El conductor vuelve a la pantalla chica con Juego chino está muy entusiasmado y con ganas de divertirse; además habló con LA NACION sobre su vida junto a Nella Ghorghor y los planes que tiene junto a ella
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Guillermo López o el Pelado López, como todos lo conocemos, vuelve a la televisión con Juego chino, todos los sábados a las 20, por Telefe. Este programa de entretenimientos, con una entrevista a fondo, rescata el espíritu del “juego de la pelotita” que el pelado supo popularizar hace diez años, en Caiga quien caiga. En charla con LA NACION, el conductor habló de este regreso, añoró el ciclo que fue bisagra en su carrera y propuso que vuelva a la pantalla chica con una serie de especiales. “Estoy muy entusiasmado. Es una idea que trabajamos con G5, la productora de Germán Paolosky, con quien nos asociamos para este proyecto. El programa va a tener juegos en la calle y después un mano a mano con un entrevistado, que en la primera entrega es Benjamín Vicuña”, detalló y sumó: “Durante todo este tiempo la gente me preguntaba cuándo volvía a hacer ‘lo de la pelotita’, y acá estamos. En un mismo programa puedo darme el lujo de hacer varias cosas que me gustan”. Pero no todo es trabajo en la vida del conductor, también abrió su corazón durante la charla y contó cómo está su relación con Nella Ghorghor, con quien pudo concretar la luna de miel hace apenas unos días, luego de dos años de espera.
-¿Cómo nació el juego de la pelotita que tanto te piden que repitas?
-Fue en CQC en 2011 y 2012. Lo habíamos armado con dos productores. Fue una idea mía que surgió de Un cuento chino porque la nota iba a ser con Ricardo Darín y en la película caía una vaca del cielo. Entonces pensamos en qué cosa podía caer del cielo y me acordé que a Darín le gusta jugar al tenis y se nos ocurrió que fueran pelotitas. Así se fue armando lo que era un chiste para una nota y se transformó en una sección del programa que quedó muy instalada. Y puedo dar un ejemplo: yo vivo en un piso alto y dos personas que vinieron a trabajar hace poco me hacían chistes con el balcón y jugar a la pelotita. Es algo que identifican conmigo.
-Ya grabaron algunos programas, ¿cómo fue el reencuentro con la gente?
-Muy cálido. Poder llevar la tele a la calle un rato está muy bueno. Recibí muchísimo cariño en las grabaciones que hicimos. Me tiran muy buena onda, me dicen: ‘¡Qué lindo que volviste!’. Tengo un vínculo hermoso con la gente mayor y se generan cosas que me dan mucha ternura. Terminamos grabando rodeados de una multitud, como si fuera un show callejero. La idea es ir a todos los barrios de Buenos Aires, y también siento que tiene potencial para visitar provincias y hasta otros países porque el formato da para eso.
-¿Tuviste abstinencia de tele?
-No. Terminé Santo sábado en diciembre pasado. No necesito estar todos los días en televisión, pero me encanta el medio. Además sabía que este formato iba a salir al aire en la segunda mitad del año.
-¿En qué estuviste ocupado estos meses?
-En La 100, es la temporada número 13 de Todo queda en casa, que cambió el nombre por cuestiones comerciales, pero seguimos al aire todos los sábados a la mañana. Y sigo manteniendo la radio de Pinamar Estudio Playa durante el invierno con programación más musical y algunos contenidos. En breve empezamos a planear el verano 2023.
-¡Todo un empresario!
-Solamente un remador. Me daría pudor decir que soy empresario. Soy muy laburador y lo heredé de mi papá, mi querido Vicente, que debe estar mirando todo lo que hago desde algún lado. No lo tengo desde mis 19.
-¿Llegó a verte en los medios?
