Homenaje a Toto Nievas
Sus ex compañeros del grupo Adicta y cantantes como Isol, Lucas Martí y Sergio Pángaro lo recordarán mañana
Como ex compañeros de colegio a punto de reencontrarse, así están muchos fans de Adicta (1999-2012), la banda de electro rock que, con canciones poderosas y letras dramáticas, atrajo a una inmensa minoría de melómanos vestidos de negro, vinilo y red en la estimulante escena musical porteña de la década pasada (con Entre Ríos, Miranda!, Leo García y Los Látigos). El motivo es trágico: un concierto homenaje a la memoria de Toto, el ex cantante de Adicta, que decidió dejar este planeta hace poco más de un mes.
Mañana, la banda se reunirá por última vez con su más reciente formación (Rudie Martínez y Alejo Kauffman en teclados; Julián Horita en guitarra; Diego Rodríguez en bajo y Joaquín Franco en batería), y una veintena de músicos invitados pondrá la voz. Entre otros, Isol, Dani Umpi, Sergio Pángaro, Leandro Viernes y Lucas Martí. Será a las 20.30 en Niceto, a total beneficio de la madre de Toto. El nombre del homenaje: El mundo no sabe, refiere al último tema que compuso Toto para la banda, encontrado hace poco en el fondo de un disco rígido.
"Me honra cantar sus canciones, emocionantes y movilizadoras. Y la banda suena increíble", dice Isol Misenta, que –al frente de Entre Ríos– compartió con Toto fechas y camarines durante años. "Creaba una mezcla punzante de confesión íntima y bailable –agrega–, era burlón con las propias debilidades, crudo acerca de los devaneos amorosos, descarnado pero dulce. Daban ganas de abrazarlo, aún sabiendo que te podía sacar corriendo. Es lamentable que su parte ‘dark’ fuera tan verdadera, pero quizás eso lo hacía un artista tan entregado y sincero".
Es que Toto –Adrián Nievas, chico de La Plata glamoroso y orgulloso, con voz de ángel y personalidad difícil, al que sus fans le prestaban su ropa para los shows– nunca ocultó su desesperación. Sonaba en sus canciones, en sus declaraciones y en conversaciones casuales. Y de tan recurrente se volvió parte del paisaje.
"Toto fue un desconocido para una amplia mayoría, pero su figura y su obra son muy importantes para la música del Río de la Plata", señala el artista uruguayo Dani Umpi. "Era un showman fetiche, con esa figura tan andrógina y esa voz que parecía que se iba a quebrar, frente a zarpada banda. Era una propuesta épica, contundente y coherente."
El domingo 24 de mayo, apenas se supo la noticia de su muerte, los ex compañeros de Adicta se reencontraron en medio de una gran tristeza, a través de las redes sociales o en persona, escuchando su música todos juntos, una noche fría y lluviosa en Casa Brandon. Fue como si, ahora, todo el dolor y la oscuridad que catalizaba Toto se hubiera liberado para cubrir a los que alguna vez recibieron su influjo. Por días y días no hubo más banda de sonido que los discos de Adicta y los de Ciudadano Toto, su proyecto solista. Andrés Calamaro le dedicó su Premio Gardel.
Algo había que hacer para exorcizar todo eso. "La idea del homenaje partió de Rudie Martínez (uno de los fundadores de Adicta) y lo organizamos entre todos los integrantes", cuenta Joaquín Franco. "Sus canciones y su voz tan especial son parte de mi vida y de la de muchos –confiesa Isol–. Este show será un abrazo para él."
Después de tres años alejado de la música, Toto había vuelto a Niceto en diciembre último para presentar Flores, brillos y arcoíris (disponible en ciudadanototo.com.ar). A pesar de lo que puedan sugerir el título y la música, más luminosa y festiva, su ánimo no había mejorado. "Las flores se secan con o sin agua / los brillos y arcoíris no se atrapan./ Tal vez nunca más vuelva, si el cielo me abre sus puertas", se escucha en la canción del título.
Ahora quedan su música, un futuro documental sobre Adicta (Nuevo Rock, por Alejandro Barrios) y la posibilidad de despedirlo todos juntos por última vez.