Murió Ginger Baker, el baterista que integró Cream junto a Eric Clapton
LONDRES.- Ginger Baker, el baterista del grupo de rock británico Cream, también formado por Jack Bruce (voz y bajo) y Eric Clapton (guitarra), murió a los 80 años, anunciaron sus familiares hoy en su cuenta de Twitter.
"Estamos tristes al anunciar que Ginger ha muerto pacíficamente en el hospital esta mañana. Gracias a todos por sus amables palabras en las últimas semanas", dijeron en el mensaje.
Baker es uno de los tres grandes bateristas británicos de la historia del rock, que hicieron leyenda en la segunda mitad de los años 60 junto a Charlie Watts (Rolling Stones) y Mitch Mitchell (Jimi Hendrix Experience). Nacido en Lewisham, un barrio del suroeste de Londres en 1939, dio sus primeros pasos en el mundo del jazz británico, que en ese momento se iba abriendo hacia el rhythm'n blues.
We are very sad to say that Ginger has passed away peacefully in hospital this morning. Thank you to everyone for your kind words over the past weeks.&— Ginger Baker (@GingerBDrums) October 6, 2019
Vayamos a segundos iniciales de "Hoochie Coochie Man" en la versión de The Graham Bond Organisation, la primera grabación oficial de Ginger Baker. El riff es harto conocido, esa cadencia bluesera que se resuelve en los dos primeros tiempos del compás y deja la otra mitad libre para que algún instrumentista lo complete con un breve estallido virtuoso. Allí, Baker parece arrebatarles el momento a sus compañeros de banda, no para ensayar un patrón a toda velocidad sino para marcar el pulso con dos golpes secos, rústicos y de swing maniatado, como los de un rey Zulú que hace tronar su bastón en medio de la selva para atemorizar a propios y ajenos.
"El blues y el rock se tocan así", parece estar diciendo Ginger Baker con sus martillazos. "Y el heavy metal, cuando exista, también se va a tocar así". El disco en el que se encuentra esa versión se llama, en inglés, claro, y en referencia a la fecha de su grabación, El sonido del 65. La batería, en cambio, es el sonido del futuro. No sería allí, es cierto, pero sí al año siguiente y con el debut de Cream, que se convertiría en el primer baterista con estatus de rockstar.
Nacido en Lewisham (al sur de Londres) en 1939 como Peter Edward Baker, Ginger Baker se ganó su apodo gracias a su pelo color jengibre. Rebelde e inquieto a edad temprana, tuvo un acercamiento al ciclismo durante su infancia hasta que, al promediar la adolescencia, la música se volvió su obsesión. En parte para calmar su hiperactivdad y cansarlo un poco, sus padres le compraron una batería cuando tenía 15 años. A los 16, ya formaba parte de algunas bandas de jazz tradicional con las que giraba y trabajaba a tiempo completo. Influido por Phil Seaman, uno de los grandes percusionistas de jazz de Inglaterra por ese entonces, Baker desarrolló un estilo que era, al mismo tiempo, articulado y violento. Si en el jazz de los 50 eso era una novedad, en el rock de los 60 y 70 él lo convertiría en determinante.
De personalidad conflictiva, Baker no terminaba de encajar en ninguna de las big bands que integraba y terminó encontrando su lugar en la escena del blues inglés. Allí, a princpios de los 60 conoció al bajista Jack Bruce con quien conformaría una de las alquimias de bajo y batería más solventes de la historia del rock. Sin sus instrumentos, sin embargo, nunca terminaron de congeniar. Así y todo, tocarían juntos en Blues Incorporated, la ya mencionada Graham Bond Organisation y en Cream, el supertrío que completaba Eric Clapton en guitarra.
Apenas tres años y misma cantidad de discos le bastaron a Cream para convertirse en el paradigma del power trío. Entre el blues valvular, la lisergia y el hard rock, pisarían fuerte en la era dorada de la psicodelia, especialmente con el indispensable Disraeli Gears (1967). Allí, Baker, un beatnick con batería, sacaba a pasear sus rudimentos jazzeros a los que parecía inyectarles esteroides y suplementos vitamínicos. De ese disco, los tracks iniciales "Strange Brew" y "Sunshine of Your Love" se convirtieron en arquetipos de composición. En la segunda, de hecho, puede rastrearse el germen del heavy metal que Deep Purple, Led Zeppelin y Black Sabbath definirían en la década siguiente. En el lado B, "Tales of Brave Ulysses" aportaba épica para que, años más tarde, los progresivos ortodoxos explotaran la faceta entre historias de reyes polígamos y viajes al centro de la tierra.
Pero las personalidades de los miembros de Cream harían estallar el grupo más fuerte que Ginger Baker a su redoblante. Después de Wheel of Fire (1968), una psicodelia en escala de grises, el grupo anunciaría su separación con un tour despedida y Goodbye, un último disco a modo de posdata, con apenas tres temas nuevos. Para ese entonces, los excesos y los egos eran incontrolables. Baker, de hecho, recién podria combatir su adicción a la heroína en la década del 80.
Aunque en los años posteriores a Cream Baker no lograría dar con proyectos que generaran demasiada repercusión mediática, nunca dejó de estar en movimiento. Integró Blind Faith con su compañero Eric Clapton, fundó Ginger Baker's Air Force y en 1971 se embarcó en la colosal tarea de instalar su estudio de grabación en Lagos, Nigeria. A pesar de las dificultades técnicas, el estudio abrió sus puertas en 1973 y ese mismo año albergaría a Paul McCartney para que, como parte de Wings, grabara Band on The Run. Durante su estadía en Nigeria, Baker también se dio el gusto de tocar y grabar con Fela Kuti, el padre del afrobeat y una suerte de gurú para cualquier músico occidental apasionado por las polirritmias africanas.
De allí en adelante, la carrera de Baker se volvería cada vez más volátil. Un año con Hawkwind en los 80, similar período de tiempo con Masters of Reality en los 90 y lo mismo con el regreso de Cream, en 2005. Los problemas de salud, además, empezaron a aquejarlo y a potenciar su vehemencia. En 2013 le diagnosticaron una obstrucción pulmonar crónica, aunque eso no impidió que siguiera tocando con sus diferentes proyectos. Las entrevistas que dio en esa época, por su parte, muestran cómo su irascibilidad rozaba lo gracioso, con respuestas tan ácidas como breves. "No viajaría ni 10 millas por ir a ver a los Stones", le dijo a la revista Rolling Stone en ese entonces y aclaró que el único músico bueno del grupo era su amigo Charlie Watts.
"La familia Baker está muy triste de comunicarles que Ginger está internado en el hospital en estado crítico. Por favor, recen por él esta noche", escribió su familia en redes sociales el jueves 25 de septiembre. Bautizado como "El primer superhéroe de la batería", Ginger Baker definió un estilo con el cual hoy sería imposible pensar el rock tal como lo conocemos. Brutal, melódico, implacable. Sus solos podían llegar a durar más de 15 minutos y dejar que los oídos del público queden como tierra arrazada. Tené cuidado de Mr. Baker, se titula el documental dedicado a su persona estrenado en 2012. Una advertencia válida para cualquier contacto civil con él, y también para cualquier parlante que intente soportar sus redobles de batería.
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