Es la discípula de una pionera en la TV y no paran de consultarla: Liliana Chelli, la “bruja” de los famosos
Especialista en duendes, hadas y tarot, desoye las críticas y las burlas y cuenta su historia de vida a LA NACIÓN; su amistad con Lily Süllos y sus talleres “a lo Harry Potter”
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“Yo insisto con que Lily Süllos proviene de la estrella Sirius, la más brillante de todo el cielo nocturno. Cuando se retiró de este plano regresó allí. Pero estoy convencida de que va y viene constantemente desde ese asteroide a la Tierra”, explica Liliana Chelli a LA NACIÓN, acerca de la astróloga fallecida de manera trágica el 15 de setiembre de 2013 cuando su hermano Luis le quitó la vida con un disparo en la sien y luego se suicidó. Se habló de un pacto suicida u homicida -según quien se atreva a definirlo- basado en un acuerdo que ambos sellaron entre sí cuando alguno se encontrara postrado en malas condiciones de salud o sin posibilidades de continuar con una vida digna, como parece haberle ocurrido a la pitonisa.
Chelli cree que no podían vivir el uno sin el otro y prefiere hablar del amor que existía entre ambos. Confiesa que está orgullosa de que Lily haya elegido ser su madrina y que la calificara como sucesora: “Decía que era su discípula. Yo le insistía con que jamás la podría reemplazar porque era única, una número uno. Para mí es un honor que me llamen bruja, aunque muchos lo hagan en forma descalificadora, porque etimológicamente significa ‘mujer sabia’ en todos los idiomas”.
En un video que en su momento filmaron en la propia casa de Lily Süllos, donde luego se produjo la tragedia, la astróloga así la presentaba al gran público: “Es un honor hablar de mi amiga Liliana Chelli; ella es muy especial para mí. Es la creadora de la mitología de los elementales (duendes, hadas, gnomos, dragones, sirenas), esos seres que no todos pueden ver. Ella les crea un mundo como si fueran sus hijos. Nació con ese mandato de Dios que le dio una misión especial para representar esos seres. El resto de la gente no los puede ver porque están más preocupados por lo material y eso se los impide”.
“Lily era un ser de amor, una mujer increíble, agradecida, repleta de buena energía ¡y vaya si tenía poderes! No era una astróloga y nada más -la define Chelli y agrega-: “Yo escribía en Vosotras y ella también. La conocí haciendo astrología para varias revistas. La directora vivía entre Ramos Mejía y Ciudadela, muy cerca de mi barrio. Nos cruzamos en Perfil, en Semanario, Luna Teen, Mía, Única; era su admiradora, no lo podía creer. Recuerdo que le dije: ‘Te admiro y te quiero’. Me contestó: ‘Estás llena de duendes’. Y me invitó a la casa a tomar el té; no nos separamos más. Ella hacía horóscopos y yo hablaba sobre duendes. La gente mandaba cartas escritas cuando se tiraban en el buzón con estampillas, época inolvidable”.
¿Por qué se la define como la bruja o duendóloga de los famosos?
-Porque con el tiempo con Moria (Casan) nos hicimos muy amigas. De hecho también fui teniendo excelente relación con las actrices del fenómeno que es Brujas: Thelma Biral, Nora Cárpena, María Leal, Graciela Dufau... todas tienen duendes. Yo siempre voy al teatro, les mando aromas áuricos para que ellas convoquen a los duendes y fijate que la obra persiste. También los tienen en sus casas, en el camarín; brujitas y gnomos que les llevé. Obviamente para que nuestra mente lo acepte se los representa con muñecos. Ahí yo coloco el espíritu verdadero del ‘elemental’, como es correcto definirlo, que quiera ir con cada una. Por ejemplo, convoco a los duendes, veo cuál quiere ir con Moria, se declara y va con ella. Así de simple. Soy consciente de que mucha gente no cree y lo toma para la burla, problema de cada uno.
-¿Quiénes más la consultan?
-Del mundo de la bailanta tengo varios: Agustín Almirón y los chicos de Volcán. Cecilia Oviedo y Gladys, la bomba tucumana también tienen duendes. China Zorrilla y Cacho Castaña los tenían. Cacho Rubio se autodenomina ‘El duende negro’. Hablo de los que lo hicieron público, del resto no puedo por ética profesional. Hay políticos que vienen a verme pero no los puedo nombrar. Me catalogan como brujita, quieren saber sobre su futuro.
-¿Usted los recibe y para qué sirve lo que hace?
-Para destrabar, para salir adelante, para sanar el alma. No para curar, porque eso lo hacen los médicos. El dolor del alma es distinto a todos y eso hay que sanarlo. Pero repito: los que curan son los doctores. Que para hacerlo utilizan los medicamentos. ¿De dónde pensás que provienen? Una aspirina está hecha con la raíz del sauce. Los remedios con plantas; la mayoría de ellas son muy útiles.
-Leí que también da talleres, ¿en qué consisten?
