The White Stripes
Demonios de Detroit
Jack y Meg voltean a Satanás con piano, marimba y melodías asesinas
Malas noticias, Satanás: Jack White te dejó por el suelo. Get Behind Me Satan es una referencia bíblica, además de una posible invitación a la acción al Príncipe de las Tinieblas. Pero la música es tan salvaje que te puede hacer llorar por la impiedad con que los Stripes siguen aplastando a las demás bandas. Habiendo derribado a todos sus rivales, los Stripes se las arreglaron para superar su obra maestra de 2003, Elephant, del mismo modo en que Elephant superó a White Blood Cells (2001). Si por casualidad tenés una banda de rock, y no sos uno de los White Stripes, qué bajón ser vos en estos días.
Los Stripes adaptan una variedad de estilos musicales norteamericanos a su gusto emocional, y encuentran nuevas maneras de aullar acerca de sus tormentos románticos. Para Jack, esto implica bullir en baladas llenas de piano y marimba. Para Meg White, significa más que nada hacer estallar sus timbales. Ambos se acomodan entre golpes pesados de guitarra (“Instinct Blues”, “Red Rain”), bluegrass (“Little Ghost”) y falsete disco tipo Foreigner (“Blue Orchid”). “Forever for Her (Is Over for Me)” construye un ritmo fabulosamente seductor con los elementos más simples (guitarra acústica, marimba, maraca), mientras Jack canta: “Hagámoslo/ Subamos a un avión y hagámoslo”.
¿A quién le canta? ¿A Meg? ¿A Renée Zellweger? Uno preferiría no saberlo, teniendo en cuenta el demente “As Ugly as I Seem”, en el que Jack se monta a una guitarra folkie estilo Buffalo Springfield y a una melodía que reverencia a “I Believe in You”, de Bob Dylan. Meg canta la breve pero conmovedora “Passive Manipulation”. Para el gran final, “I’m Lonely (But I Ain’t That Lonely Yet)”, Jack se sienta al piano, busca entre las partituras una de las melodías country más viejas, aúlla acerca de haber perdido a su mama y reflexiona sobre sus opciones: “Ella es poco agraciada y caprichosa, y usa rodete/ Estoy solo, pero no tan solo todavía].
En sus dos canciones más sensuales, “Take, Take, Take” y “White Moon”, Jack canta sobre Rita Hayworth, la diosa del cine de los años 40. Es un ídolo de amor perfecto para él, ya que Jack es un reconocido fan de Orson Welles, quien estuvo casado con Hayworth el tiempo suficiente como para dirigirla en el pesadillesco film noir de 1947 La dama de Shanghai, una de las películas más terroríficas sobre el matrimonio. Get Behind Me Satan podría ser una remake rockera de ese film, con Jack y Meg como los amantes perdidos. Satanás, la mesa está servida.
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