Federico Ribero buscó la paz en la meditación
Al enterarse de que tenía cáncer, el empresario comenzó a practicar una técnica de respiración en El Arte de vivir, la fundación de Sri Sri Ravi Shankar; esto lo ayudó a sobrellevar la enfermedad
Al enterarse de que estaba enfermo de cáncer, el empresario Federico Ribero, marido de la modelo Andrea Bursten, decidió tomar un camino distinto y se acercó a El Arte de Vivir , la ONG fundada hace treinta años por Sri Sri Ravi Shankar. A partir de esto, Ribero comenzó a vivir de un modo diferente, con una forma de pensar y sentir que lo acompañó hasta su muerte, ocurrida el lunes por la noche .
" Esos cursos me cambiaron la vida , me hicieron otra persona. Empecé un camino espiritual. El conocimiento es saber un montón de cosas. La sabiduría es hacerlas. Todas las herramientas prácticas que me dieron, me ayudaron a sobrellevar este proceso. Y me enseñaron a no enojarme por cosas tontas, a ser más comprensivo, menos impulsivo, a no tenerle miedo a la muerte, a valorar lo bueno que la vida me da", le confesó Federico, de 43 años, a la Revista Susana en septiembre de 2012.
A tal punto llegó su práctica de la respiración y la meditación que escribió junto a su instructor y amigo Juan Mora y Araujo el libro Inspirar. El arte de vivir mejor , que habla de "cómo celebrar cada instante que nos queda en esta vida, sobre cómo vivir al ciento por ciento y cómo transformar las experiencias más dolorosas en ofren- das y actos de servicio hacia los demás".
"Ya de chico yo leía los libros de Osho. Pero nunca me sumergí tanto en la espiritualidad como en estos últimos años", contó Ribero en la entrevista, donde además se refirió a cómo era antes de descubrir su enfermedad:
"Era frívolo, soberbio, impaciente. Me gustaba vestirme bien, ir a ciertos lugares. Como me importaba la ropa, cuando viajábamos me pasaba todo el tiempo viendo qué me podía comprar, qué me podía poner. Hoy todo eso para mí no tiene importancia. Hoy disfruto de otras cosas. Es muy lindo vivir con comodidad: una buena calefacción, un buen auto. Antes, para mí todo pasaba por ahí. Ahora, si lo tengo, está bien. Y si no lo tengo, igual está bien. También cambió mi relación con la gente. Antes me enojaba si alguien me decía algo que no me gustaba, y me distanciaba. Yo pensaba de una manera, y creía que no había otras maneras. Hoy creo que hay muchas maneras, y si hay alguna que no conozco, estoy dispuesto a aprender. De hecho, me he reconciliado con mucha gente", contaba Ribero, meses antes de su muerte.
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