Fuego andaluz
Noches de Flamenco en Buenos Aires / Relación y dirección: Jorge Mazzini / Coreografía: Jorgelina Amendolara, Mónica Luque y Yamil Rabaj / Iluminación: Paco Urdiales / Vestuario: Pablo Bonet y Si Sánchez / Elenco: Jorgelina Amendolara, Baldomero Cádiz, Gastón Stazzone, Eugenio Romero, Yamil Rabaj, Ballet Palma y Tacón / Funciones: viernes y sábados, a las 20 / Teatro: Astral / Nuestra opinión: muy buena.
El flamenco se instala otra vez en la calle Corrientes con todo el ardor y el colorido gitano. Y también es otra vez Jorge Mazzini el encargado de engarzar una serie de cuadros que retratan las penas, el amor, la alegría y la nostalgia de un pueblo milenario que habla a través de los acordes más entrañables de su raza. Teniendo como constante fondo dos guitarras, una flauta traversa y un cajón, además de Miriam Condolero, que se convierte en relatora de cada una de las estampas, el show se inicia, al compás de castañuelas y taconeo, con la presencia de la excelente voz de Eugenio Romero y del bailaor Gastón Stazzone, quienes, con la banda flamenca, se encargan de resumir esos intensos fuegos que, provenientes de las cuevas granadinas, se transforman en pasión y en arte.
La primera bailarina Jorgelina Amendolara y el cantaor Baldomero Cádiz van recreando con indudable maestría las principales notas de bulerías, seguiriyas, farrucas, alegrías y fandangos, y proponen un concepto moderno de espectáculo teatral para músicas y coreografías de fuerte raíz. El tango porteño -pariente del tango andaluz- está también aquí a cargo de Eugenio Romero, quien brinda un homenaje a nuestra música popular al compás de "Volver", de Gardel y Le Pera, mientras que Baldomero Cádiz, de gran caudal vocal, evoca a Camarón de la Isla, máximo exponente del cante flamenco. La simpatía y la alegría de vivir transitan por el amor reñido en las figuras de Amendolara y de Cádiz, mientras que Yamil Rabaj baila los celos que enloquecen al ritmo de soleá por bulerías. El excelente ballet demuestra una notable convicción telúrica cuando, con las manos y los brazos en el aire y esa picardía andaluza, evoca lo más típico del género, en tanto que la banda musical se encarga de enmarcar este paseo por lo más nostálgico del arte flamenco. Jorge Mazzini supo, otra vez, recrear lo más hondo de esa región de España.
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