Halt and Catch Fire, una serie que debería tener muchos más fans
Hoy, a las 23, AMC, estrena la temporada final de esta interesante ficción
Llega la última temporada de Halt and Catch Fire, una serie que posiblemente no haya estado siempre tan en el radar como merecía, y que recorre el universo de la creación de computadoras desde una perspectiva particular, al costado de los nombres más famosos y recordados. Habiendo merodeado los 80 fundamentalmente a través de diversos fracasos de los personajes, la nueva temporada salta a los 90 y se acerca un poquito más al origen de muchas de las tecnologías que hoy son indiscutidas (para empezar, internet).
Como un revés de las grandes firmas y las presentaciones a sala llena de las figuras del negocio, uno de los cinco personajes principales, Joe MacMillan (Lee Pace), prácticamente pierde todo en cada una de las temporadas. Ni él ni sus compañeros son héroes clásicos, muy lejos están de serlo.
Detrás de cámara, la productora Melissa Bernstein -en diálogo exclusivo con LA NACION- parece tener algunas de las claves de este proyecto. Teniendo en su haber laboral títulos como Breaking Bad y Better Call Saul, hay entre sus producciones una suerte de sendero del antihéroe, de personajes que interesan más por lo que desean que por lo que logran.
“Creo que es un show sobre un territorio muy específico: la intersección entre tecnología, el comercio y la interacción social. Se trata de una mirada muy interesante sobre cómo avanza nuestra relación con la tecnología, y a la vez es una carta de amor a las mujeres en su lugar de trabajo”, asegura.
WHITE Y LOS PERDEDORES ENTRAÑABLES
“Lo maravilloso de Walter White es que era una persona defectuosa, cometió un montón de errores -explica Bernstein-. Pero por su humanidad o su mala suerte, el público decidió que de todas formas puede acompañarlo en su viaje camino a lugares sorprendentes y verlo incluso tomar decisiones que nos pueden devastar como audiencia. Eso naturalmente abrió para autores, guionistas, productores y actores la posibilidad de que los personajes de Halt and Catch Fire sean defectuosos, tomen malas decisiones, sean egoístas y cortos de vista. Creo que hace años los personajes tenían que ser queribles, eso limitaba a los guionistas en relación a lo que podían hacer. Pero ahora se los alienta a crear personajes más desarrollados, ya no se trata de buenos y malos”, reflexiona Bernstein sobre los personajes que actualmente habitan la pantalla chica.
Construir un vínculo con el espectador que no sea necesariamente de admiración, respeto o cariño tiene sus costados complejos. En definitiva, el protagonista de Breaking Bad era un narcotraficante y seguirlo suponía en buena medida suspender o ir más allá de los primeros prejuicios. El público, también, tuvo que aprender a vincularse con fracasados, ladrones y corruptos y, sin admirarlos, tener la posibilidad de navegar una complicada imperfección que resulta en muchos casos inquietante.
Los personajes de Halt and Catch Fire batallan en esas filas, incompletos, deseando algo para lo cual se tuercen hasta el engaño. Los cinco sujetos protagonistas son muy diferentes entre sí, pero todos poseen un deseo por no resignarse -a sus trabajos, su rol en el hogar, en la sociedad o en los espacios que recorren-. Y entre ellos, los roles femeninos son arrolladores, Cameron (Mackenzie Davis) y Donna (Kerry Bishé) son dos mujeres que construyen su liderazgo con mil y una dificultades. “La intención siempre es tener personajes fuertes y con puntos de vista interesante, eso es lo que genera el drama. Las actrices los compusieron con los escritores, son personas muy inteligentes y con el tiempo, los autores comenzaron a escribir para ellas y los personajes crecieron volviéndose más reales, más interesantes y poderosos al integrarse en un ser humano completo. La intención era tener dos personajes femeninos fuertes que a lo largo del show vayan descubriéndose a sí mismas hasta dejar expuesta toda su interesante, inteligente y a la vez vulnerable personalidad”, remarca la productora a LA NACION.
UN ARGENTINO AL FINAL DEL RECORRIDO
“La temporada final es sobre una búsqueda tanto tecnológica -porque los personajes buscan una aplicación para Internet- como de la identidad propia de cada personaje, de su destino, de tomar la decisión correcta. Y encuentran finales satisfactorios e interesantes”, revela la productora.
Esta cuarta entrega contó con el desafío extra de hacer un pequeño, pero fundamental salto en el tiempo. Ahora en los 90 –una década profundamente presente hoy de un modo mucho menos nostálgico y lejano que los 80– agrega un giro en cuanto a las cuestiones específicas de la tecnología que se maneja. Para comenzar el recorrido el hombre indicado fue Juan José Campanella , que ya había dirigido episodios en las dos primeras temporadas, entre ellos el primero.
Sobre él, Mellisa solo tiene palabras de admiración: “Es un director increíble, tuvimos suerte de volver a tenerlo con nosotros. Es un hombre de muchos talentos, puede hacer drama, comedia, thriller e integrarlo todo en una maravillosa composición. Puede ver el marco. Fue definitivamente una de nuestras armas secretas para este show”.
PSÍQUICOS EN EL FUTURO PRÓXIMO
Bernstein se encuentra produciendo Shut Eye, una serie original de Hulu, ambientada en el mundo de los estafadores, los psíquicos, videntes y personas comunes que trabajan en esa industria y que tiene a Isabella Rossellini como arte de su elenco. “Es una experiencia divertida y fascinante que nos permite tener acceso al detrás de escena de un mundo al que muy pocos lo tienen”, asegura camino hacia su próxima aventura.
¿Cuándo y dónde verla? Desde hoy, todos los lunes, a las 23, AMC estrenará los capítulos de la última temporada de esta ficción.
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