Guido Kaczka es un ser generoso de palabras, apasionado del diálogo. Un trabajador de toda la vida, al que le cuesta disociar su vida personal de la profesional porque frecuentó los canales de televisión desde antes de empezar la escuela. Con mucho esfuerzo y mucha autodeterminación, llegó hasta donde él quería: la conducción y la producción de ciclos para todo tipo de público.
El niño actor de la telecomedia Pelito quedó atrás hace tiempo. En dos semanas cumplirá 41 años, pero este adulto se sigue divirtiendo a la hora de trabajar. Esta semana regresó a la pantalla de eltrece con un nuevo programa de entretenimientos apto todo público: Otra noche familiar mientras continúa su exitoso ciclo radial matutino en La100, No está todo dicho, que ya lleva cinco años al aire. En plena vorágine laboral, este conductor que ama y domina el micrófono y sabe conectar con la gente, abre las puertas de sus estudios y se toma un tiempo para hablar con LA NACION.
-En radio estás desde 2014 con No está todo dicho, que tiene muy buena repercusión, y ahí encontraste una estabilidad, que en la pantalla no parecés tener, ¿no? En la TV hay más cambios, está el rating, el minuto a minuto... ¿Cómo manejás los tiempos de uno y otro medio?
-Creo que tengo un mismo espíritu. Es cierto que la radio es distinta, pero yo tengo un ritmo propio en algún sentido. Vivo bastante el presente en cuanto a los laburos. Siempre estoy cuidando que lo que voy haciendo tenga solidez porque soy productor y manejo equipos. Necesito saber que tenemos cimientos para que esa producción se mantenga en el tiempo. Sin gritarlo esto, es algo que consigo hace muchos años, que tiene que ver con una idea de trabajo. A veces se te da más, a veces se te da menos.
-Además encontraste una forma de conectar con el oyente junto a Claudia Fontán y tu equipo, que funciona. Mezclan humor y actualidad e interesan, en un momento difícil para el medio.
-Sí, arrancamos el sexto año y es un programa que va primero en la FM, en su horario.
-En uno de los horarios de mayor encendido de radio...
-Sí, sí, en lo que es el prime time de la radio, así que es un desafío para mí, porque soy más bien larguero y en televisión hace 35 años que estoy y con la radio recién empiezo el sexto.
-¿Cómo compatibilizas hacer televisión y radio con tu vida familiar?
-Trato de ordenarme. Voy lidiando para tratar de hacer lo mejor posible. Estar lo más presente en cada una de las cosas de la vida. A veces salen mejor, a veces salen peor. El gran trabajo es tratar que las cosas salgan muy bien y después aceptar que a veces no salen tan bien. Así que hay que convivir con eso.
-¿Televisión o radio?
-La televisión es donde nací, donde trabajo desde muy chico.
-¿Esperabas esto o se te dio de casualidad a través de tu familia?
-Sí, sí, sí, yo soñaba esto, de hecho yo insistía. Si bien es cierto que mis hermanos eran los que iniciaron este camino, yo quería y quería, pero evidentemente no era sólo para hacer lo que hacían ellos o para la mirada de mamá. Se transformó en trabajo, en el gusto. A mí la televisión, en su conjunto, era lo que siempre me gustó, estar en el canal, más allá de trabajar como actor.
-¿Quiénes fueron tus referentes de chico?
-De muy chico, como conductor, yo siempre pienso en (Juan Carlos) Mareco porque trabajaba con él, pero la verdad es que tuve muchos. (Gustavo) Yankelevich, (Gerardo) Sofovich, Martin Kweller, que es mi socio. Uno tiene idea que un referente es alguien que está muy lejos, pero hoy mis referentes están cerca. En su momento era Mareco conduciendo y yo pensaba que eso sería para mí lo máximo. Lo cierto es que A Todo o Nada es un programa que se empezó haciendo acá en Kuarzo, en el mismo estudio donde yo pensaba esto de Mareco y, ahora, 30 años después yo estoy en ese estudio, en mi programa, y pienso ¡qué loco!
-¿Recordás momentos críticos de tu carrera en los que pensaste dejar todo?
-No, no, no me pasó nunca. Nunca pensé seriamente en dejar todo, me pude haber enojado, sentirme frustrado, que las cosas no me salían...
-¿Cómo manejás esos casos?
-Trabajo, trabajo, trabajo. Me sigue pasando hoy en día porque hay días que digo no me sale.
-¿Qué sentís que no te sale?
- No me sale, no encuentro, no me parece. Cuando tenés lo que parece ser una tela en blanco para un pintor... a todos nos pasa en nuestro laburo.
-¿Cómo manejás el vivo en tevé o en radio cuando en tu vida puede estar pasándote algo movilizante? ¿Lo disimulás...? ¿Qué hacés?
-En realidad no es que disimulo, elegís hablar de unas cosas y otras no. Prefiero trabajar con la verdad. De hecho la carrera de conductor la disfruto mucho más que la de actor. Me gusta que se me junte el Guido de la tele con el Guido de la vida porque sé que en el fondo son los mismos. Eso no implica que no tenga intimidad. A mí me gusta la intimidad, pero el Guido de la tele dice que le gusta la intimidad, o sea que no hay dos Guidos, hay uno que en un momento hace una cosa y hay otro que en otro momento hace otra. Parecen dos, es cierto, porque son distintos, pero es el mismo.
-Tanto en radio como en televisión, ¿vos tenés el control de la conducción o te marcan el camino?
