J Balvin, el niño de Medellín: su familia perdió todo, soñó con ser millonario y ahora lucha contra la depresión
Amazon Prime Video acaba de estrenar un documental sobre el artista que aborda su carrera musical, pero también su costado más íntimo
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“La gente ve la gloria, pero no sabe la historia”, dice J Balvin en el trailer de la serie documental J Balvin, el niño de Medellín, que se estrenó este viernes -en el día de su cumpleaños número 36- en Amazon Prime Video. La producción sigue al artista colombiano mientras se prepara para dar un concierto con entradas agotadas en su ciudad natal, pero también expone su intimidad, su lucha contra la depresión y relata cómo las necesidades que sufrió su familia cuando era niño lo llevaron a convertirse en una estrella.
José Álvaro Osorio Balvín, como es su verdadero nombre, nació en Medellín, Colombia, el 7 de mayo de 1985. Vivía en una casa grande, en un barrio de clase media, ubicado en aquella mítica ciudad que saltó a la fama mundial como la cuna del imperio del contrabando de cocaína de Pablo Escobar.
Según contó en 2016 a la revista The Father, cuando el cantante estaba terminando el secundario, el negocio de su padre Álvaro Osorio Gofar, que es economista y empresario, quebró. Tras esta situación, perdieron su casa, su auto y tuvieron que mudarse a un barrio más modesto.
Pese a que su padre señaló en una entrevista con Gatopardo que en su casa nunca faltó lo necesario para vivir, reconoció que tuvo años en los que subsistía con las tarjetas de crédito colapsadas y con problemas de dinero. Esa experiencia llevó a Balvin a sentir que no encajaba en ningún lado. “Cuando iba al barrio, la gente me veía como una persona rica, pero cuando estoy con gente rica me ven como alguien del gueto. Son todas percepciones. Me gusta moverme entre mundos. Me siento igualmente cómodo en ambos“, admitió el artista.
Entre los 17 y los 19 años, Balvin se fue a vivir a los Estados Unidos. Primero, como estudiante de intercambio en Oklahoma. Luego, decidió quedarse y pasar un tiempo en Nueva York, en la casa de una de sus tías. Allí trabajó como techista, pintor de casas y paseador de perros.
Esta etapa de su vida lo llevó a rechazar, en 2015, una presentación en Miss USA, a modo de protesta contra Donald Trump -organizador del certamen- que durante su campaña presidencial había hecho declaraciones racistas, en las que trataba de criminales a los inmigrantes ilegales. “Me sentí ofendido porque también trabajé ilegalmente en los Estados Unidos. Yo no era un narco ni un violador. Y pensé en las personas con las que trabajaba, y eran buena gente que solo intentaba salir adelante. Por eso ni siquiera tuve que pensar en cancelar. La dignidad no es negociable”, sentenció.
Pero, volviendo a los inicios de su carrera, “El Cabezón”, como lo apoda su padre, soñaba con dedicarse a la música y también con ayudar a su familia a escapar de la miseria. “La necesidad me mostró que tenía que moverme más rápido. Tenía que hacerlo todo. La vida me trajo un momento difícil cuando mi padre quebró, tuve que salir de la zona de confort. Dije: ‘¿Cómo puedo hacer para sacar a mi familia adelante?’ Si no hubiera sido por la quiebra de mi padre, yo no sería lo que soy. Yo vi la oportunidad de sacar a mi familia adelante, pero siempre amando mucho la música”, reconoció el también productor discográfico.
Al principio, probó por el lado del hip hop, del rap y brilló en batallas de estilo libre. Pero su papá le recomendó escuchar el hit de Daddy Yankee que estaba sonando en las radios y volcarse para el lado de ese género musical. “Le dije: ‘Hijo, por ahí estuve escuchando una música en Rumba Stereo, se llama la ‘Gasolina’, es un género que se llama reguetón, a mí me gustó mucho. Hijo, escuche esa canción, haga algo comercial, aunque no sé si usted quiera vivir de la música’. Entonces él me dijo: ‘Padre, yo quiero ser millonario, yo quiero ser rico, yo veo tus necesidades económicas”, recordó Osorio Gofar.
Y agregó: “A la semana siguiente me dijo que le había gustado. Al poquito tiempo hizo la canción ‘Panas’”.
