie, Elvis Presley y Lou Reed), la serie es ambiciosa, costosa y, según su equipo creativo, lo más parecido que puede encontrarse a un reencuentro de Led Zeppelin.
El encargado del día a día de la producción de la serie, Terence Winter, recuerda que cuando fue convocado para el proyecto pensó: "Si están Martin Scorsese, Mick Jagger y hay rock and roll, no me importa lo que sea. Yo quiero ser parte de esto".
Para HBO, que actualmente es la cadena responsable de Game of Thrones, Veep y Girls,Vinyl es una importante incorporación a su oferta de pantalla: una forma de asegurarse a Scorsese y Jagger en su bolsa de talentos y de impedir que le ganen de mano los competidores del cable y los servicios de streaming, como Netflix, que ya están preparando sus propias series sobre la década del setenta.
Para tener éxito, Vinyl tendrá que estar a la altura de su seductora temática y de sus superestelares productores. Y tendrá que encontrar un argumento coherente y atractivo a partir de la entrañable pero bastante abstracta idea de que la música definió la vida de las personas de aquella época.
Como explicó Scorsese a principios de este mes durante la jornada de prensa en la Asociación de Críticos de Televisión de Estados Unidos, haber crecido escuchando ese rock significa que uno ve la vida "con esa música sonando de fondo". El objetivo de la serie, dijo el director, es que "la música se vuelva parte del relato, pero al mismo tiempo todo el relato es una pieza musical".
La música ha sido un elemento persistente tanto en las películas de ficción de Scorsese como en sus documentales sobre el rock, como El último vals (sobre The Band) y Shine a Light (sobre los Rolling Stones).
Mick Jagger explicó por su parte en una entrevista que al hacer foco en la década de 1970 la serie puede pintar un cuadro bastante preciso de un momento apasionante e incierto de la música, cuando una metrópolis en decadencia se convirtió en crisol del punk, la música disco y el hip-hop. "Nueva York estaba en la ruina -dice Jagger-. Había muchos pobres, muchos ricos y una enorme desigualdad. Y todo eso sobre un telón de fondo urbano bastante duro y sombrío." Y agrega: "Ya me olvidé de cómo era la ropa tonta de entonces. Había cosas francamente ridículas, y otras que eran geniales".
Les llevó un año llegar a ese punto en el desarrollo de Vinyl, que originariamente fue pensada como una película que habría de llamarse The Long Play, que Scorsese y Jagger venían pergeñando desde el año 2000 y en la que pensaban hacer un seguimiento ficcional de personajes de la industria musical a lo largo de varias décadas y movimientos culturales.
Terence Winter, ganador de un Emmy como productor de Los Soprano, era uno de los guionistas que trabajaban en el guión de The Long Play, pero según cuenta, en 2008, "la economía mundial se vino abajo y de repente el teléfono dejó de sonar".
"En el estudio empezaron a pensar que no era momento de encarar una película épica y de época de tres horas de duración", dice Winter, quien también escribió para Scorsese el guión de El lobo de Wall Street.
Para el protagonista masculino de Vinyl, Richie Finestra, el angustiado presidente de American Century Records, los productores pusieron el ojo en Bobby Cannevale, ganador de un Emmy por su interpretación del pandillero de pocas luces Gyp Rosetti en la serie Boardwalk Empire, con la que ya había entablado un vínculo con Scorsese.
Cannevale recuerda que en una de las primeras mesas de lectura, mientras interpretaba una de las escenas cada vez más violentas de Rosseti, "Marty (Scorsese) se empezó a reír por lo bajo y no podía parar de reírse."
Y en otra escena, cuando Rosetti golpea a un personaje hasta matarlo, Cannevale dice que Scorsese "se destornillaba de risa, y me pateaba la pierna".
La preparación de Cannevale para Vinyl fue extensa y también íntima, con reuniones con el representante de artistas Danny Goldberg (manager, entre otros, de los Beastie Boys y Nirvana); clases de guitarra con Lenny Kaye, uno de los fundadores del Patti Smith Group, y sobre todo, mucho tiempo con Scorsese, quien lo ayudó a perfilar el personaje de Richie.
