Formas de contar la guerra

La primera vez que entrevisté a un excombatiente de la guerra de Malvinas fue en 2013, cuando me invitaron a participar de una exhibición sobre los efectos de la guerra en Londres. Él tenía una gran cicatriz cerca del ojo producida por la esquirla de una bomba y mientras hablaba, yo tenía la sensación de la guerra se había convertido en un relato que repetía exactamente con las mismas palabras a lo largo de los años. Después entrevisté a muchos otros veteranos argentinos. Algunos eran militares profesionales pero la mayoría habían sido conscriptos y ahora trabajaban como psiquiatras, mecánicos de autos, artistas, abogados, deportistas. A algunos les costaba hablar, parecía que estaban en carne viva. Otros habían ido armando una historia con recuerdos propios y ajenos, y ahora la contaban como narradores profesionales.

Después tuve la idea de hacer una obra de teatro con veteranos argentinos e ingleses. Secretamente yo creía que los argentinos habían sufrido más porque no estaba preparados, porque muchos no querían combatir o porque habían perdido. Pero cuando entrevisté a los ingleses supe que nadie está preparado para matar o ver morir. En los ensayos, me preguntaba cómo contar la guerra a seis voces y en dos idiomas, cómo hacer aparecer los efectos de la guerra en su vida de hoy, cómo recuperar el recuerdo real que se había fosilizado a lo largo de tantos años. Todas esas preguntas se fueron respondiendo en el trabajo mismo. De alguna manera, Campo minado es un ensayo sobre formas de contar la guerra.

La autora es escritora, dramaturga y directora de teatro

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