Espectros del jazz
El baterista que tocó con Miles Davis y que con John McLaughlin delineó el jazz fusión trae a la Argentina el show en el que recrea su álbum Spectrum
"Si tuviese que hablar sobre aquella época, no sabría por dónde empezar." Así de tumultuosos eran los días de 1973 para un baterista que recién había dejado la banda de Miles Davis, aún no terminaba de desvincularse de la Mahavishnu Orchestra y entraba a grabar su primer trabajo solista en los estudios de Jimi Hendrix. Eran los tiempos del jazz-rock, Billy Cobham tenía "un puñado de canciones" y en tres días dio forma a Spectrum, un disco de la más cruda propulsión eléctrica sin demasiadas expectativas comerciales que sorpresivamente alcanzó el puesto 26 en el ranking de Billboard.
"Nunca me lo imaginé. Nadie sabía que iba a editar un disco. Mi círculo social se limitaba a mi familia y algunos amigos", recuerda hoy en medio de la gira que comenzó en 2013 para celebrar los 40 años de Spectrum. En su visita a la Argentina, a los 71 años, ya se presentó en Bahía Blanca y Rosario; hoy lo hará en Córdoba; mañana, en Neuquén; el viernes, en el teatro Coliseo de la Capital Federal, y el domingo, en Mar del Plata.
Billy Cobham toca de una manera y habla de otra. Mientras sus patrones rítmicos rebasan de ornamentos, sus reflexiones sobre música no requieren segundas lecturas: "Todavía no sé qué es el jazz. Sólo se trata de música; para ser bueno hay que estudiar, saber de dónde viene y quiénes la hicieron antes". Cuando habla de conocer el pasado, lo hace con conocimiento de causa. Su padre, pianista, lo sentó en una batería antes de que el pequeño Billy cumpliera cuatro años, y a los siete lo hizo debutar en un escenario. "Todo comenzó como un juego, era un chico como todos los demás. Simplemente hacía lo que mi padre me pedía", resume el baterista más importante que ha dado el jazz fusión.
El idilio hippie encontró a Cobham recibido de la High School of Music and Art y con un currículum jazzero aceptable para un músico neoyorquino de 25 años. En 1968 incursionó en el hard bop como baterista de Horace Silver, pero para 1969 aquel sonido era cosa del pasado. Miles Davis había decidido que el jazz debía amplificarse para compartir cartel con las estrellas de rock y encontró en el swing robusto de Billy Cobham el sostén ideal para sus incursiones musicales más abstractas.
Luego de unos breves cameos en Bitches Brew y Live Evil, su participación en el excelente A Tribute To Jack Johnson (1971) significaría el mayor aporte de Cobham a la música del trompetista nacido en Illinois.
-¿Cómo recordás, a la distancia, tus años junto a Miles Davis?
-Lo recuerdo como un empresario. No era sólo un trompetista. Era productor, manager? los músicos estudiaban de memoria la obra de Miles incluso antes de formar parte de su banda. No necesitaba ensayar ni dar directivas porque todos ya sabían de antemano qué hacer apenas empezaba una canción. Era una situación de respeto mutuo, todos trabajamos para contribuir a que Miles se convirtiera en lo que hoy es. Miles fue un paraguas bajo el cual todos nos desarrollamos. Eso no volvió a pasar nunca.
-¿Y de qué manera eso te influyó a la hora de liderar tus propias formaciones?
-Spectrum es una consecuencia lógica de mi paso por la banda de Miles. Sin embargo, uno de los problemas que tiene el jazz es el dilema de no pensar como grupo. Todos recuerdan los músicos individualmente, pero no el grupo. Uno de los pocos que lo lograron fue Art Blakey con The Jazz Messengers. Ellos eran era una banda; Art no era ni más ni menos que el resto. Estaba su nombre primero porque él los formó, pero todos eran igual de importantes. Me gusta traer la idea de banda y ponerla en perspectiva para que todos tengan ese concepto.
Parte de la religión
Pero entre A Tribute To Jack Johnson y Spectrum, Cobham fundó la Mahavishnu Orchestra junto a John McLaughling. Allí, el concepto de jazz fusión excedió cualquier frontera imaginable, pero su estadía no duró más que tres años y la misma cantidad de discos. Aunque la historia oficial dice que la primera formación se disolvió por desgastes internos, Cobham afirma que el componente religioso fue decisivo: "Me echaron; ellos podrán negarlo o lo que sea, pero así lo vi yo. McLaughling estaba muy involucrado con el gurú Sri Chimnoy. Él le dictaba las decisiones a tomar y le dijo que debía rodearse de gente que tuviera las mismas inclinaciones religiosas y se deshiciera del resto".
Finalmente, Spectrum le significó no sólo su despegue solista, sino también un cambio de paradigma. Cobham se consolidó como líder de banda y consiguió trabajo con músicos de la talla de James Brown y Peter Gabriel.
-¿Cómo te llevás con la etiqueta jazz rock? Aunque no fue del todo popular, en su momento pareció ser una moda.
-Exacto, eso es lo que fue: una moda. Y quien le puso el nombre ni siquiera era músico. Era un crítico. Los medios necesitan títulos, sólo sirvió para eso. Quieren controlar al público, saber qué comés, qué ropa usás, qué colores te gustan, qué música escuchás. Fue parte del típico proceso de marketing, luego vinieron el smooth jazz, el cool jazz, y así es siempre.
-Entonces, ¿cómo describirías tu música?
-La música que toco es la música de mi mente. Pero claro, esa frase no es nada comercial (risas). Siempre trato de que mi aporte sea positivo, lo encaro para todos de la misma manera. Todo es música. La improvisación no nació con el jazz. Beethoven fue el mejor improvisador de la historia. Desplegaba un acorde y a partir de ahí tocaba libremente cientos de años antes que nosotros.
-Has sido músico por más de 50 años. ¿Cómo ves la escena hoy y qué creés que debe tener un artista para sobresalir hoy?
-Mucho ha cambiado, pero, cuidado, que en el fondo mucho sigue siendo lo mismo. No tengo mucha fe en las generaciones que vinieron después de la nuestra. Hay una falta de entendimiento de lo que está pasando. Los orígenes de la música siempre son anteriores a uno, pero ahora no lo entienden. Sólo ven un ícono a quien imitar, para ser como él, pero quieren lograrlo mañana. O ayer, si fuera posible. Quieren ser ese individuo ahora, pero eso será apenas una imagen en los libros de música. Cuando des vuelta la página, sólo habrá una hoja en blanco.
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