Un llamado telefónico lo llevó a la cima y fue famoso sin buscarlo: Hijitus, el humorista al que VideoMatch le cambió la vida
En 1993 se sumó a uno de los éxitos más importantes de la TV argentina; tuvo una banda de rock en el under de Rosario y hoy no para de hacer shows; cómo se reconvirtió para incluir a las familias en sus espectáculos
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Su primer recuerdo de algo relacionado con el humor data del año 1976 o 1977. No lo tiene muy en claro. “Fue a los 10 u 11 años. Estábamos en la casa de Pablo Granados; él tenía un radiograbador chiquito que estaba de moda en esa época y era novedoso. Poníamos un casete, apretábamos PLAY-REC y hacíamos imitaciones de partidos de fútbol. Empezábamos a coquetear o imaginarnos situaciones humorísticas”, rememora Flavio Gastaldi, tal su nombre verdadero, pero desde hace al menos tres décadas conocido como Hijitus.
Oriundo de Rosario como su compañero de primera y secundaria, Pablo Granados, se instaló en Buenos Aires a finales de 1993 y nunca más regresó. Con Marcelo Tinelli al frente, formó parte de uno de los momentos de mayor popularidad de Videomatch y construyó una larga carrera llena de trabajo que todavía lo tiene de escenario en escenario, siempre ligado a sus dos mayores pasiones (la tercera sería el fútbol): el humor y la música.
Actualmente, lleva adelante un show de humor, música y magia, en ocasiones secundado por el mago Cristian Magic o por su amigo Alejandro Horvat. “Humor blanco, para toda la familia”, lo define en diálogo con LA NACION y revela que luego de la pandemia comenzó a recibir muchos llamados para hacer eventos privados y presentaciones en cervecerías y bares. “Ahora, afortunadamente estoy haciendo todo el tiempo shows”, dice Flavio y adelanta que ya tiene cerrada de palabra la temporada de verano en Mar del Plata junto al humorista Alfredo Silva, Dani Bifulco de Los Jaimitos y el mago local Andy. Van a hacer La vacuna del humor, el refuerzo, una continuación del espectáculo que hicieron a sala llena durante los 15 días de las vacaciones de invierno pasadas.
Luego de meses de encierro, limitaciones en el aforo, aperturas y cierres que complicaron la actividad de la gran mayoría de los artistas, los espectáculos volvieron a funcionar normalmente y el público se volcó nuevamente a la industria del entretenimiento. “En la pandemia nos pasó lo que le pasó al 90 por ciento de los artistas. Encerrados, sin poder laburar, tratando de inventar shows por streaming”, comenta Flavio. “Tuve la suerte de hacer uno con excompañeros de Videomatch como Larry de Clay, Carna, Fer Ramírez y Toti Ciliberto. Había que remarla, como todos, para ver de qué manera se salía porque no podíamos laburar”, asegura.
Sin embargo, aclara que tras la reapertura de las actividades se notó el cambio. “La gente estaba ávida de humor, por eso empezamos a tener muchos shows privados. Empezamos a laburar mucho en eventos y de ahí ya no paramos más”, señala.
La temporada de verano de 2020 fue la primera en décadas que Hijitus se quedó en Buenos Aires. Con un panorama incierto para el teatro, aceptó la propuesta de un productor para hacer una obra en la ciudad. No obstante, al año siguiente lo contrataron de una cadena de hoteles para hacer shows a lo largo de toda la costa bonaerense y fue testigo de cómo comenzó a reactivarse la industria. La clave del éxito de sus espectáculos, dice, es que son para toda la familia, incluidos los más chicos. “Cuando la gente está en la costa, generalmente va con los chicos y no tiene con quién dejarlos. Nosotros nos fijamos en que el espectáculo sea para toda la familia, para que puedan venir también con los niños”, explica.
De Rosario a Buenos Aires
“Yo soy de Rosario”, dice Hijitus y la frase suena como un mantra. Tanto, que no es la primera vez que la pronuncia a lo largo de la entrevista. Hincha fanático de Newell’s Old Boys, dio los primeros pasos de su carrera artística en su ciudad natal. “Arranqué en la televisión de cable de allá haciendo participaciones, no siendo protagonista de ningún programa”, aclara y rememora: “Pablo Granados y Pachu Peña tenían un programa de cable allá que era bastante exitoso y después pasó a la televisión de aire de Rosario. Cada tanto, me llamaban para participar de algún sketch. Después empecé a trabajar en alguna radio alternativa, mientras que despuntaba el vicio de tocar rock and roll con mi banda”.
