Globos de Oro: Ricky Gervais, el azote de Hollywood, regresa al escenario
"Me hicieron una oferta que no pude rechazar" es la explicación que da Ricky Gervais ante la pregunta de por qué regresa por quinta vez a conducir la entrega de los premios Golden Globe cuando, desde su primera aparición, viene diciendo que no lo volverá a hacer. A pesar de la referencia a El padrino, la frase no es un eufemismo que refiera a un apriete mafioso sino, más bien, a una parva de dinero. "Estoy de acuerdo con la paridad de salarios entre hombres y mujeres", dijo en su cuarto año al frente de la entrega. "Por hacer esto yo cobro exactamente lo mismo que cobraron Tina Fey y Amy Poehler (las comediantes que lo reemplazaron entre 2013 y 2015). No es culpa mía si ellas tuvieron que dividírselo".
Tras una historia de más de seis décadas sin anfitrión y en la que los invitados famosos eran los encargados de entregar los premios (solo en 1995 los actores John Larroquete y Janine Turner oficiaron de conductores), en 2010 la ceremonia incorporó a Gervais como presentador. El cómico reclamó total libertad para decir lo que quisiera. Dado que los ratings de la transmisión (donde reside el beneficio económico del que viven los organizadores) venían en sostenida decadencia, se la concedieron. El resultado fue algo que nunca se había visto. No era inédito que los conductores de late shows o de entregas de premios se burlaran inocentemente de los traspiés de las celebridades en sus monólogos. Lo que nunca se había visto era que lo hicieran en su cara y con temas que solían generar silencio o una forzada conmiseración antes que remates cómicos. "Los actores son adorados en todas partes porque son reconocibles", dice Gervais a poco de comenzar su monólogo de la ceremonia de 2010. "Podés estar en el Tercer Mundo y ver a una estrella de Hollywood: te hará sentir mejor. Podés ser un niño asiático sin una sola posesión y sin dinero, pero si ves una foto de Angelina Jolie, inmediatamente pensás: ‘mami’".
Los tabúes y los secretos a voces que nadie más se habría atrevido a mencionar probaron ser sus tópicos favoritos. "Este año no nominaron a I love you, Phillip Morris, con Jim Carrey y Ewan McGregor. Dos actores heterosexuales que fingen ser gays. Exactamente lo contrario de unos famosos cientólogos". La referencia a la supuesta homosexualidad de Tom Cruise y John Travolta provocó sobresaltos entre el público, a lo que Gervais respondió: "No se preocupen, mis abogados me ayudaron a redactar ese chiste".
El cómico recibió a Bruce Willis como "el padre de Ashton Kutcher" (en ese momento, Kutcher, unos 22 años menor que Willis, estaba casado con su ex, Demi Moore) y a Mel Gibson haciendo referencias a su alcoholismo y a su antisemitismo. Los chistes sobre Gibson se hicieron recurrentes: "Nuestra próxima presentadora es talentosa, hermosa... y judía. Me lo dijo Mel Gibson. Está obsesionado". La pareja protagónica de Toy Story se llevó uno de los comentarios más causticos: "¿Qué puedo decir de los siguientes dos presentadores? Uno de ellos es un actor, productor, guionista y director cuyas películas recaudaron más de 3.500 millones de dólares. Ganó dos premios Oscar y tres Golden Globes por sus poderosas interpretaciones en películas como Filadelfia, Forrest Gump, Náufrago y Apollo 13. Y el otro... es Tim Allen".
Tras que Robert Downey Jr. fuera elogiado por sus apariciones en la clínica Betty Ford (dedicada a la rehabilitación de adicciones), el actor tomó la palabra y expresó lo que todos los invitados debían sentir en ese momento: "Si no consideramos que fue increíblemente malvado y un poco siniestro, yo diría que por ahora el show va bien, ¿no?" Por su parte, la audiencia televisiva probablemente oscilara entre la incredulidad y la satisfacción de que, por fin, alguien les recordara a estos personajes consentidos, privilegiados y habituados a la adulación permanente que no eran mejores que el resto de nosotros. Al día siguiente de cada una de las ceremonias en las que participó Gervais, compilaciones de unos 20 minutos con todas sus intervenciones aparecen en YouTube y cosechan millones de reproducciones.
El humor de Ricky también se volvió sobre sí mismo y contra sus propios empleadores, la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, que entrega los premios ("Los Golden Globes no tienen una sección como "In memoriam" para que se depriman. Para eso, dejamos que el presidente de la asociación diga unas palabras") y la cadena NBC, que los transmite ("Está muy bien que NBC transmita los Golden Globes porque es la única cadena justa e imparcial. Y lo es porque es la única cadena que no tiene ni una nominación").
Para su regreso de 2016, la etiqueta de lo que era permisible en el clima de corrección política dominante en Hollywood se había vuelto mucho más estricta. Gervais respondió con chistes acerca de Caitlyn Jenner, quien poco antes había estado en los titulares, no solo por su transición de género sino también porque se vio involucrada en un grave accidente automovilístico en el que murió una persona. "¡Qué año tuvo Bruce Jenner! Ahora Caitlyn Jenner obviamente. Se convirtió en un modelo para todas las personas trans del mundo. Mostró una gran valentía al derrumbar barreras y destruir estereotipos. Aunque no hizo mucho por el estereotipo de las mujeres al volante".
Como era previsible, este comentario, mucho más que ninguna otra cosa que hubiera dicho Ricky en años anteriores despertó ira en las redes sociales y especialmente la de los activistas transgénero, que lo acusaron de transfobia por llamar a Jenner con su nombre masculino (algo llamado "deadnaming", usar el nombre que las personas trans abandonaron). Las críticas fueron tantas que llegaron a Humanity, el primer especial de stand-up de Gervais en siete años (está disponible en Netflix, como su exitosa serie After life) . El cómico dedica parte de este show de 2018 a contestar y parodiar a sus detractores para quienes debe ser definitivamente "cancelado" por sus comentarios supuestamente discriminatorios. "Mientras más personas se ofenden por un chiste, particularmente en Twitter, más gracioso me parece. Y mientras más furiosa sea la respuesta, más oportunidades encuentro para usarla, convertirla en risas y en dinero para mí. La cultura de la corrección política no está matando la comedia, la está impulsando. Siempre fue así".
Hace pocos días, Gervais tomó partido, en una discusión online, por la escritora J.K. Rowling, que había defendido a una investigadora despedida por reafirmar la realidad del sexo biológico. Desde luego, rápidamente la furia se volvió contra él al subir la apuesta parodiando a una mujer trans. "Esas horribles mujeres biológicas nunca podrán entender lo que significa convertirse en una hermosa dama tarde en la vida. Ellas dan por sentados sus privilegios femeninos como ganar en deportes para mujeres o tener sus propios baños. ¡Pero ahora se terminó!", twitteó. "No se entiende sí estás tomando una posición o haciendo una broma. Si es una broma no es muy buena", le contestó una twittera. "Por eso era gratis" fue la réplica de Gervais.
Su participación en la entrega de los Globo de Oro, este domingo, no va a ser gratis, como el mismo se ocupó de aclarar. Es esperable que esta nueva aparición del cómico provoque revuelo. Como dicen las promociones, es en vivo y es definitivamente su última vez. Es decir, seguramente será la más polémica hasta que llegue la próxima.
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