I Ching: soluciones creativas
El Libro de las mutaciones ayuda a llevar el pensamiento más allá de las palabras que limitan la realidad
¿Por qué hay personas que son más creativas que otras, que tienen más imaginación, que solucionan sus problemas más fácilmente, que parecen más inteligentes? "Es una pregunta que se suele escuchar habitualmente, pero suponer que se debe a que poseen más talento sería una forma simple de esquivar el tema. La respuesta correcta, según nuestro entender, es que hacen un diferente manejo de la mente. Que escapan de la jaula del pensamiento cotidiano, verbal, no califican, no nombran, no traducen a palabras lo que les pasa. Y cuando logran hacerlo, descubren, como el canario liberado, que existe espacio, aire y todo un mundo más allá de los barrotes de las palabras que lo encerraban", reflexiona Osvaldo Loisi, estudioso del I Ching, el mítico libro de las mutaciones, y autor de una versión que lleva como subtítulo Un método de autoindagación y orientación personal .
Un puñado de arena. "El pensamiento verbal no permite ver la realidad completa; la tamiza. Impide percibir que lo que nos pasa es algo que viene de una situación anterior y se dirige hacia otra, algo dinámico, en movimiento. Que cualquier método que se utilice para conocer, representar o actuar sobre la realidad la limita, imprimiéndole las características del propio instrumento que se emplea. Como ocurre cuando vamos por una playa y recogemos un puñado de arena. Al abrir la mano veremos que la arena ha tomado la forma que nosotros le hemos impreso. Lo mismo pasa con el mundo y la realidad que nos rodea, todo lo conocemos en términos verbales. Todo es oración lingüística, todo es mandato, calificación, valoración, sujeto y predicado que se suceden lineal y causalmente. Pero la realidad, ¿será tan limitada como la representamos?", se pregunta Loisi.
Antiguo libro de sabiduría. El primer paso, sostiene, es atreverse a cuestionar la forma de pensar que usamos y descubrir si existen otros modos de manejo del intelecto. "Después de 20 años de estudiar y buscar formas alternativas del uso de la mente, creemos que el I Ching constituye un excelente instrumento al servicio de una mayor conciencia y creatividad. El I Ching, un antiguo libro de sabiduría que dio origen a toda la cultura china, sirvió como oráculo desde tiempos remotos, y en Occidente comenzó a tomárselo seriamente a partir de su descubrimiento, allá por el siglo XVIII."
Sabio de papel. "I Ching, apunta Loisi, es un nombre compuesto cuya traducción a nuestro idioma sería, aproximadamente, El libro de los cambios . En cuanto a la palabra oráculo, proviene etimológicamente del vocablo latino orare , que quiere decir hablar , de allí que hayamos definido el I Ching como el libro que habla . Esta vendría a ser la más breve y sencilla definición de este antiguo oráculo. Un texto que tiene la extraña virtud de responder a todas nuestras preguntas. Desde que lo descubrimos, nuestra relación con el I Ching es una larga lucha por rescatarlo de la penumbra del esoterismo. Porque, lamentablemente, para mucha gente este libro maravilloso es sólo una suerte de bola de cristal para adivinar el futuro."
Limitaciones del currículum. Según el investigador, el L ibro de las mutaciones, cuando se lo consulta por un problema, propone, antes que tener una imagen externa y pulida de la situación, lograr un contacto vital con ella. Ejemplificando, podríamos decir que antes que contentarnos con estudiar el currículum de una persona, el oráculo invita a tener un diálogo directo con ella.
La puerta de atrás. "De todos modos, no nos contacta con toda la realidad, que es, en verdad, inefable, pero posibilita a la mente percibir aspectos del problema que el pensamiento verbal es incapaz de revelar. En rigor, la consulta permite visualizar un problema, graficarlo, con lo que se facilita el contacto con las energías propias de cada situación por la que estamos atravesando. Así se descubre, de pronto, que cada problema, más allá de la idea que nos hemos hecho de él, posee distintos costados, un arriba, un abajo, un frente y una puerta de atrás, por ejemplo. Lo que hace factible imaginar soluciones sumamente creativas e impensadas", advierte.
Desafío
Osvaldo Loisi es abogado, escritor, docente universitario y fundador del Instituto de Estudios Interdisciplinarios sobre I-Ching. "Para el libro de los cambios, todo en el universo está sometido a mutaciones constantes, y los problemas humanos no son otra cosa que conflictos generados por la acumulación de una energía destinada a fluir, lo mismo que en la acupuntura. Son realidades polifacéticas, cada desgracia es a la vez una oportunidad y viceversa. Vistas las cosas así, cada problema que se presenta es un desafío y una oportunidad de crecimiento."
La consulta
Hay dos maneras de consultar el I Ching: la antigua, utilizando un haz de 50 varillas de milenrama, planta muy común en China y Europa, y otra más práctica, tirando al azar tres monedas de cualquier rango. La intervención deliberada del azar en la consulta es importante, por cuanto éste constituye la puerta trasera de la conciencia humana. La única vía que nos conduce a esa zona neblinosa de nuestra subjetividad donde yacen las respuestas a nuestras preguntas.
Del procedimiento de la consulta surgen uno o varios hexagramas, que son apilamientos de líneas enteras o partidas semejantes a los números 1 y 0. I Ching es una colección de 64 grupos diferentes, ordenados en progresión matemática y a los que la tradición china les otorga significados que, a su vez, se combinarán con las proyecciones hechas por los consultantes. De esta química surge la iluminación interior respecto del problema o la cuestión. De más está decir que a la consulta sólo debe apelarse cuando precisamos encontrar soluciones creativas a ciertos conflictos que, a primera vista y mediante el razonamiento común, carecen de solución.