Hugo Fattoruso, del fenómeno de Los Shakers a la investigación sonora
En los 60, los Beatles uruguayos se transformaron en un éxito masivo en la Argentina y fueron una gran influencia para el rock local; la trayectoria de un músico que avanza hacia otros territorios
"Los Shakers en los 60, como Opa en los 70, son maravillas universales más allá de los idiomas. Para los músicos del Río de la Plata, son faro permanente y cumbre del talento musical de nuestra región con sede en Montevideo. Este fresco inédito recobra el espíritu beat de su época, ahora en el siglo XXI. Conocido y reconocido, como ?el Hugo', el maestro Fattoruso es la inspiración constante de varias generaciones de músicos que recibimos y estudiamos con placer y alegría cada pedazo de música que nos ofrece. Pasó medio siglo desde las grabaciones originales de esta banda, reunidos como otros Shakers hace más de una década. Como siempre con Hugo, hay que escuchar y aprender. Este inédito respeta el espíritu musical de ?Los Beatles rioplatenses'. Como en aquellas sorprendentes grabaciones, los detalles musicales no son detalles, tienen la firma del músico más admirado de las orillas hermanas". Este caluroso elogio proviene de Andrés Calamaro, y no es el único que han cosechado Los Shakers. La aparición de "El Karma", una canción inédita de esta legendaria banda uruguaya de la que solo queda un integrante vivo -Hugo Fattoruso (el resto eran su hermano Osvaldo Fattoruso, Roberto Capobianco y Carlos Vila)-, generó una ola de comentarios cariñosos de distintas figuras del rock argentino, como Litto Nebbia, Emmanuel Horvilleur, David Lebón y Mariano Martínez (Attaque).
El tema fue registrado en 2005, cuando la banda se reunió fugazmente para grabar el disco Bonus Tracks y planificar una serie de conciertos en Uruguay y la Argentina que finalmente quedó trunca. "Es un demo de aquella grabación de 2005 que hicimos en Montevideo y que nunca editamos. Tiene algunas particularidades: es una canción cantada en español, a diferencia del grueso de la obra de Los Shakers, y tiene dos bateristas que tocan en simultáneo", cuenta desde su casa en el popular barrio La Comercial de Montevideo Hugo Fattoruso, un músico de histórico bajo perfil reverenciado por colegas argentinos muy populares (Luis Alberto Spinetta, Charly García y Fito Páez, sin ir más lejos).
"Aquella reunión de 2005 fue un intento de ver qué pasaba con un puñado de canciones de tres minutos, simples, fácilmente digeribles, muchos años después del nacimiento de aquel proyecto original, que era básicamente una copia de un grupo increíble como Los Beatles. Nosotros quisimos copiar las macacadas válidas y no válidas de ellos, la ropa y el estilo de ellos. No tocábamos nada que sugiriese que éramos del Río de la Plata. Pero en el regreso del 2005 por lo menos decidimos cantar en español", dice Fattoruso, un hombre que suele tomarse con calma la celebración alrededor de Los Shakers. "Son percepciones particulares, y obvio que me siento agradecido por todos los elogios, pero nosotros apenas hicimos lo que pudimos. Estábamos muy enroscados con la música de Los Beatles... Muchos músicos de otros ámbitos nos decían en aquella época que no entendían por qué estábamos en esa, pero la verdad es que lo hacíamos porque así éramos felices. Y la Argentina nos recibió especialmente bien. De hecho, vivimos cuatro años en Buenos Aires y mi primer hijo, Alejandro, nació allá. Hemos recibido mucho amor en Buenos Aires, y siempre estuvimos muy agradecidos por eso".
Ese amor porteño del que habla "el Hugo" fue en algún momento devoción. A fines de los 60 se desató en Buenos Aires una "shakermanía", con fans esperando en la puerta del hotel y los integrantes del grupo trasladándose en limusina. El primer álbum de Los Shakers -lanzado en 1965- llegó a vender medio millón de copias, y en esos años para la banda era habitual hacer seis o siete shows por noche, como más tarde fue moneda corriente en otro género muy popular en la Argentina, la cumbia. "En Montevideo éramos conocidos, pero la gente nos veía por la calle todo el tiempo -recuerda el músico-, no era raro cruzarse con nosotros. Es una ciudad más chiquita, es todo más pueblerino. Por otro lado, no quisimos hacer lo que hicieron muchos grupos en la historia de la música popular: vivir colgados de un suceso del pasado. El proyecto concluyó de una forma muy natural, si bien estábamos en un gran momento, cuando sentimos que no daba para más. Duró cuatro años y fue suficiente. Mis sueños musicales empezaron a ir por otro lado".
