Intensas actuaciones en un relato conmovedor
Todas las rayuelas / Autor: Carlos La Casa / Intérpretes: Hugo Arana, Esteban Meloni, Paula Ransenberg, Daniel Dibiase, Heidi Fauth / Escenografía: Alejandro Mateo / Iluminación: Leandra Rodríguez / Vestuario: Adriana Dicaprio / Música: Damián Laplace / Video: Lucio Bazzalo / Asistente de dirección: Melania Barreiro / Dirección: Andrés Bazzalo / Sala: Multiteatro, Corrientes 1283 / Duración: 80 minutos / Nuestra opinión: buena
Esta pieza del actor, director y dramaturgo Carlos La Casa ganó el concurso Contar 3, organizado por la Asociación de Empresarios Teatrales, la Asociación Argentina de Actores y Argentores. Estas entidades suman esfuerzos a través de este certamen, anualmente, con el fin de divulgar la creación dramática nacional en el circuito comercial de la calle Corrientes.
Todas las rayuelas es una obra de estructura dispar, pero que logra, sobre todo en los tramos finales, ganar la emoción del espectador. Lisandro, un hombre mayor, que se exilió en Europa en tiempos de la dictadura, regresa a Buenos Aires con el profundo deseo de reencontrarse con su hija. Sólo trae una valija que provoca la atención de los agentes aduaneros. Está únicamente cargada con distintas ediciones de Rayuela, la novela de Julio Cortázar. El protagonista es detenido porque a las autoridades les sorprende el contenido de ese único equipaje. Pero Lisandro se las arregla para convencer a un empleado sobre la veracidad de su historia personal y logra que él lo lleve a vivir a su casa y hasta lo ayude a dar con el paradero de la joven, a cambio del pago de unos euros.
La obra posee un buen diseño de personajes. Inquieta en muchos momentos de su desarrollo, la atención decae en ciertas situaciones en las que el conflicto se detiene para reparar en cuestiones menores del devenir de la vida de esos seres.
Todas las rayuelas encuentra en la dirección de Andrés Bazzalo a su mejor guía y constructor escénico. Él pone el foco en la individualidad de cada uno. Extrae de sus actores su mayor sensibilidad y arma un juego en el que potencia las relaciones entre los personajes y logra llegar a un final inesperado y sumamente conmovedor porque devela una historia pasada conocida por muchos, seguramente, pero que La Casa construye con mucha sagacidad.
El elenco es muy homogéneo. Hugo Arana es un excelente conductor de esa trama. Hay escenas magníficamente desarrolladas: el encuentro íntimo con la esposa del agente aeroportuario (Paula Ransenberg) en el comedor de la casa; la relación que entabla con el marido de ella (Esteban Meloni), que durante toda la obra muestra un crecimiento muy interesante y su mejor momento es cuando, en el living, comparten un cigarrillo de marihuana. La escena en que Arana relata el instante en que su pareja es capturada por las fuerzas de seguridad del gobierno militar es extremadamente conmovedora. Allí el intérprete, mientras narra, proyecta unas imágenes enternecedoras. Sin embargo, las escenas con su hija (Heidi Fauth) no llegan a alcanzar la dimensión sensible que el espectador espera. Ella ha sido el objetivo de su viaje, él espera ese momento. Sus encuentros no poseen la intensidad necesaria. Aunque en un rol pequeño es destacable el trabajo de Daniel Dibiase.
Todas las rayuelas es un buen material que expone las secuelas que dejó cierto período histórico de la Argentina, doloroso, y que no se ha representado de forma continuada. La obra gana con esos intérpretes, de la mano de ese director, y es muy importante que estas historias se expongan en el circuito comercial.
Carlos Pacheco
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