-Trabajamos en equipo, pero obviamente en general el estilo -como pasa en la mayoría de los programas- es el del conductor. Ni siquiera es una decisión arbitraria, es natural. Uno va en una ola que la surfea lo mejor posible, pero es arrastrado por la situación. Lo mismo pasa en los programas, viene un participante y me tengo que subir lo mejor posible a ese participante. Yo no puedo hacer lo que yo quiero.
-Este nuevo programa de tevé, ¿cuánto tiempo estará en pantalla?
-Nos juntamos con Adrián Suar y Pablo Codevilla en una reunión e imaginamos un calendario anual, pero a mí no me gusta hablar de las fechas, porque sé que voy a estar mintiendo, quiera o no quiera. Nunca se me da un calendario televisivo como pienso que va a ser, es natural porque hoy se va viendo sobre la marcha.
-¿Creés que hay otras cosas además del rating que definen el éxito?
-Hay más sí, depende qué es el éxito. El rating es muy importante porque es un indicador que utilizan los publicistas para pautar en televisión, pero no es el único. Lo mismo para el éxito de un programa en cuanto a contenido. Cuando no tenés un problema gigante de rating, le das menos atención al rating y más a otros problemas que tenés. No me molesta el rating ni el minuto a minuto, pero sí es verdad que no es lo único que hay.
-¿El Martín Fierro que ganaste los sentís como parte del éxito?
-Sí, sí, haber ganado el Martin Fierro a mejor conducción, en 2018, fue muy lindo. Me encantó.
-¿Cuál es tu relación con tus competidores del prime time?
-Todos los conductores que sostienen programas y permanecen en el tiempo son muy buenos, Te puede gustar más uno que otro, porque hay un trabajo que tiene que ver con el estilo de cada uno.
-Tu estilo en TV es el vivo, ¿conocés a los participantes antes del programa?
-No, la mayoría de las veces no, algunas veces sí, pero a mi me gusta mucho el encuentro genuino. Por eso, prefiero conocer a la gente por primera vez mientras estoy al aire. Es más, muchas veces entro el estudio, hago lo mío, me voy y vuelvo a entrar. Yo me imagino que muchas veces la gente que viene al estudio debe pensar: "Viene y se va al toque, no nos saluda a todos antes". Eso tiene que ver con que todo lo que suceda sea lo más auténtico posible.
-¿Te quedan recuerdos de los participantes de tus programas?
-Sí, . Mi programa son excusas para mostrar un encuentro con la gente y eso es lo más entretenido del programa.
-¿Tus hijos (Romeo , Benjamín y Helena) ven el programa?
-Sí, sí, los tres, hasta la más chiquita, los perros...
-Y después... ¿esperan que hagas el personaje de conductor en la casa?
-No, no, entienden bien que es un trabajo, les divierte. Con Romeo [que tiene 10 años], sobre todo, hablamos de los juegos que van a venir y por ejemplo le conté el de los perros y pensamos cómo puede ser la mejor manera.
-Vos a la edad que tiene Romeo ya estabas trabajando, ¿él no tiene esas ganas?
-Sí, ya estaba trabajando porque empecé a los cuatro años, pero Romeo no tiene ganas de trabajar así en la tele, pero sí como guionista, le gusta YouTube.
- ¿Cuál fue el secreto en tu caso para llegar hasta dónde estás?
-Me parece que el recorrido, la familia y en este sentido, la tenacidad. Cuando vos encontrás el gusto por algo, hacerlo es un poco el resultado. Entonces siempre vas a seguir, aunque no tengas buenos resultados, es lo que vos querés hacer. Vos te levantás a la mañana y lo vas a querer hacer, se te den o no las cosas. Si encontraste el destino, lo vas a seguir haciendo. No sé si es el secreto, pero en un país que es difícil como este, el asunto es esforzarte, seguir, no abandonar.
-Vos tuviste dos parejas importantes conocidas, una con Florencia Bertotti, que es del ambiente y la actual con Soledad Rodríguez, que no está relacionada al medio. ¿En qué momento te encontró cada relación?
-El que salía con Florencia era otro Guido. Se me hace difícil pensar en las diferencias de las parejas porque en realidad pienso más en las mías. Era otra historia, tenía otra vida. Uno es en relación al otro. Vos estás con una pareja y en realidad yo no estaba con la anterior, estaba otro Guido, porque yo era distinto.
-¿Dónde se conocieron con Soledad Rodríguez?
-En un after office. Salimos con unos amigos al hipódromo de San Isidro. Me gustó, me pareció muy linda. Nos pusimos a hablar con mis amigos e inmediatamente tuvimos un encuentro de esos que te ocurren, que es muy difícil buscarlos porque cuando los buscás no aparecen y de golpe se encuentran. Es como las llaves, en un momento no tenés que buscar más para encontrarlas. [Risas]. Un poco así, yo no andaba buscando ni tampoco pensaba que era el lugar donde me iba a enganchar con alguien para formar familia o tener hijos. Y sucedió.
-Ella trabaja en el área de la comunicación, ¿nunca le tentó incursionar en los medios?
-Sí, le gusta todo lo que es comunicación, pero hace su camino.
-Más allá del trabajo, ¿qué otras cosas hacés? ¿qué actividades te relajan, te despejan?
-Me gusta correr, me gusta ir a comer afuera, ver películas. Me gusta mucho charlar, soy un hablador total. También hago mucho psicoanálisis, me gusta pensar. El diálogo es una cosa que me gusta.
¿Cuándo verlo y escucharlo? Guido Kaczka está al frente de Otra noche familiar, de lunes a viernes, a las 21.30, por la pantalla de el trece. En la radio, está en La100, de 10 a 14, con su programa No está todo dicho.
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