Su carrera musical estaba despegando y su padre no tenía trabajo, así que le pidió que lo ayudara como su mánager, rol en el que Álvaro se mantuvo por diez años. Pero, a medida que crecía su relación laboral, la de padre e hijo se volvía tensa. Eso desestabilizó al artista y lo hizo experimentar una fuerte depresión. Por ese motivo, decidió buscar un nuevo representante y preservar su vínculo familiar.
En cuanto a la madre de Balvin, Alba Mery Vásquez, padecía una rara condición genética de porfiria intermitente aguda, que le causaba convulsiones, dolor crónico y problemas de salud mental. Sin embargo, la mujer aseguró que se curó luego de que una luz blanca la envolvió en el oratorio que tiene su hijo en su vivienda, lo cual calificó como “un milagro”.
“Mi mamá tenía porfiria aguda intermitente, una enfermedad en la sangre que complica la calidad de vida y los dolores son intensos. Hace dos meses se curó milagrosamente. La espiritualidad de cada persona y su poder mental influyen en la somatización de lo que pase en el cuerpo. Creo que ella la maneja de una manera muy especial y después de vivir con eso treinta años, ahora está superbién”, señaló en diálogo con El Tiempo.
En enero pasado, Balvin contó en las redes que Alba debía ser sometida a una cirugía de cabeza y pidió que rezaran por ella. Desde entonces, no volvió a tocar el tema.
El vínculo con su familia es fundamental en su vida; de hecho, se tatuó esa palabra en su cuerpo y le puso ese nombre a uno de sus discos (La Familia). Además de sus padres, Balvin tiene una hermana cinco años mayor que él, llamada Carolina, que es madre de sus dos sobrinas.
Según indicó el medio colombiano Protagonista, el intérprete disfruta pasar tiempo con ellos y, cuando se encuentra de viaje, su madre lo acompaña todo el tiempo a través de WhatsApp, medio por el cual se mantienen en permanente comunicación. En 2020, el artista lanzó su primer podcast en Spotify, llamado Made in Medellín. En el capítulo ocho, hablan sus padres y cuentan que todas las noches tienen contacto telefónico. Es a través de un grupo de WhatsApp que se llama “Cacharrería la 70″, donde están todos los miembros de la familia.
“Mi familia es un círculo muy pequeño. Padre, madre, mi hermanita, mi abuela, mis tíos, mi sobrina. Somos muy pocos. Pero la verdad nos queremos mucho”, le dijo el artista a Univisión.
Además del nombrado círculo íntimo, en 2017, Balvin conoció a la argentina Valentina Ferrer, con quien está esperando su primer hijo, que sería un varón. La modelo, de 27 años, formó parte del videoclip de “Sigo extrañándote”. Un año más tarde, la pareja hizo público su romance, cuando acudieron juntos a la New York Fashion Week.
Ataques de pánico, meditación y mandalas
En sus años de fama, J Balvin no escondió sus problemas de salud mental. Habló sobre sus recaídas, los tratamientos que tuvo que realizar y afirmó que la meditación le salvó la vida. También relacionó lo que le pasa con su infancia y su familia.
A fines del año pasado, el artista contrajo coronavirus y sufrió un cuadro de depresión. Ya recuperado, reflexionó en sus redes sociales: “Acepto y enfrento los aspectos que afectan mi cuerpo y mi mente, y reconozco que soy vulnerable y muy frágil ante esta y miles de situaciones más”.
Su madre no estuvo ajena a este proceso del artista e incluso le manifestó su apoyo públicamente. En Instagram, por ejemplo, publicó una foto suya con un mensaje acerca de las enfermedades mentales: “Hay que buscar criterios luminosos y esos solo los podemos encontrar en los profesionales de la #SaludMental. Tener ansiedad o depresión no es sinónimo de pena o vergüenza. El alma también llora y por ello es importante hablar”, escribió.
En 2015, en una entrevista que dio antes de brindar un recital en Comodoro Rivadavia, en la Patagonia argentina, Balvin reveló que pinta libros para aliviar el estrés. “Ese es mi hobby. Coloreo mandalas. Me ayuda a relajarme“, reconoció.
En relación a los ataques de pánico, el artista contó: “A veces suceden cuando trabajo demasiado y no duermo”. Y recordó que la primera vez que experimentó uno fue en 2012, mientras se subía a un avión en Bogotá. Balvin lo describió como “una abrumadora sensación de desesperación”. Y contó: “Por dos meses más, estuve en el infierno. Perdí las ganas de vivir. Fui a muchos médicos y probé la medicina alternativa. No quería ir a un psiquiatra porque pensaba que era para locos. Y resultó que estaba loco“.
