Fernando Ferrer: el hacedor de La fiesta del viejo, un suceso que llegó a la calle Corrientes
Es la trama de Rey Lear, de Shakespeare, situada en un club de barrio argentino
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De entre las infinitas obras que se estrenan en el teatro independiente, solo un puñado de ellas sobrevive en el tiempo. Incluso, las menos se mudan de circuito para probar su eficacia en la calle Corrientes que parece tener sus propias reglas. Por lo pronto eso es lo que viene sucediendo. Tal vez, comiencen a soplar otros vientos y entonces el diálogo entre los circuitos se vuelva más dinámico. En definitiva, no hay historias para una calle o para la otra. Las historias son universales. Y ya lo sabrá William Shakespeare que resiste el paso del tiempo con una frescura inquebrantable. Así lo demuestra La fiesta del viejo, la obra escrita y dirigida por Fernando Ferrer, estrenada en 2017 los domingos al mediodía en Espacio Callejón con un elenco muy numeroso para el teatro off. Once actores en escena recreando de una forma muy singular y porteña Rey Lear, de Shakespeare, que ahora hace funciones los jueves, en el Metropolitan Sura.
Ferrer comenzó como actor pero hace mucho está abocado a la dramaturgia, la dirección y la docencia. Alumno de Ricardo Monti y Javier Daulte, a quienes considera sus maestros, escribió La fiesta del viejo a partir de un conjunto de imágenes.
“La escritura siempre parte de una imagen. Esa es la idea de mis dos maestros. Hay una especie de proyector interno de imágenes que se pone en juego, cuando soñamos por ejemplo, solo que ahí no tenemos la voluntad de hacerlo. Esa maquinita también funciona cuando proyectamos alguna cosa hacia adelante; recordamos, planificamos y creamos”, repasa Ferrer y asegura que, en este caso, se dio una mixtura de imágenes muy potentes. Por un lado, la gran imagen que es esta obra de Shakespeare de fondo, y otra versión anterior del monje Godofredo de Monmouth, del año 1000, responsable de los primeros relatos míticos de este rey. A esas dos obras se les sumó la película Ran, de Kurosawa, que toma esta misma historia como punto de partida.
“Aquí está la mezcla entre una idea ya concebida por grandes artistas y ese proyector interno que se puso en funcionamiento –explica Ferrer–. En este caso, se me venía la imagen de un club de barrio. Los ladrillos, las paredes, la fiesta. Y no entendía cómo hacer un rey en un club, con una mesa de ping pong de fondo. Y me puse a escribir, y en el proceso de escritura me fui dando cuenta de cuál era la historia. Pero eso ocurre después. Primero, empiezo a escribir lo que veo. Siempre estas imágenes están impregnadas por los recuerdos. Por la infancia básicamente, por las cosas que uno vio en la calle”.
Son esquivos los motivos que hacen que una obra sobreviva al paso del tiempo, agote funciones, agregue otras, se mude de teatro, llegue hasta la calle Corrientes, entre al Metropolitan Sura y siga haciendo funciones cuatro años después de su estreno. Hay magia, razones secretas que impiden repetir fórmulas. “La fiesta del viejo tiene un fuerte sentido de unión, de grupalidad. Yo estaba muy angustiado luego de las elecciones de 2015, tenía miedo de que el teatro se ponga en riesgo y la idea de armar un equipo fue muy importante. De una gran contención. Así surgió esta obra. Me dieron ganas de hablar de un club de barrio que, de golpe, se pone en peligro porque las hijas del dueño encuentran en ese terreno una oportunidad para un proyecto inmobiliario. No es que las hijas sean malas personas. Son más bien lógicas. Muestran que hay un discurso que triunfó que es básicamente el materialismo. Quería poner esto en escena: el capital frente al amor. Él no quiere, ahí está su club, su vida, su corazón”.
El tema es universal y conocido pero este acercamiento a la cultura porteña, a la idea del barrio, de las pasiones, la vuelve cercana. “Shakespeare trasciende todas las épocas, es un reflejo del espíritu humano con sus grandezas, noblezas y miserias que está muy presente y sigue hablando del presente. Hay un aspecto tremendamente dinámico, es una obra de mucha acción, muy física, muy violenta, es muy actual en ese sentido”.
Pero hay más razones para entender el fenómeno. El trabajo actoral está encabezado por Abian Vainstein, que es “descomunal”, tal como afirma Ferrer. “Todas las actuaciones tocan algo muy fuerte. No es fácil encontrar al actor para semejante papel. Cuando conocí a Abian casi me muero. Es de otro planeta. Lo he visto hacer cosas formidables. A veces pienso en Maradona, que estaba en una esquinita y lograba cosas impensables. Abian es como un vendaval y muy sutil a la vez. Tiene un registro y un nivel de matices realmente de otro mundo”. La obra viajó, recorrió varios festivales de España, estuvo en Polonia, en Uruguay y por la pandemia tuvo que hacer un alto que ahora, de a poco, está retomando.
Y la fiesta sigue…
No solo está haciendo funciones los jueves en el Metropolitan Sura sino que además el gran elenco que conforma esta fiesta sigue planificando proyectos. “Durante este tiempo escribí muchísimo. La escritura me salvó. Por un lado, hice tres versiones de Macbeth. Una como unipersonal para Laura Oliva, otra para el grupo de mi ciudad, Venado Tuerto, y otra versión para la UNA: La asamblea de los espíritus”. Además, para el mismo elenco de La fiesta del viejo prepara una versión muy novedosa y fresca de Romeo y Julieta. A su vez, para Abian Vainstein escribió una versión de Ricardo III que titulan, por ahora, La taberna de Ricardo.
Mientras tanto, como ahora las clases pueden ser virtuales, sus alumnos son de distintos lugares del mundo. “Doy clases de dramaturgia para avanzados e iniciados. Me gusta generar el entusiasmo y me parece muy bueno que haya heterogeneidad. En principio pido esas imágenes, lo que están viendo en ese momento intentando desvincularlas de cualquier tipo de perspectiva, de presión, de juicio. Porque en esas imágenes está la particularidad de cada uno, no las tiene otra persona”.
En unas semanas partirá rumbo a España para quedarse allí unos meses. Junto a la bailarina y coreógrafa Eugenia Carnevali harán una residencia en la Nave Ivanow, en Barcelona, para continuar la creación de una obra que empezaron en Buenos Aires: Lo que va. En Madrid trabajará con la música cubana Yuley Díaz y armará un elenco local para trabajar allá algunas de sus obras.
Por lo visto, los planes son muchos. La fiesta definitivamente no para.
Para agendar
La fiesta del viejo
De Fernando Ferrer
Jueves, a las 20.
Metropolitan Sura, Corrientes 1343.
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