Francella y Oreiro en Manhattan
"Un argentino en New York" * * (Idem, Argentina/1998, color). Producción de Argentina Sono Film en asociación con Telefé, hablada en español e inglés y presentada por Líder. Guión: Graciela Maglie y Cristina Civale, sobre una idea de Guillermo Francella y Juan José Jusid. Intérpretes: Guillermo Francella, Natalia Oreiro, María Valenzuela, Diana Lamas, Jessica Schultz, Cristina Alberó, Boris Rubaja, Fernando Siro, Gabriel Goity. Fotografía: Juan Carlos Lenardi. Música: Juan Federico Jusid. Producción: Carlos Mentasti y Luis Alberto Scalella. Dirección: Juan José Jusid. 95 minutos.
Franco De Ricci es un buen tipo, sencillo, vivaz, muy porteño, muy sentimental, hincha de Racing, bastante cargado de prejuicios, un poco tarambana. De adolescente se quedó con las ganas de emular a sus admirados Rolling Stones desde la batería; el tiempo le concedió un lugar en la Orquesta Sinfónica de Avellaneda, donde toca los platillos.
No le va mal. Se ha separado de su mujer, pero mantiene con ella una relación cordial; tiene una novia de llamativa presencia aunque bastante hueca y un presente desahogado en materia financiera.
Pero anda a los apurones, sobre todo ahora que su única hija -a punto de cumplir los dieciocho- está por embarcarse en un avión que la llevará a Nueva York como parte de un programa de intercambio estudiantil y él se retrasa por culpa de la inminente maternidad de una colega violoncelista.
Sudando la gota gorda, Franco llega a Ezeiza. Tarde. Apenas le alcanza para ver a su hija de lejos y decirle adiós con la mano. Bueno, ya compensará esa falta dentro de tres meses, cuando la nena vuelva.
Pero la nena no vuelve. Primero porque quiere darle un escarmiento al descuidado papá. Y además porque en Nueva York -tierra de oportunidades según parece- consigue novio, se rodea de amigos y hasta forma una banda de la que es líder y cantante. En tres meses.
Y ahí llegamos al título: Franco vuela a Nueva York a recuperar a su chiquita, que vaya a saber qué peligros estará corriendo y empieza lo que constituye el meollo de la película. Por un lado, las desventuras de este turista accidental que en inglés no pasó del "I am a pupil" y por otro el prolongado tira y afloja entre padre e hija, ambos empeñados en no dar el brazo a torcer. Comedia familiar, que le dicen, y con reiteradas apelaciones a lo sentimental.
Nada demasiado alejado -como puede verse- del personaje sobre el que Guillermo Francella construyó su popularidad. La película intenta aprovechar ese éxito, con el agregado de Natalia Oreiro, una figura juvenil que la TV quiso convertir en boom, y con el fondo, inusual para el cine argentino, de los exteriores de Nueva York, bien fotografiados por Juan Carlos Lenardi.
El libro proporciona excusas para que Natalia pasee su agraciada figura y ponga a prueba sus dotes canoras y sobre todo para que a Francella, entre tropezones y chistes fáciles, se le humedezcan con frecuencia los ojos azules, tal vez con la intención de trasladar esa forzada emoción a la platea.
Eso es todo. El film apostó fuerte al atractivo del escenario neoyorquino y de sus protagonistas. Contó con un elenco de apoyo sin duda eficaz: María Valenzuela, Jessica Schultz, Fernando Siro, Cristina Alberó. Y se despreocupó de todo lo demás: personajes, enredo, ritmo.
Puede que para los fans de Francella y Natalia Oreiro sea suficiente.
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