Pocos los saben, pero antes de ser el Hijitus de Videomatch, Flavio Gastaldi se desempeñó como bajista y compositor en Los Arnaldos, un grupo de rock que tuvo entre sus filas a algunos futuros miembros de Vilma Palma e Vampiros, como el cantante Mario “Pájaro” Gómez. Durante los últimos años de la década del ochenta, se presentaron en diferentes bares del under rosarino. Hoy se pueden escuchar algunos de sus discos en Spotify y ver los videoclips de la banda en YouTube. “Hacíamos canciones con mucho humor, muy irónicas, y tocaba la guitarra también. Le puse Los Arnaldos en homenaje a Arnaldo André. Escuchaba mucho Los Ramones y miraba las telenovelas de él”, explica Flavio.
A principios de los ochenta empezaron a estudiar música y a conectar más con el rock que con el humor. “Ya el hecho de armar bandas, subirse al escenario las primeras veces, descubrir la adrenalina de actuar, nos fue llevando y le fuimos encontrando el gustito”, dice.
“Hacíamos una música bastante rockera”, dice Flavio sobre el sonido de Los Arnaldos. Y comenta que en Rosario, en aquella época habían salido lo que se llamó la trova rosarina, compuesta por nombres de la talla de Fito Páez, Juan Carlos Baglietto y Rubén Goldin, entre otros. “Nosotros éramos los que veníamos detrás, los más chicos, teníamos 10 años menos. Cuando pasó esa cosa medio acústica, nosotros veníamos con una efervescencia. Había arrancado la democracia y queríamos tocar, no sé, The Clash. Íbamos por ese lado, no estábamos con la cosa hippie, estábamos más podridos y teníamos 18, 19 años, otra cabeza, queríamos imponer ese tipo de música”, recuerda.
Todo cambió radicalmente cuando su amigo Granados, que ya estaba trabajando con Tinelli, le avisó que había un casting para entrar en Videomatch y Ritmo de la Noche. De la mano de su coterráneo, conoció a la producción del programa y a finales de 1993 se mudó a la capital para sumarse a la nueva faceta del programa. “En ese momento pedían cámaras ocultas. Videomatch dejó de ser un programa de bloopers y especialistas en deportes y se pasó totalmente al humor. En ese cambio llegué yo, tendría 26, 27 años. De ahí empecé profesionalmente a estar en los medios y fueron casi 10 años seguidos en el programa en la época, creo yo, de mayor éxito”, dice Hijitus.
Con su perfil siempre atolondrado, histriónico y excesivamente desafinado, Hijitus era uno de los protagonistas más graciosos de las cámaras ocultas, una de las secciones más populares del programa. También supo aprovechar su talento para ponerse en la piel de todo tipo de personajes: de una nena que cuenta chistes, al insoportable “Carucha”, un cantante negro llamado Cindy López, Soledad Silveyra en Gran Cuñado, la parodia de Gran Hermano, y hasta un inolvidable Mariano Closs que no paraba de gritar: “¡Don Niembro!”.
“Yo siempre digo que para mí, que soy de Rosario, actuar con Marcelo Tinelli en Videomatch, en esa época, era como pasar de Aldosivi directamente a la selección nacional. Era estar jugando con los grandes popes del fútbol, una escuela de aprendizaje de cómo producirte, guionarte, maquillarte, hasta te involucrabas en el vestuario”, asegura Hijitus.
De repente, empezó a ser reconocido en la calle. Le pedían autógrafos, más adelante fotos. La televisión de aire tenía una potencia difícil de calcular. “Era un programa muy popular que salía de lunes a viernes. ¡Éramos los Beatles! Todo el mundo se paraba para ver las cámaras ocultas”. A bordo de semejante éxito recorrió el mundo y hasta tuvo la suerte de vivir la experiencia del Mundial de Francia en 1998.
Su vínculo con Videomatch terminó en 2002, pero Flavio no paró de trabajar. Enseguida le ofrecieron hacer un programa en Ecuador con el “Turco” Nahím y algunos productores del programa. No lo dudó y se fue a vivir seis meses allá. “Era el momento en que había explotado la Argentina. Se había disparado el dólar, del uno a uno pasó a estar cuatro a uno, y a nosotros nos llegó un contrato en dólares que nos venía bárbaro en ese momento”, argumenta. Pero lo que no sabía es que a su recorrido todavía le faltaba un nuevo pico.
