Hernán Cattáneo: sofisticado y cautivante atardecer con el referente nacional de la música electrónica
Durante seis horas ininterrumpidas, Hernán Cattaneo convirtió ayer el atardecer y preludio de la madrugada en una exhibición exquisita del talento con el que ha coronado en las últimas décadas el podio mundial de la música electrónica. Tras conquistar hace un año el Teatro Colón con una propuesta cruzada con la música sinfónica, el prestigioso DJ desplegó anoche un extended set que deleitó a 13.000 personas en el Campo Argentino de Polo.
El referente nacional del género y emblema del progressive house llevó el pulso de un show en el que demostró su inagotable potencial a la hora de musicalizar sensaciones y conducir la euforia de un público fiel y a la vez renovado, acompañado de un montaje e infraestructuras de ambiciosa y cuidada producción.
El efecto hipnótico comenzó desde primera hora en este Sunsetstrip, encuentro concebido como homenaje a la energía, la luz y la vibración que irradia el atardecer y que propone una variedad alternativa de entretenimiento de mayor contacto con la naturaleza. Aunque el sol no se dejó ver entre las nubes grises que sobrevolaban el campo, la luz partió del escenario desde un gran manto amarillo de focos, de las butacas del recinto deportivo vestidas para la ocasión de dorado y pantallas, desde las que se podía seguir la figura del DJ, en sepia.
La estructura de los sets de Cattáneo crece de forma paulatina, casi inadvertida, reflejo del buen pulso y la experiencia: su sello. Transcurrida una hora y media de show, tras un suave y melódico comienzo que incluyó entre sus tracks el tema de introducción de la serie Vikingos, la mesa estaba servida para dar paso a mayores momentos de intensidad.
"Hernán te sube y te baja y es como estar en un trance hermoso, pero no es como otros DJ más comerciales que, hit tras hit, mantienen un mismo ritmo. La suya es música para bailar, para charlar, para todo; suave, con mucha melodía", resume Maxi Bazán, de 42 años, que conoció a Cattáneo cuando era residente de Pachá.
Daniel Belfer tiene 39 y volvió a presenciar ayer un set del DJ después de diez años de un festival Creamfields. "Te va llevando, subiendo y subiendo, y no te das cuenta. Es de los mejores del segmento, lejos. Muy creativo", recalcó.
En el campo, muchos rondan o superan los 40. Para ellos, el DJ es un referente y también una bisagra entre el estilo old school y la música más nueva. Sin embargo, convoca a generaciones más jóvenes. Gonzalo, de 22, hace dos años que lo sigue y lo vio en vivo una vez, hace unos meses, en Punta del Este. "Escucharlo, me cambió la mente. Nunca había visto a alguien que tocara con tanta simplicidad y complejidad a la vez. Puede mezclar varios tipos de música sin que te des cuenta del compás. Es único".
Antes de llegar al ecuador de la noche, grupos enteros de amigos bailaron, entre otros, tracks del argentino Emi Galvan (artista de Sudbeat, el sello del propio Cattáneo) y del experimentado Nick Warren (viejo amigo de la casa, acompañó en escena al DJ en la aventura del Colón), mientras el fondo amarillo se iba tiñendo de rojo fuego bajo el cielo negro y despejado.
Con visuales de Sergio Lacroix, zonas de relax y gastronomía gourmet, puestos libres de agua, la puesta de los espacios ganó en elogios. En el ingreso, los controles fueron rigurosos y, por momentos, algunos accesos se congestionaron impidiendo la fluidez en el acceso al recinto.
"Es un ambiente súper sano y para pasarla bien con amigos", señala Pato Alberti, quien considera que la música del DJ al que han sabido apodar El maestro "transporta a otros lados". Patricia Falugue opinó: "Hernán siempre voló alto, por eso lo han reconocido internacionalmente y llegó a distinguirse del resto de los DJ de mi generación, que tenemos más de 40".
La razón por la que el referente de la música electrónica no ha alcanzado la categoría de "dios" es, probablemente, lo bien puestos que tiene los pies en la tierra y el estrecho vínculo que lo une a sus seres cercanos.
"Hernán no inventó el house pero tuvo una gran comprensión musical y fue muy reconocido, y en esto tiene mucho que ver su estilo de persona. Es un gran tipo, preocupado por todos los que están ahí en el campo, más que de todos los que están en el VIP, porque sus fans son para él su fuente de inspiración", opina Nico Rodríguez, de 56 años, quien ya escuchaba al Cattáneo de Cinema y Pachá. Y añadió: "Hernán estuvo siempre presente en mí. Al irse tanto tiempo del país, lo seguí por Internet, pero hoy está buenísimo que se lo reconozca en Argentina. Para mí, él es como Messi, porque es una bandera argentina y nos representa bien. Es un buen ejemplo de persona, de músico y de amigo. Tiene toda una mística que tiene que ver con su persona, que hace que todos se estén divirtiendo con un buen tipo".
Diego Criscuolo, de 47, también es cercano al DJ. "Con él tengo una relación muy especial de años. Es amigo de mi familia desde que tiene diez y yo tuve la oportunidad de trabajar con él en sus inicios. Es una sentimiento muy fuerte el que nos une a él. De su música no hay mucho que decir: es el número uno", remarcó.
La bienvenida al recinto de un gran grupo de "payasos de hospital" de la ONG Alegría Intensiva, con la que el DJ colabora, también habló, en el encuentro de ayer, de la faceta más humana de este ídolo, que recorre el mundo con giras multitudinarias y que el año pasado fue distinguido con dos premios de los DJ Awards de Ibiza y nombrado personalidad destacada de la cultura por la Legislatura porteña.
"Hernán es una persona realmente preocupada por el mundo, porque las cosas vayan bien", opina Carolina Parodi, de 37, que comenzó a iniciarse en la electrónica hace 15 años y que vio a su DJ favorito en distintos lugares del mundo, incluso en sus últimas fechas en Europa. "Cada vez que toca trato de estar, porque genera una fiesta y un viaje fabuloso. Su estilo es impecable y me transporta a un lugar muy agradable, en ritmos y melodías", dijo.
"No hay nadie tan prolijo como él, es súper profesional desde su música a los mensajes que intenta dar y su evolución. Creo que cada vez es más impecable, demostrándole al mundo que se puede fusionar la electrónica con lo lírico, y que la música no son solo unas latas y que muchos asocian a las raves, sino que se puede fusionar y salir algo armonioso y lindo, apto para todo público", agregó.
El show de anoche, que agotó localidades varios días antes, incluyó un set de más de 70 tracks con temas de Kraftwerk y de bandas de culto para Cattáneo como Depeche Mode. Para la despedida, el DJ se guardaba una carta que lograría despertar hacia el final emociones profundas y añadió a su repertorio "Pulsar", de Gustavo Cerati, entre efectos y otras elecciones.
"Su sonido es único, no lo tiene ningún otro DJ. Tiene identidad y eso nos une", señaló Sacha; atributos a los que su amigo Julián Gómez sumó la "prolijidad, experiencia y calidad" del maestro.
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