Historia de amor con final
Un tango más, film documental de Germán Kral que se estrenará mañana, refleja la vida personal y profesional de una pareja emblemática del 2x4: María Nieves y Juan Carlos Copes
La historia de Juan Carlos Copes y María Nieves es realmente de película. Se hicieron famosos bailando tango, pero la relación excedió el límite del trabajo y tuvo, a lo largo de muchísimos años, los vaivenes de un típico melodrama. Germán Kral empezó a trabajar hace unos años en un film en 3D sobre maestros milongueros. Habló con unos cuantos, pero pronto se dio cuenta de que le faltaba una historia fuerte que justificase la filmación de un largometraje. Y la encontró en el vínculo, artísticamente fructífero y humanamente tormentoso, que unió a Copes y Nieves durante casi medio siglo. Se conocieron en un club del barrio de Palermo (Estrella de Maldonado), se enamoraron y formaron una pareja inolvidable que conquistó Broadway, fue ovacionada en Tokio y aplaudida con admiración por Mikhail Barishnikov, Ronald Reagan, Liza Minnelli y Lady Di.
Pero en paralelo a ese impresionante recorrido profesional, la relación entre los dos se fue deteriorando. Empezaron mirándose a los ojos, embelesados, después de cada finta. Terminaron con dos rupturas -una sentimental, otra profesional- de las que aún quedan visibles cicatrices.
En Un tango más, que se estrena este jueves, Kral aprovecha el potencial cinematográfico de esas dos biografías para construir un film que ya fue exhibido con buena repercusión en Japón, Canadá, Alemania, Italia y el reciente Festival de Mar del Plata. Lo produjo el alemán Wim Wenders, un experto en este tipo de proyectos, como quedó claro con sus documentales sobre Buena Vista Social Club y la coreógrafa Pina Bausch.
"Wenders es un artista como pocos, de una sensibilidad, una inteligencia y una profundidad increíbles", asegura Kral, quien nació en 1968 en Buenos Aires, estudió en Múnich y también dirigió Música cubana, otro documental en el que Wenders asumió la producción. "No hubo exigencias de su parte -asegura Kral-. Tuve un apoyo incondicional. Wenders fue una especie de coach que me asesoraba sin intentar llevarme a ninguna dirección en particular. Cuando surgían problemas, su experiencia era fundamental para saber cómo resolverlos. En algunos momentos críticos, su apoyo fue muy valioso. Cuando vio parte del material que tenía, me dijo: "Si vas a filmar en 3D, tenés que encontrar un nuevo lenguaje, no podés filmar como hasta ahora". Así que descarté el 3D. También me señaló que la historia de Copes y Nieves era potente, pero que con eso sólo no alcanzaba. Entonces me sugirió incluir dramatizaciones con actores para conseguir algo, como se suele decir, bigger than life. Y ahí apareció la idea de incluir a coreógrafos y bailarines como personajes de la película".
Los bailarines convocados fueron Pablo Verón (Copes adulto), Alejandra Gutty (Nieves adulta), Juan Malizia (Copes joven) y Ayelén Álvarez Miño (Nieves joven). También aparece Johana Copes, la hija de Juan Carlos y su compañera de baile en el espectáculo que suelen presentar en Tango Porteño, un reducto de cena-show muy visitado por el turismo extranjero. Con esos pasajes de ficción, algunas conversaciones de los bailarines que revelan detalles de la trastienda del proyecto y los testimonios de los dos protagonistas, Kral construye una historia que tiene su epicentro en la humanidad de María Nieves, quien se revela como una narradora extraordinaria y decidida a exponerse sin tapujos.
"Este proyecto llevó mucho trabajo, más de tres años -explica Kral-. Yo tenía temor de contactar a Juan Carlos y a María porque pensaba que, siendo tan famosos, iba a ser una tarea difícil. Cuando estuve por primera vez con ella, me di cuenta a los treinta segundos de que tenía una inteligencia, un humor y un carisma únicos. Fue muy importante para mí haber leído dos libros que tienen mucha información sobre ellos dos y entrevistas muy lindas: Soy tango, una biografía de Nieves escrita por María Oliva, y Quién me quita lo bailado, de Mariano del Mazo y Adrián D'Amore. Yo quería hacer una película que conmoviera y entretuviera al espectador. Sobre todo que lo conmoviera. Y esta historia tenía esa característica. Había un trabajo artístico excepcional en el terreno de la danza y una intimidad con muchos apuntes emotivos. Trabajamos en la edición durante más de siete meses. Fue un trabajo arduo, profundo y hecho con mucho amor, el necesario para llegar a lo que llegamos".
En la película queda claro que la primera separación -la disolución del vínculo amoroso- tuvo que ver con las infidelidades de Copes. El propio bailarín lo admite trabajosamente cuando lo entrevistan. Pero el corte más profundo, el que según Nieves más le dolió, fue el profesional, fomentado por Myriam Albuernez, pareja de Copes desde inicios de los años 70 y madre de sus dos hijas, Geraldine y Johana. "Myriam dice abiertamente: «Yo decidí la separación». Es la persona que manejó detrás de escena el destino de Copes y Nieves -remarca Kral-. Lo interesante es que ella lo puede decir, que puede hablar de eso, que no lo oculta. Y lo está diciendo 20 años después de la separación de Juan Carlos y María, cuando las heridas ya están bastante más curadas. Tanto Copes como Nieves encontraron un nuevo camino en su vida, eso queda claro en la película. Y los dos están contentos con eso."
Copes y Nieves acompañaron el estreno de la película en el Festival de Mar del Plata y también estuvieron en la avant première porteña, realizada la semana pasada. Él está conforme, ella un poco menos. "Copes es un amante del tango y del cine, así que está encantado. Elogió mucho a los bailarines y la música que usamos. María me dijo que está un poco triste porque la filmamos con un bailarín brasileño, Junior Cervila, y eso no quedó en el corte final. Ella sentía que había bailado especialmente bien en esa escena. Yo creo que la película refleja muy bien el enorme talento de los dos".
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