El gran éxito de No hay dos sin tres
Freddy Villarreal, Pachu Peña y Pablo Granados se unieron en 2004 para llevar a cabo No hay dos sin tres, un programa de humor diario en un canal de aire (El Nueve), todo un desafío que cosechó un éxito inesperado, sobre todo durante el primero año y medio de los tres que duró el ciclo. ”Tuve la suerte de tener una continuidad laboral en la tele bastante larga -reflexiona Hijitus-. Nos ganamos un Martín Fierro a mejor programa de humor, laburamos muchas horas para hacer un programa diario. Fue mucho laburo, 10, 12 horas por día en el estudio haciendo sketches, una gran experiencia”.
Fue tal el boom inicial de No hay dos sin tres que uno de los sketches, Ricos y Mocosos, una parodia de la serie de Cris Morena, Rebelde Way, se convirtió en un programa aparte. “Era un colegio de todos alumnos re tops, muy exacerbado y divertido. Anduvo tan bien que eso que empezó siendo un sketch de 10 minutos, terminó siendo un programa de media hora dentro del programa diario de una hora”, recuerda Hijitus, que interpretaba a Isidro, uno de los adinerados estudiantes del colegio elitista. “Tipo na’” o “¡patético!”, eran los latiguillos que se repetían una y otra vez e incluso trascendían la pantalla.
Pero hacer un programa diario de humor no era una tarea sencilla. “Los grandes programas de humor como La Tuerca, No toca botón de Alberto Olmedo o Calabromas, eran semanales. Imaginate hacer eso todos los días. La dinámica de laburo que tenés que tener y la capacidad de escribir, de producir. Por ahí necesitás una escenografía de un bar y después otra de un barco. Necesitabas mucha guita y mucha cabeza creativa”, explica el actor. “Había un equipo de guionistas que estaban todo el día escribiendo. La producción [Pachu, Pablo y Freddy] bajaba una idea de lo que querían y ellos escribían. Después terminábamos retocando entre los artistas, entre todos tirábamos ideas. Le dábamos la última vuelta de tuerca”, agrega.
La escuela que fue Videomatch se convirtió en un entrenamiento clave para llevar adelante un programa como No hay dos sin tres. “Esa experiencia de tantos años nos dio ese plafón para poder aportar ideas, chistes, gags”, asegura Hijitus y dice que actualmente no hay en la televisión una propuesta de esas características. “No veo que haya un programa de humor en la tele, sí veo cosas que tienen humor y me parecen divertidas. Que funcionan desde hace mucho, como Bendita de Beto Casella. Ahí el humor me parece que pasa por la edición de las notas”, explica. Y aclara: “No sé si un programa de sketches funcionaría, me parece que quedó viejo. Lo último que hubo de sketches en la tele no sé si fue No hay dos sin tres. Sketchs clásicos, a la vieja usanza. No sé si los tiempos de la tele se bancarían un programa de humor de una hora”.
Sus últimas apariciones en la pantalla chica fueron el año pasado en Polémica en el Bar (América TV). Además, estuvo al frente de un programa en la trasnoche de eltrece, Casanovas. “Era los sábados a la noche, un programa de media hora de entrevistas, música y humor donde yo tenía una gran participación ahí. Lo hicimos durante cuatro meses. La tele siempre me gustó y ahora la extraño un poco. Más allá de que la costumbres, a raíz de la aparición de tantas redes sociales, los rating cambiaron. Ya no es la misma tele de cuando yo arranqué, a principios de los años 90, pero siempre tengo el corazoncito ahí”, dice Flavio.
El día que Hijitus jugó con Messi y Scaloni
La consagración de la selección argentina en la Copa América 2021, de la mano de Lionel Messi y de su tocayo, el DT Scaloni, generó una ola de recuerdos sobre el exfutbolista de Pujato, Santa Fe. Una de las reliquias que más sorprendió a los fanáticos de “La Scaloneta” fue una foto del capitán del seleccionado junto a Pachu Peña, Pablo Granados, Maxi Rodríguez, el propio Scaloni e Hijitus, entre otras figuras. Una cumbre de “leprosos” que, sin dudas, forma parte de la lista de mejores recuerdos del humorista rosarino.
Flavio recuerda que fue en 2009, en el marco de un partido a beneficio que se jugó en el estadio del club de sus amores, el Coloso Marcelo Bielsa. “La cancha estaba llena, lo trasmitió en vivo Canal 13. Fue un día de semana, a la noche. Invitaron a algunos artistas identificados con Newell’s, como Pablo Granados, Pachu Peña y yo. También estaba el tenista Guillermo Coria, el Cabezón [Roberto] Trotta, fue muy divertido”, dice el actor.
Y revela: “Después del partido hubo una cena y la pasamos muy lindo. Tuvimos la suerte de poder brindar con Messi, compartir una copa con él. Fue muy divertido para nosotros estar en el vestuario, cambiarnos con los jugadores”.
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