Famosos que se transformaron para la pantalla grande

En Hollywood suele ocurrir que tanto actores como actrices se encuentran en una carrera loca por verse bellos. Excéntricos a veces, pero siempre radiantes, los vemos pasearse por la alfombra roja como salidos de un cuento de hadas. Sin embargo, hay oportunidades en las que este deseo se transforma y la búsqueda es otra: engordar, afearse lo máximo posible y distanciarse físicamente de la estética propia para aprehender un personaje que los obsesiona. Recordemos los casos más emblemáticos.

Charlize Theron . Dentadura postiza, prótesis para deformarse las facciones del rostro y 15 kilos de más. Todos estos fueron los recursos de la talentosa actriz sudafricana para personificar a fondo en la película Monster a una prostituta homosexual (Aileen Wuornos) que es ejecutada luego de haber matado a siete hombres. Los esfuerzos y sacrificios no fueron pocos, pero le valieron un premio Oscar a Mejor Actriz.

Gwyneth Paltrow. En Amor Ciego, interpretó a Rosemary, una mujer obesa e hija de un hombre muy poderoso que se enamora de uno de los empleados de su padre, que - por un defecto fantástico- la ve delgada y armoniosa. La idea de la comedia romántica es hablar del amor verdadero, más allá de las apariencias físicas y Paltrow hace los dos papeles, con el truco de un traje para simular gordura, prótesis en la cara y maquillaje. Tan increíble fue la transformación que sus propios fans juraban no reconocerla.

Emma Thompson. En la película La Niñera Mágica, la actriz inglesa tuvo que recurrir a maquillaje artístico para simular verrugas, vellos en las orejas y dientes prominentes y desparejos. A lo largo del film, este cuento fantástico para niños, va mostrando una transformación de la protagonista que cada vez se ve más linda, producto de tanta bondad. Increíble actuación apoyada en grandes efectos de make up artítico que logró que la apariencia delicada de Thompson trocara completamente.

Nicole Kidman. Irreconocible. Fue en ocasión del film Las Horas, en donde interpretó a la escritora Virginia Woolf, basada en la vida real de la frágil y depresiva figura de oro del modernismo literario. La película está dividida en tres secciones en donde se profundiza en la existencia de tres mujeres de diferentes épocas y fue furor. Kidman cambió tanto su aspecto físico que llegó a lucir una prótesis en la nariz. Por supuesto, la recompensa no se hizo esperar y la bella australiana se alzó con un premio Oscar a Mejor Actriz.

Renée Zellweger. Su entrañable personaje Bridget Jones, la figura central de su película El diario de Bridget Jones, no puede faltar en la lista. La bellísima actriz contrató en su momento a un entrenador para subir varios kilos y lo logró. Por supuesto, le valió el reconocimiento del público, colegas y directores. Además de una nominación al Oscar. Pero aún vendrían más satisfacciones, porque luego siguió rodando para filmar la saga.

Cameron Díaz. Quizás no sea la más recordada de sus películas, pero sí lo es si se quiere ver una joyita del cine. En Being John Malkovich, Cameron interpreta a Lotte Schwartz, la esposa del protagonista. La actriz no tuvo pruritos a la hora de olvidar sus cabellos dorados (el personaje tenía ensortijado pelo morocho) y su look delicado al servicio de la historia que el director quiso contar. Impactante cambio.

Salma Hayek. Para interpretar a Frida Kahlo le calzó a la perfección cuando aprendió a cambiar la postura física, acostumbrarse al postizo de las cejas y bigotes y llevar las trenzas bien tirantes y enlazadas hacia arriba como las usaba ella. Sin duda, otra manera de ser sexy, pero lejos de la Salma conocida. Según confesó poco después de filmar, no tuvo ningún prejuicio por el cambio de aspecto y dijo estar feliz de explorar otras facetas y de quedar en el recuerdo como la actriz que la llevó a la pantalla grande.

Ellos también pueden ser feos

Recuerden el calvo y regordete Tom Cruise de Tropic Thunder en 2008, en donde costaba creer que ese fuese el galán de fulminante mirada que todos conocemos. Tampoco olvidemos un caso más reciente aún, el de Johnny Depp casi calvo y con el poco pelo que usaba aclarado a rubio en el papel del ganseter Whitey Bulger en el film Black Mass. Transformaciones rotundas que valieron la pena para contar historias más realistas. Bien por todos ellos.

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