Figura central de la música contemporánea uruguaya, Hugo Fattoruso toca piano, acordeón, guitarra y percusión. Tiene una obra profusa y apasionante que, más allá de la experiencia iniciática con Los Shakers, incluye un proyecto ilustre como Opa, con su vitalista fusión de rock, jazz y candombe, y colaboraciones con Jaime Roos, Rubén Rada, Milton Nascimento, Djavan y Chico Buarque.
La música que Fattoruso define como "de cabecera", aquella que siempre fue para él una influencia determinante, tiene poco que ver con el rock: Astor Piazzolla, Horacio Salgán, Aníbal Troilo, Carlos Gardel, Alfredo Zitarrosa, Rubén Rada, Eduardo Mateo, Miles Davis, John Coltrane... "Soy amante de muchos estilos diferentes porque me crie en un ambiente en el que había música variada -cuenta Hugo-. Mi padre arreglaba vitrolas y radios, y era un gran admirador del jazz blanco de Benny Goodman, Tommy Dorsey y Glenn Miller, y también de la vertiente negra de Louis Armstrong, Duke Ellington, Art Tatum y Lionel Hampton. Y mi madre, que era sombrerera, trabajaba en casa y escuchaba mucho la radio oficial uruguaya, donde pasaban mucha música clásica -Beethoven, Bach, Chopin-, zarzuelas y óperas. Yo crecí con la música, si me das una pelota de fútbol me quiebro el peroné solo".
Más allá de la modestia de Fattoruso, es justo decir que el último disco de la primera etapa de Los Shakers (La conferencia secreta del Toto's Bar, aparecido en 1968) produjo un impacto duradero: influenciado por la sofisticación sonora del canónico Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, es una obra de culto de la música rioplatense que Spinetta definió en su momento como "música perfecta, algo mejor y más moderno que Los Beatles". Aquella fascinación con los cuatro de Liverpool nació un poco por casualidad, cuando una panadera vecina les trajo a los hermanos Fattorusso el exitoso simple de "She Loves You", cuya cara B era "I'll Get You". Cuando lo escuchó por primera vez, Hugo pensó que era "puro ruido", como ha contado más de una vez. "Después me di cuenta de lo geniales que eran Los Beatles, por supuesto -añade-. Pero para mí los boleros que escuché de chico, esa música que escuchaban mis padres de la que hablé recién, y el tango tienen una relevancia similar o mayor incluso. Todo eso se filtra de alguna manera en mi música. Si sos compositor y escuchás ?Mi noche triste' (un tango de Samuel Castriota y Pascual Contursi que Gardel estrenó en 1917 con otro título, ?Lita'), es muy probable que te toque el corazón y te deje con la boca abierta".
En cuanto a su propio progreso como músico, Fattoruso señala que "las limitaciones naturales que cada uno tiene no se pueden cambiar con nada". Valora la investigación, un camino que está plasmado en su propia obra, pero sabe que "la música es infinita y que no alcanza el tiempo de una vida para abarcarla toda". También dice que el mejor momento de su carrera, que ya lleva más de medio siglo, es la actualidad: "Sin desmerecer las cosas que hice en todos estos años, para mí el mejor momento es hoy. Ahora estoy produciendo un repertorio de versiones de Nebbia, Spinetta, Charly García y Fito Páez. Pronto aparecerá Canciones cantadas, una colección personal de canciones que hice en los últimos quince años; otro titulado Maquetas y borradores, con material que grabé con secuenciadores, y además estoy terminando mi segundo disco de acordeón, un instrumento que toco desde la infancia. Y en octubre se edita en Japón el vinilo 2020, grabado y producido por el HA Dúo, que formamos con la percusionista Albana Barrocas. Como si todos esos planes fueran pocos, el experimentado músico uruguayo sigue produciendo con el Quinteto Barrio Sur, "un proyecto ciento por ciento uruguayo, con un lenguaje afrourbano centrado en el candombe, la música que finalmente define mi identidad".ß
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