-Talleres sobre duendes, hadas, tarot, fotografías Kirlian –para capturar el aura-, sirenas, de hechicería de la naturaleza, dragones... Respecto a estos últimos te cuento por ejemplo: pertenecen al fuego, tienen que ver con las salamandras y con nosotros mismos, por eso cuando enfurecemos nos ponemos colorados. La envidia es roja también. Tiene que ver con seres y sentires mitológicos. Los viernes, desde las 12 a las 14 h., estoy hablando de todo esto en Radio del Plata (A quien quiera oír) con Marcelita Pagano. Nos queremos mucho. Formo parte de su equipo en el programa, así que estoy entre la economía, los políticos, el espectáculo, el deporte... A la noche siempre hago un vivo en streaming en el canal de YouTube Duendes y portales mágicos, donde llevamos siete años consecutivos.
-¿Qué la llevó a incursionar en temas esotéricos, empezó desde chica?
-Fue así. Era niña y vivía frente al Parque Centenario donde había mucha vegetación. En un árbol un día vi un duende; para mí era una personita pequeña y jugaba con eso. Mis padres me querían ‘matar’ cuando lo descubrieron, era mi amigo invisible. Pero como fui muy testaruda, seguí adelante, investigué mucho... Me pasaba que veía cosas diferentes, pensé que eran extraterrestres y por eso me conecté con Fabio Zerpa. Los duendes son seres de la naturaleza representados por cada planta, cada árbol; por ejemplo, cada flor tiene su propia vibración, por eso se los llama elementales, porque abarcan los cuatro elementos de la naturaleza: aire, tierra, fuego y agua. Cada elemento tiene su propia vibración como el caso de los duendes y los gnomos. Con los años pude comprar aparatos que ejemplifican todo lo que digo, como las cámaras Kirlian de electrofotografía que toman imágenes de lo que no vemos, como el aura humana.
-Por lo que cuenta sus padres se resistían a creerle, ¿quién la apoyó para continuar?
-Vengo de abuela y tía curanderas; mis padres no querían saber nada. Pero seguí el legado de una de ellas que era vidente de la Escuela Científica Basilio, espiritista. Ahí aprendí un montón de cosas y empezó mi visión, no solo con espíritus sino con duendes. Me costó mucho porque la gente es muy incrédula. El tema da para cargadas, chanterío, que no es lo mío. Por eso Lily me amadrinó y no me separé nunca más de ella. Como te comenté, me acerqué además a Fabio Zerpa, que dejaba de ser actor para meterse en el mundo de los ovnis. Él estaba en un subsuelo en el Cid Campeador y llegué a hacer tres teatros a su lado hablando de duendes. Lily me decía: ‘Dejalo que está loco’. Era muy graciosa. Me fascinaba cenar con ella y su hermano; eran vegetarianos y yo les llevaba sandwichs de miga especiales que les encantaban.
-¿Qué más estudió?
-Todas las mancias –arte adivinatorio- que puedan existir: tarot, runas, I Ching, bola de cristal, lo que se te ocurra. También estuve semanas viviendo con los tobas aborígenes tratando de saber acerca de su creencia ancestral. Además con los mapuches, tribu muy esotérica. Me ayudó mucho una machi, porque los mapuches no tienen caciques. Luego fui hasta la Rivera Maya también con aborígenes, observando videos para saber más de cómo convocar a los cuatro elementos. Soy master en parapsicología, estudiando siempre los fenómenos. Los medios me bautizaron como duendóloga, término que no existe en realidad, pero sirve para que se comprenda en general. Yo sería especialista en los temas feéricos, que abarca todo lo relacionado con duendes, gnomos, hadas, espíritus de la naturaleza... Ahora que recuerdo la que me llamó duendóloga por primera vez fue Georgina Barbarossa, una genia de conductora.
-¿Hace astrología también?
-Lily decía que era su sucesora. Hago astrología pero no es mi fuerte. Sí escribo el horóscopo en Diario Popular desde hace más de diez años. Sé bastante sobre el tema, pero siempre fui muy respetuosa de Lily y nunca me consideré astróloga. Lo mío son los duendes. Para mí los más respetados en ese rubro fueron Lily y Horangel, que hicieron historia; nunca me pondría a la altura de ellos.
-Por lo que me contó es consciente de que hay mucha gente que descree y hasta desconfía de todo esto...
-Lo sé, muchos hasta se burlan y hablan en forma peyorativa de nosotros y de lo que hacemos. Pero nadie puede negar a profesionales de la talla de los que nombré. Yo hago lo mío de manera muy seria y responsable. Tengo una casa en el oeste del conurbano donde doy los talleres ambientada con duendes, como que entrás a un bosque. Estoy casada hace 43 años. Mi marido me conoció así y me acepta como soy. Él se dedica al tema mobiliario. Tengo dos hijas, una de 41 años y otras de 38, abogadas, y cuatro nietos. Ellos sí creen, ven duendes, les encantan los talleres de magia que doy tipo Harry Potter con la verdadera hechicería, la de los aborígenes, con plantas, ungüentos, semillas, como la bruja antigua que trabajaba con todo lo que la naturaleza le otorgaba.
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