Globo de Oro 2019: lo mejor y lo peor de la ceremonia
Con la conducción de Andy Samberg y Sandra Oh, se llevó a cabo la 76ª entrega de los Globos de Oro , los premios que otorga la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood. Con tres estatuillas, Green Book se convirtió en la gran triunfadora de la noche, junto a Bohemian Rhapsody y Roma, que se alzó con dos galardones. En esta nota repasamos los altibajos de una ceremonia desangelada que funciona como puntapié de la carrera al Oscar.
*LO MEJOR
El camino al Oscar, cada vez más impredecible
Contra todos los pronósticos, Bohemian Rhapsody, una biopic de Queen poco inspirada y plagada de controversia desde el comienzo- su director original, Bryan Singer, debió dar un paso al costado tras ser acusado de abuso sexual-, y que solo cuenta con unos últimos quince minutos de gran fuerza, se impuso por sobre cintas aclamadas como Nace una estrella, El infiltrado del KKKlan, If Beale Street Could Talk y Pantegra negra. El premio a Rami Malek no sorprende: la tentación de celebrar el legado de Freddie Mercury pudo más, y el favorito Bradley Cooper reforzó su campaña en la categoría de mejor director, lo cual fue un gran error teniendo a Alfonso Cuarón enfrente. Lo que sí sorprende es que un largometraje que cuenta con un promedio muy bajo de recepción crítica se lleve el galardón máximo y, de esta forma, pase a integrar la lista de nominadas al Oscar con total tranquilidad. Si bien estos dos premios fueron un gran paso en falso (como lo fue el de mejor guion para Green Book y no para La favorita), lo positivo es que sacude el previsible modus operandi que suele atravesar la carrera a los galardones de la Academia, por lo cual ahora habrá lugar para sorpresas.
El homenaje a Jeff Bridges
"Sos un caballero y un hombre de las artes, fue un privilegio ver cómo hacías tu trabajo", le dijo Chris Pine a Jeff Bridges- con quien compartió protagónico en el film nominado al Oscar, Sin nada que perder - en el preludio a la entrega del premio Cecil B. DeMille que destaca la trayectoria. El actor, quien debutó en cine a los dos años en el drama de 1951, The Company She Keeps, construyó una filmografía de lo más diversa, cuyos créditos incluyen largometrajes brillantes como La última película, Tucker: un hombre y su sueño, Los fabulosos Baker Boys, El Rey Pescador, El gran Lebowski y Loco corazón (por la que ganó el Oscar), entre muchos otros.
"Hay tanta gente que agradecer porque esto es un proceso de colaboración", expresó el actor al recibir el premio, el cual fue dedicado a su familia y a los realizadores con los que trabajó en su carrera, como Peter Bogdanovich y los hermanos Coen. "¡Estamos vivos y podemos hacer una diferencia!", exclamó Bridges, quien recibió aplausos sostenidos de sus pares.
Asimismo, la Prensa Extranjera de Hollywood entregó por primera vez el "Premio a la trayectoria Carol Burnett", precisamente a la gran comediante Carol Burnett, demostrando que, cuando se trata de destacar el recorrido de las leyendas, los Globos de Oro nunca fallan.
La emoción de Sandra Oh (y su merecida estatuilla)
Independientemente de su trabajo como anfitriona - en el que estuvo correcta, pero no del todo cómoda -, Sandra Oh protagonizó uno de los momentos más emotivos de la entrega cuando se le otorgó el galardón a la mejor actriz en serie dramática por su gran interpretación de Eve Polastri en la extraordinaria creación de Phoebe Waller-Bridge, Killing Eve. Oh no solo se mostró genuinamente sorprendida y feliz por tener la estatuilla en sus manos - ya había ganado un Globo de Oro en 2006, pero en la categoría secundaria - sino que además les dedicó el tramo final de su discurso a sus padres.
Recordemos que el año pasado la ex Grey's Anatomy se había convertido nada menos que en la primera intérprete de origen asiático en ser nominada a un Emmy como mejor actriz dramática. Romper barreras y abrir el camino para los demás. De eso se trata.
Otros grandes momentos. Roma de Alfonso Cuarón triunfando en la categoría extranjera y de mejor director, sellando así sus Oscar en los mismos rubros; Spider-Man: Un nuevo universo imponiéndose como mejor película animada; y el reconocimiento a dos secundarios de lujo: Regina King como mejor actriz de reparto por If Beale Street Could Talk, y Mahershala Ali por Green Book.
TIBIO, TIBIO...
El monólogo de apertura, por debajo de las expectativas
Sandra Oh y Andy Samberg comenzaron su monólogo de apertura con buena energía y revirtiendo la "malicia" contra el mundo de Hollywood aplicado por comediantes como Ricky Gervais y la dupla de Tina Fey-Amy Poehler, al hacer un "roast" - dinámica mediante la cual se aniquila a los interlocutores con bromas crueles -, pero a la inversa. De esta forma, los anfitriones destacaron el trabajo de los actores presentes hasta agotar la fórmula y pasar a gags más elaborados. Desde el recordatorio de la falta de representación en films como Bajo el mismo cielo y Ghost in the Shell- donde los roles asiáticos fueron para Emma Stone y Scarlett Johansson, respectivamente - en contraposición con el éxito de Locamente millonarios, hasta la parodia de una frase que Lady Gaga repitió más de 30 veces en la promoción de Nace una estrella y que se convirtió en materia prima de memes, los presentadores brillaron en su timing cómico.
Sin embargo, los nervios le jugaron una mala pasada a Oh y, cuando brindó un poderoso discurso sobre la diversidad, la audiencia no comprendía si se trataba de una broma y se rió en diversas oportunidades, por lo cual sus precisas palabras perdieron el impacto buscado y la seriedad que el mensaje requería.
LO PEOR
Los traspiés en los galardones televisivos
Cuando se trata de destacar lo mejor en materia de series, los votantes de la Prensa Extranjera de Hollywood suelen optar por la novedad, la producción del momento, el juguete reluciente. Como consecuencia, no fue casual que - en una de las decisiones más cuestionables de la noche - el premio al mejor actor dramático cayera en manos de Richard Madden. El protagonista de ese boom que fue Guardaespaldas se impuso por sobre Matthew Rhys, quien hace unos meses alzaba el Emmy por su enorme trabajo en la última temporada de The Americans. Por otro lado, Patricia Arquette se llevó el Globo de Oro a la mejor actriz de miniserie por la estridente interpretación que brinda en Escape at Dannemora, y que contrasta con la sutileza que exuda Amy Adams en Sharp Objects. De hecho, el merecido premio a Patricia Clarkson por la serie de HBO deja un sabor amargo, dado que su dinámica con Adams era lo que le daba un valor agregado a su actuación.
En cuanto a las categorías cómicas, los votantes dieron en el clavo al reconocer nuevamente a Rachel Brosnahan por su trabajo en The Marvelous Mrs Maisel, pero volvieron a inclinarse por la novedad al elegir a The Kominsky Method como mejor comedia, teniendo opciones superiores como la mencionada producción de Amy Sherman-Palladino y la excepcional The Good Place.
El tono de la ceremonia. La entrega se desarrolló con una tibieza inaudita para unos premios que son generalmente permeables a la espontaneidad. Con excepción de los excelentes discursos de Regina King, Sandra Oh, Jeff Bridges, Patricia Clarkson, Olivia Colman, Glenn Close y la emoción de Lady Gaga cuando ganó en la categoría de mejor canción por "Shallow", se notó una tibieza en la sala que raramente mutó en efusividad.
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