-No. Recién empezaba a estudiar teatro y a lo mejor le quedó la información de que quería hacer algo que tuviera que ver con lo artístico, pero no pudo ver nada de lo que me sucedió. Mi entrada a CQC, la gran bisagra en mi carrera, fue a los 32 años. Trato de pensar que debe estar orgulloso, mirándome desde algún lugar. Y por suerte tengo a mi mamá, Nelly, que tiene 86 y por supuesto, mira todo lo que hago.
-¿Y seguís viviendo entre Pinamar y Buenos Aires o te anclaste en alguna ciudad?
-Sigo yendo y viniendo. En este último tiempo estuve más en Buenos Aires y en el medio viajamos a México para concretar nuestra luna de miel postergada. Ese ir y venir está bueno porque encontré el equilibrio ideal y puedo tener tiempo y armar proyectos que me permitan hacer las dos cosas. Hay meses en los que hago más de 3200 kilómetros.
-Decís que concretaste la luna de miel tan postergada, ¿cómo les fue?
-No teníamos nada pago lamentablemente y ahora fue más caro (risas). Nos casamos en marzo de 2020 y había quedado pendiente viajar. Por suerte disfrutamos de 10 días en Cancún, Playa del Carmen, Tulum y toda esa zona de México. La pasamos muy bien y volvimos con la sensación de un lindo paseo.
-¿Cómo va ese matrimonio? Porque te escapaste lo más que pudiste... ¡te casaste a los 50!
-(Risas) No estaba entre mis planes casarme, o no con esa formalidad al menos. Pero con Nella tuvimos ganas de formalizar y tenemos un vínculo muy bueno, es una gran compañera. Estos años fueron de doble desafío porque una cosa es casarse y convivir, y otra casarse, convivir y una pandemia en el medio. Pasamos mucho tiempo juntos desde que nos conocimos.
-Trabajan juntos, además...
-Sí, ahora está en la producción del programa, así como estuvo en la del anterior. Forma parte del equipo y me pone contento porque, además, cada uno tiene su función y todo súper bien. También colabora conmigo en la radio de Pinamar y ya venimos aceitados en esto de trabajar juntos.
-¿Tienen ganas de ser padres?
-Hay ganas y es el proyecto, pero no hay apuro porque ya tengo claro que voy a ser un padre grande y a ella tampoco la corre el tiempo porque es más joven. Sucederá cuando tenga que suceder.
-Tuviste covid hace poco más de un año y no la pasaste nada bien, ¿te dejo secuelas?
-La pasé horrible, la verdad, pero estoy bien. Los chequeos de rutina salen bien, por suerte. Ninguna secuela.
-Juego chino sale al aire antes de PH Podemos hablar, ¿recibiste algún mensaje de Andy Kustensoff o de otros compañeros de CQC?
-No en estos días. De todas maneras, Andy no fue compañero mío en CQC porque entré para reemplazarlo. Para muchos sigo siendo el Pelado de CQC y estoy muy orgulloso porque es algo lindo y lo que cambió mi carrera y mi vida. El 28 de julio pasado se cumplieron 30 años de mi primer bolito en La banda del Golden Rocket y diez años después entre a CQC, y en el medio hay mucho remo. En un mes de CQC logré mucho más que en diez años haciendo bolitos en teatro independiente, televisión y demás cosas dignas que hice para intentar encontrar un lugar en los medios. Siempre destaco a Mario (Pergolini) y a (Diego) Guebel, dos tipos muy talentosos e innovadores. Si miras un programa de CQC de 2011, tiene una calidad que parece actual.
-¿Fantaseas con un regreso de CQC?
-Estuve en 11 temporadas y a veces fantaseo con hacer diez especiales, por ejemplo. Es un programa que sería lindo volver a ver. Nunca se planteó la posibilidad de hacerlo, pero es un deseo para mí. Son programas que quedaron en la historia de la tele y lo digo con humildad porque yo miraba el programa antes de ser parte. Me encantaba. Y cuando fui parte, mi sensación era como la que debe tener un chico hincha de River que juega al fútbol y un día debuta en River y dice: ‘Pensar que yo antes venía a ver los partidos y ahora juego’. Eso me pasó con CQC.
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