Estamos Felices
En sus principios, Humo del Cairo operaba en un limbo demasiado intenso como para ser rock y demasiado amable para ser metal. Pero Vol. II da miedo. La molienda hipersaturada de la guitarra y la voz de guerra de Juan Manuel Díaz en "Tierra del rey" terminan de cerrar a las filas del under porteño más extremo detrás de la banda. Y la masterización de Mario Breuer no es un detalle barato. Suban sus graves a tope: el bajo de Gustavo Bianchi es lo que brilla aquí. Entre trances de abuso y lujos cortos como en la intro de "Monte", éste es un disco hecho en el bajo. Hay una conexión también con el peor groove mundial: los desvaríos entre paz y muerte de las dos partes de "El alba" remiten a Neurosis, los maestros del sonido sludge, o el stoner más rabioso y pieza clave de festivales como el Roadburn en Holanda, donde Humo del Cairo fue invitado en 2011. Ante la separación de Los Natas, y mientras Estamos Felices encuentra el caballo más oscuro de su catálogo con el sonido que manda en el under porteño, la banda encuentra al final del disco su pieza mayor: "Indios". O el proto-metal de una banda suelta y en llamas.
Por Federico Frontera
LA NACION