"Marty me dijo: «Mirá, Richie es un tipo grandote que le pone la mano encima a todo el mundo. Quiero que recuerdes eso. Quiero que Richie sea así»", recuerda Cannevale.
Olivia Wilde, una veterana de series como House y The O.C., también quiso saber qué se esperaba de su personaje, Devon, esposa de Richie y antigua figura de la decadentista escena del arte neoyorquino.
Cuando entró en conversaciones con los productores de la serie, Wilde les dijo: "Considérenme una fan desde ahora. Pero antes de firmar el contrato quiero que me aseguren que no me están pidiendo que interprete a una de esas amas de casa sufridas. Quiero estar segura de que el personaje tiene profundidad".
Wilde dice que no sólo quedó satisfecha con el trasfondo de la historia personal de Devon, ex musa y confidente de Andy Warhol, sino también con la actitud abierta a la colaboración de los productores. "No era uno de esos casos en los que tenés que respetar al autor hasta la última coma", dice.
La producción del episodio piloto de Vinyl comenzó a mediados de 2014 y duró 35 días, tiempo durante el cual Winter dice haberle dejado el terreno libre a Scorsese para trabajar.
Cannevale, que trabajó un promedio de 16 horas diarias durante toda la semana interpretando a ese ejecutivo discográfico frenético y más de una vez drogado, dice que el sacrificio y el compromiso al lado de Scorsese valieron la pena. "Es lo que siempre quise hacer. Si hubiese tenido que trabajar el doble de tiempo, me habría dado lo mismo."
Desde que HBO decidió realizarla, Vinyl se ha convertido en uno de sus proyectos de mayor envergadura: el set ocupa más de 1000 metros cuadrados de los Steiner Studios, en Brooklyn, donde fueron recreadas hasta el más mínimo detalle las oficinas de la American Century. El set reproduce un enorme espacio de trabajo poblado de tapas de discos antiguos, ceniceros de época, archiveros y máquinas de escribir, todo en medio de una simulada neblina de humo de cigarrillo. En los pisos superiores del estudio están las oficinas de producción de la serie y un gran departamento de vestuario, todo en las dependencias que antes ocupaba la producción de Boardwalk Empire, que terminó en 2014.
Nadie se atreve a comentar los costos de producción de la serie, que incorpora tanta música nueva y vieja que HBO planea lanzar un nuevo disco por cada episodio de la serie. Pero Winter le dijo a la gente de HBO: "Sí, la cuenta va a ser bastante alta, pero la recompensa será increíble".
Y cuando le preguntan si no suscitará comparaciones con otras series vintage de ambiente neoyorquino, como Mad Men, Winter se encoge de hombros. "Lo lamento mucho, pero no puedo hacer nada al respecto. Estamos en Nueva York: acá la gente trabaja en oficinas."
Para Mick Jagger, esta producción es su debut en una de las pocas ramas de la industria del espectáculo en la que todavía no había incursionado, y sigue aprendiendo sobre los alcances de su participación en el proceso creativo. "No es que vaya a dedicarle las 24 horas del día, porque no es mi función. Pero es como un hijo al que uno no quiere abandonar. Sin llegar a obsesionarse, hay que asegurarse de no soltarle la mano."
Y otra de las razones que tiene Jagger para no perderle ojo a Vinyl es que su hijo James es uno de los actores: interpreta al líder de una banda novata de proto-punk. "No voy a decir que insistí para que lo contrataran. Simplemente pedí que lo dejaran audicionar."
Winter dice que éste también ha sido un nuevo capítulo en la formación cultural de Scorsese, ya que tuvo que aprender a traducir su buen oído para el rock a un formato visual, y aportar su saber cinematográfico a la pantalla chica. Recuerda una conversación en la que le explicó a Scorsese la diferencia entre una serie y una miniserie. "Le dije que una miniserie es una secuencia finita: seis, ocho, o diez episodios, y se acabó. Pero en una serie, hacés el piloto, y ahí arranca todo."
Y Winter recuerda con afecto la rápida respuesta de Scorsese: "¿Entonces eso quiere decir que el piloto es la película y que lo que pasa en la serie viene después de la película? Ya entiendo. Entonces, yo hago la película, y después ustedes hacen la serie".
The new york times
Traducción de Jaime Arrambide