Historia de una foto. El soldado que no aceptó ir de gira con Guns N’ Roses
En octubre de 1991, cuando el otoño boreal empezaba a asomarse en Zagreb, la capital de Croacia vio sus entrañas envenenadas por el ejército serbio. El 7 de aquel mes el palacio presidencial había sido víctima de un bombardeo por parte de la que todavía se llamaba Armada Popular Yugoslava, pero el presidente Franjo Tudman logró salir indemne. Fue en aquel momento que la mecha había dejado de existir y el fuego de la guerra de los Balcanes se había prendido del todo. Unos meses antes, cuando había declarado su independencia de Yugoslavia siguiendo la vecina Eslovenia, Croacia se había metido en un camino sin salida, llegando incluso a crear la Zbor Narodne Garde, es decir, la Guardia Nacional Croata. Entre los regimientos de aquel ejército, compuesto principalmente por jóvenes, se hallaba un tal Petar Dukaric, miembro de la brigada que luchaba en primera línea en la localidad de Novljan.
En una fría tarde de noviembre, el reportero de guerra local Željko Gašparovic, que andaba por el campamento de la llamada brigada Tiger a medio kilómetro del frente con un rifle en la mano izquierda y la cámara en la derecha, se detuvo, cautivado por una intuición. Un joven soldado con un cigarrillo en la boca trepaba por un tanque y se sentaba encima de una ametralladora. Detrás de él había un grafiti: "Guns N’ Roses". La chispa fue inmediata y el dedo rápido: de la genialidad de Gašparovic salió una foto que no sería histórica, sino mítica.
Segundos después, Petar, que tenía entonces 19 años, respondería a un ataque con el fervor patriótico de alguien que parecía estar totalmente ensimismado con la ametralladora. Y una hora más tarde, aquel mural que hospedaba el grafiti de una de las bandas de rock más famosas del mundo se quebraría en una infinidad de pedazos, tras un masivo bombardeo serbio.
Dukaric logró escapar de la embestida. Había sido llamado pocos meses antes para sumarse a una lucha impulsada por una ilusión, casi sin sentido en aquel momento, pero que lo habría motivado para no rendirse nunca. Mientras sus andadas por todos los frentes de guerra abiertos en la frontera entre Eslovenia y Croacia lo alejaban del mundo, aquel retrato encima de una ametralladora comenzaba a circular por el planeta. La foto había sido publicada en varios medios croatas e internacionales: era una imagen viva de un joven soldado atrevido y socarrón que se interpretó como una muestra de confianza por parte del recién nacido ejército del país balcánico. De hecho, el gráfico y artista multimedial Ivo Vrtaric aprovechó para crear un póster con esta foto, agregándole la frase Live and Let Die (vive y deja morir) en referencia a la canción de Paul McCartney que los mismos Guns N’ Roses habían vuelto a proponer hace poco.
Gasparovic, que sacó la foto, dijo en su momento: "Pese a que inmortalicé a un soldado armado, considero esta foto como un mensaje elocuente contra la guerra". El efecto dominó de este impactante y peculiar documento visual había empezado a desencadenarse y unos meses después, mientras la brigada Tiger se movía para el sur, Dukaric fue encontrado por el periodista Mladen Genc, uno de los tantos que salieron a recorrer los senderos de la guerra para buscarlo. Genc llevaba consigo una noticia para el soldado: el agente de los Guns N’ Roses estaba tratando de hacerse con su paradero de manera desesperada. El imberbe Petar miró al reportero con asombro, sin poder imaginar el por qué de tanta ansiedad en encontrarlo, y se mostró atónito al enterarse de que dicha foto ya se había convertido en un documento histórico de la guerra y que él mismo había llegado a ser un ícono de la resistencia croata tras su publicación en forma de póster de dos páginas en la prestigiosa revista Vjesnik. Pero lo más impactante fue el hecho de que el crítico musical Darko Glavan se había esmerado en escribir un artículo sobre esa foto y había contactado con el agente de la banda para mostrársela a través de un fax. "Todos me buscaban, tanto periodistas como músicos, y yo no tenía ni idea de todo esto porque estaba aislado, estaba en la guerra", diría más tarde el soldado a la prensa croata. Un joven de 19 años se convirtió en el personaje más mediático de aquella guerra, llegando a ser más importante que un general.
Lo que no se sabía era la razón de tanta ansiedad en encontrarlo: el grupo quería conocerlo, para llevarlo con ellos a su nueva gira. Una propuesta aparentemente absurda para un don nadie que se encontraba varado en una guerra fratricida y, de repente, se veía proyectado por la mente a un paraíso de notoriedad con una de las bandas de rock más famosas del planeta.
La tapa que no fue
Axl Rose & Cía habían quedado atrapados por la expresividad y la fuerza de aquella mirada que desprendía una esencia rock única. Antes de buscar al joven Petar para invitarlo a su gira y a formar parte del grupo durante un tiempo, los músicos californianos habían pensado sobre todo en el poder de aquel retrato a nivel de marketing. Un año antes del inicio de la guerra en los Balcanes, de hecho, los Guns habían grabado el tema "Civil War", cuyo significado era de protesta contra cualquier tipo de acto bélico. Tras haberlo tocado en vivo en el evento Farm Aid, el 7 de abril de 1990, el tema nunca había sido publicado, ya que la banda había emprendido la creación de dos álbumes que llevarían el nombre de Use Your Illusion. La idea del grupo era usar la foto para la tapa del single Civil War, que saldría más adelante. Hubiera sido una tapa histórica, consecuencia de un golpe de genio de un fotógrafo a miles de km de distancia y en un contexto infernal, el de una guerra civil, que era precisamente el título de la canción.
Pero los estadounidenses llegaron tarde: los derechos de la foto habían sido comprados por una entidad suiza, que la había utilizado para un anuncio de publicidad. Interrogado al respecto, Dukaric declaró: "Recuerdo perfectamente que la imagen no podía ser usada, porque Gasparovic la había vendido por no sé cuánto a unos suizos, para la publicidad de un perfume para hombres o no sé si de una máquina de afeitar".
Un rechazo patriótico
Más allá de la imposibilidad de pasar a la historia inmortalizado en un disco, lo que más sorprendió fue la negativa de Dukaric en dejar la guerra para embarcarse en una gira de ensueño. La primera motivación para el rechazo fue que la madre del soldado estaba enferma: "Mi madre se estaba muriendo. Yo había dejado solamente una vez mi brigada para ir al hospital de Klenovnik, para verla una última vez", dijo el soldado. Eso no fue todo. El sentimiento patriótico y de hermandad con sus conmilitones fue la clave: "Cuando volví del hospital, no pude abandonar a mis hermanos de la brigada Tiger. No lo hice para ganarme un puesto importante, sino por ellos y por mi patria".
Petar estuvo cuatro años en el frente y logró subir muy pocos peldaños en el ejército, llegando solamente al rol de teniente, antes de abandonar las armas en 2002 para mudarse a Aviñón, Francia "Decidí irme para darles un futuro mejor a mis hijos y a mi mujer", declaró. Un final inesperado fuera de su querido país para un patriótico que eligió luchar en un conflicto áspero y demoledor a los micrófonos y a las cámaras, y a unos meses inolvidables que pudieron haber cambiado su vida.
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