(Cuidado: esta nota contiene spoilers. Un montón).
Hace dos semanas, Arya Stark salvó al mundo sin ayuda alguna.
Esta semana, casi se convierte en una de las miles de víctimas inocentes y anónimas del ataque demencial de Dany y Drogon a través de los cielos de King’s Landing.
En el tercer episodio de esta temporada, Arya había saltado de la nada para eliminar al ejército del Rey de la Noche con un solo golpe de su espada. Así que arrancó esta semana cabalgando junto a The Hound, confiada en que podría tachar otro nombre más de su lista cuando llegara a King’s Landing. En cambio, pasó la mayor parte del día luchando simplemente por mantenerse en pie y evitar ser aplastada por los escombros, la estampida del pueblo o las explosiones de llamas de la Reina Loca y su último dragón sobreviviente.
Convertir a Arya en el personaje que representa el punto de vista de la audiencia en la etapa final del ataque homicida de Dany tuvo sentido en varios niveles. Primero, una vez que su viejo amigo Sandor la convenció de la inutilidad de dedicar su vida a la venganza, Arya fue uno de los pocos personajes significativos en King’s Landing que no tenía que hacerse cargo de nada ni nadie. Mientras Jon estaba ocupado tratando de mantener a sus soldados en línea, Jaime en medio de un intento por salvar a su hermana/amante, y el Hound preparado para el duelo con su hermano (finalmente poco satisfactorio), Arya solo quería escapar por cualquier medio necesario. Así que podíamos seguirla desde el castillo hasta la parte más marginal de la ciudad, desde el callejón ardiente hasta las calles en llamas, a veces en tomas largas profundamente inmersivas. En segundo lugar, ella es, como se mencionó anteriormente, la mujer que evitó el apocalipsis, y ahora estaba absolutamente impotente para hacer algo ante el ataque de Dany. En tercer lugar, ha sido durante mucho tiempo uno de los personajes más queridos del programa, gracias a la interpretación de Maisie Williams y a un arco narrativo relativamente claro y consistente.
Poner a este personaje popular y casi sobrehumano al nivel del piso con el pueblo de King’s Landing fue la mejor manera de transmitir el horror que Dany estaba causando en el lugar. Y el intento de Arya de escapar de la carnicería presentó algunas de las tomas más asombrosas de lo que puede ser el episodio de televisión técnicamente más impresionante jamás realizado. Fue alucinante ver a Drogon atravesar los muros del castillo desde el interior y eliminar a la Flota de Hierro en menos tiempo del que le llevaría comerse un pancho. Pero seguir a Arya en medio de todo esto, en general a punto de morir de manera muy estúpida después de salvar a la humanidad, le dio al espectáculo -dirigido por Miguel Sapochnik- un toque lo suficiente personal como para que significara algo.
Y, sin embargo, fue muy difícil ver este episodio sin sentirse tan desorientado como Arya en King’s Landing.
Simplemente por el hecho de transcurrir durante el día, esta batalla tenía ventaja sobre la del tercer episodio. Se podía ver claramente todo lo que estaba sucediendo, incluidas las muertes de personajes importantes como Cersei y Jaime. La acción fue clara y el espectáculo aún más claro, incluso cuando las cosas se volvieron caóticas. Fue una demostración magistral de un Sapochnik en estado de gracia, una hazaña no menor para el mejor director que tuvo el programa. Pero la claridad visual solo hizo que fuera más fácil ver cuán confuso ha sido el show últimamente, tanto desde el punto de vista narrativo como de desarrollo de personajes.
La semana pasada, las ballestas gigantes de Qyburn eliminaron fácilmente a uno de los dos dragones de Dany. Esta semana, resultaron completamente inútiles contra Dany a pesar de que atacó en un día soleado y había docenas de estas cosas cargadas y listas para disparar al primer sonido de aleteo. El buque insignia de Euron Greyjoy fue uno de los primeros barcos quemados por Drogon, pero Euron no solo sobrevivió, sino que salió relativamente ileso para una pelea completamente inútil con Jaime. (Finalmente, Jaime no murió a causa de sus heridas en esa batalla, sino del castillo que se derrumbó sobre él y Cersei, lo que hizo que toda la pelea fuera innecesaria). Jaime quedó afuera del castillo junto a cientos de refugiados cuando se cerraron las puertas, pero luego encontró un callejón que nadie más había notado y llegó hasta la fortaleza. Literalmente todo el castillo se estaba desmoronando, pero el pequeño tramo de escaleras en el que pelearon los hermanos Clegane por algún motivo se sostuvo. Aparentemente, quedaban cientos de Dothraki en pie para ser parte de esta masacre, a pesar de que en el tercer episodio se vio que casi todos ellos fueron eliminados en los momentos iniciales de la batalla contra los muertos.
Cuanto más se veía, menos sentido tenía todo. Y eso es particularmente cierto en el caso de Daenerys, que pasó de ser una liberadora de esclavos a una asadora de familias.
Es cierto que la transición de Dany hacia la locura genocida no se inició de la nada. A lo largo de sus viajes a través de Essos, su solución preferida a los problemas siempre fue quemar a todos los involucrados. Es impetuosa, narcisista y uno de los últimos miembros de una familia con un historial de hacer las cosas exactamente como las hizo ella en King's Landing. Pero la forma en que se desarrolló su personaje durante esta temporada se sintió descuidada en relación a temporadas anteriores. No se trata solo de las inconsistencias de personajes como Euron, Bronn y Jaime, que sobrevivieron a los ataques de un dragón, o de Varys (QEPD), que parecía poder teletransportarse entre continentes. El problema es que los creadores Benioff y Weiss fueron poco eficientes a la hora de lograr que los personajes, y en particular la Madre de los Dragones, lleguen al punto final planificado sin forzar los hechos. Es claro hacia dónde quieren ir, pero no hicieron el trabajo necesario para llevar a Dany de "errática pero bien intencionada" a "capaz de quemar a miles inocentes porque se le da la gana". Las decisiones demenciales de Dany en King’s Landing hubieran requerido al menos media temporada más para sentirse naturales. Pero los responsables del show necesitaban que su reina se volviera loca rápido, y eso fue lo que hicieron.
Ningún episodio de televisión fue más impresionante que este. Pero la destreza técnica no estuvo acompañada por destreza narrativa. Como resultado, los más de 80 minutos del episodio se hicieron cuesta arriba.
Lo cual nos lleva de vuelta a Arya. Sandor Clegane la convenció de olvidarse de su venganza y hacer algo más productivo con su vida, pero terminó sucia, ensangrentada y lastimada, aunque todavía lo suficientemente lúcida como para salir de la ciudad en el caballo blanco que encontró una vez que la batalla llegó a su fin. Da la sensación de que Arya podría sumar el nombre de Dany a su lista, y parece ser el personaje sobreviviente mejor preparado para hacer que el reinado de la nueva monarca de Westeros sea muy corto.
Si alguna vez Game of Thrones tuvo un personaje creado para salvar al mundo dos veces en poco tiempo y entusiasmar a los fanáticos al hacerlo, es Arya Stark. Pero parte de esa emoción proviene del hecho de que su arco narrativo ha sido relativamente transparente y progresivo. Todavía pueden pasar muchas cosas en el final de la serie la semana que viene, pero este episodio parece habernos preparado para un enfrentamiento entre la mujer que se la pasó en el cielo y la que anduvo arrastrándose por el piso. Y va a ser difícil no hinchar por la que estaba en el suelo. No es solo que se trata de una figura mucho más compasiva en este momento, sino que su historia fue bien contada, mientras que Dany se convirtió en un desastre apurado sobre el final de la serie.
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