Sin embargo, Osorio Gofar ubica el comienzo de los problemas de su hijo cuando recién iniciaba su carrera artística, y culpa por eso a un médico. “Hace muchos años, cuando Josecito apenas estaba empezando con el reguetón, lo pusimos en manos de un médico bioenergético porque tenía mucha ansiedad. Ese médico fue el que lo dañó cerebralmente, porque mi hijo nunca tuvo esos problemas tan hondos”, sostuvo en la entrevista con Gatopardo.
Según el padre de Balvin, el especialista les dijo que “le había reseteado el cerebro”. Y recordó una situación que vivió junto al artista en 2010: “Me llamaron de la petrolera Pacific Rubiales porque necesitaban un evento para el 24 y el 31 de diciembre, digamos que en ese momento se cobraban 10 millones pesos colombianos por concierto, pero como era esa fecha yo cobré el doble, 40 millones de pesos. Cuando tuvimos que viajar José estaba totalmente mal, no quería ir. Tuvimos que conseguir un avión privado para acompañarlo”. El empresario colombiano agregó que el intérprete de “Mi gente” viajó con su mamá acariciándole la cabeza y su tía, las manos.
Días antes del concierto del gran concierto de Medellín, que es abordado en el nuevo documental de Amazon Prime Video, el músico sufrió ataques de pánico. Según su padre, lo que más ansiedad le genera es caerse del parnaso musical moderno. “José está en este momento en el techo celestial de los grandes artistas del mundo y ese miedo de no dejarse caer de allá es lo que le produce la ansiedad, y esa ansiedad es lo que lo lleva a estar ahí y no despegarse”, afirmó.
Sin embargo, su hijo reconoció en una entrevista que su mayor temor es “morir joven”, antes de cumplir sus sueños. En su podcast, Balvin se refirió a sus crisis de ansiedad y a la relación que tienen con su pasado: “El 99% de nuestros temores son programados por nuestros padres, sin querer queriendo”, dijo haciendo un guiño a la famosa frase del Chavo del 8.
Y relató: “Yo recuerdo que cuando tenía siete años le decía a mi madre que no tenía dinero para abastecer a mi familia cuando tenga hijos. Era porque escuchaba a alguien en mi familia decir que hacer dinero era muy difícil. Esos chips y esos temores me hicieron trabajar más que los demás. Quizás me hicieron un favor pero también crecí escuchando los temores de los demás y terminaron siendo los míos”.
En la serie de ocho capítulos de audio de Spotify, el reguetonero también señaló que Alba Mery siempre lo incentivó a ser el mejor en todo y que eso lo hizo autoexigente, lo que muchas veces lo lleva a sentir frustración.
Pero tanto los medios como la familia del artista hacen hincapié en cómo se transforma cuando sube al escenario. José Álvaro puede estar pasando su peor momento, pero J Balvin conquista al público y mueve multitudes.
“Cuando se subió a la tarima se convirtió, todos nos preguntábamos dónde estaba el depresivo. La depresión se contrarresta, químicamente, con adrenalina y yo creo que cuando él se sube al escenario, explota y la depresión se le va, se convierte en un monstruo”, afirmó su padre.
Sobre el documental
El niño de Medellín sigue a J Balvin mientras se prepara para dar el show más importante de su carrera: un recital con localidades agotadas en un estadio en su ciudad natal de Medellín, Colombia.
Al acercarse el evento, las calles del país explotan con inestabilidad política, obligando al músico a enfrentar su responsabilidad como artista para su país y sus legiones de fanáticos alrededor del mundo. A su vez, mientras la presión pública se incrementa, detrás de cámaras el artista debe lidiar con la ansiedad y depresión que lo afectan.
La producción está a cargo del realizador nominado al Oscar y ganador del Emmy Matthew Heineman (Cartel Land, City of Ghosts, A Private War), quien logra un retrato asombrosamente íntimo de una de las figuras más relevantes de la escena internacional del género urbano, en uno de los momentos más cargados de emoción de toda su vida.
El lanzamiento de la producción se da en medio de un momento de tensión política y social en Colombia, que dejó decenas de muertos y heridos. En el país, hay paro nacional desde el 28 de abril pasado y se denuncian violaciones a los derechos humanos. Balvin habló del tema el 1 de mayo y apoyó las manifestaciones en contra de la reforma tributaria, pero lo acusaron de usar este suceso para promocionar su documental, según consignaron medios colombianos.
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