En la cabeza de Marcelo Tinelli baila el sueño de un regreso triunfal... ¿pero lo podrá lograr con una fórmula gastada?
En las horas más bajas de su larga y exitosa carrera, el conductor confía en la vigencia de su creación más reconocida, el “Bailando...”, para recuperar los primeros planos desde una pantalla considerada “fría”
- 7 minutos de lectura'
Cada regreso de Marcelo Tinelli hace mucho ruido. No podría esperarse otra cosa cuando el conductor más exitoso de los últimos 25 años prepara su reaparición en un estudio de TV, que es lo más parecido a volver a casa.
Desde que empezó la pandemia, Tinelli entró en una fase declinante en cuanto a expectativas, rating, interés público e influencia. ¿Por qué, entonces, el medio no deja de hablar de él en estos días? En tiempos mejores, Tinelli se ocupó de crear y estimular un circuito que facilitó la circulación permanente de su nombre, de sus marcas y de los personajes que orbitan a su alrededor a lo largo y a lo ancho de toda esa TV autorreferencial que vive del mismo material que produce todo el tiempo. Muchos cronistas de la TV mundana y farandulera se sumaron a este eco asegurando una visibilidad que sigue vigente hasta hoy.
Con ese astuto mecanismo logró algo que parecía imposible: que el material más descartable producido por la tele encuentre en ese mismo lugar, todo el tiempo, un espacio permanente, continuo e ideal para reciclarse. Hablamos del “Bailando…”, la gran anomalía con patente argentina diseñada a partir de uno de los más exitosos formatos televisivos globales de las últimas décadas.
La mayor contribución a este ruido mediático proviene de una troupe de personajes mediáticos que fue creciendo a lo largo de 15 temporadas hasta convertirse en una suerte de elenco estable. Una suerte de planta permanente, hambrienta de fama, a la que cada nuevo año se van sumando nuevos nombres con el mismo ADN. De todos estos recién llegados llama la atención el número de exparticipantes del último Gran Hermano. Al menos encontrarán ahora para sus voces algún eco más amplio del que tenían cuando estaban encerrados.
La identidad del “Bailando...” se reconoce en estas extravagancias. Porque si algo distingue a las mejores expresiones globales del concurso de baile televisivo más popular de la historia (nacido hace dos décadas en el Reino Unido con el nombre de Strictly Come Dancing) es la renovación permanente. Ningún competidor famoso reincide en la pista de las mejores expresiones planetarias del programa. En ellas, empezando por el Dancing with the Stars estadounidense (cuya temporada 32 empieza el 13 de este mes), el plantel completo se renueva cada año, junto a bailarines profesionales que sí suelen volver (como aquí).
En todas partes la gracia está en ver cómo una figura conocida se las ingenia para lucirse bailando en público por primera vez en su vida y competir con otros famosos que están en la misma situación. Aquí, en cambio, el llamado en cada nueva temporada a quienes ya pasaron por el ciclo se explica por la gimnasia que buena parte de ellos ya tiene acumulada en materia de ruido mediático. Es lo que más se busca en el “Bailando...” local.
Entre nosotros, como la competencia danzante ocupa de verdad la atención excluyente nada más que en las instancias decisivas, surge inevitable una pregunta alrededor del regreso de Tinelli a la tele. ¿Por dónde pasará el mayor interés de la audiencia en el comienzo del ciclo 2023 del “Bailando...”? ¿Estará más pendiente del desfile de los primeros competidores o de la presencia “en la pista” de tres humoristas que prometen caracterizarse como los candidatos presidenciales más votados en las PASO?
La anunciada presencia de Fátima Florez, de ruidosa presencia en los primeros planos de la atención pública desde que se confirmó su relación de pareja con Javier Milei, alimenta todas estas suspicacias. Mucho más si la llegamos a ver en el debut de mañana, como lo reveló hace unos días en su programa Ángel de Brito (fiel escudero de Tinelli como estrella del jurado del “Bailando...”), transformada en Patricia Bullrich, una de las rivales más fuertes que el candidato libertario tendrá en las urnas el 22 de octubre.
No tenemos noticias en el resto del mundo de alguna otra versión del “Bailando…” que, como en la Argentina, incluya la participación de imitadores de las principales figuras de la política local. Pero aquí el que impone todas las reglas (laxas, flexibles y adaptadas a las necesidades de cada momento, también en la competencia danzante) es Tinelli, una figura que varias veces se imaginó a sí misma con un destino importante ligado a la política. Pero como falló en el intento parece ahora decidido a acotar su vínculo con este mundo en los estrechos márgenes de la parodia. Tal vez con la intención de tomar la mayor distancia posible de esa frustración.
Sin embargo, en este terreno Tinelli podría hacer mucho alboroto y sacar ventajas de la situación sin demasiado esfuerzo, para recuperar de paso el centro de la atención. El conductor lleva una larga historia acercándose a la política desde la parodia y la burla, a través de las imitaciones y caracterizaciones de las figuras públicas más conocidas.
Pero no toda la política es broma para el conductor. Basta recordar el momento en que Carlos Menem eligió Videomatch para cerrar en 1995 la campaña presidencial que coronó su reelección. O la visita que Daniel Scioli hizo en octubre de 2015 al programa (que entonces se llamaba ShowMatch) antes del comienzo de la veda electoral. Fue el virtual punto final de la campaña del candidato oficialista antes de enfrentarse con Mauricio Macri. En ese momento, ShowMatch era el programa más visto de toda la televisión argentina. Lo emitía Canal 13, una de las emisoras líderes de la audiencia televisiva local en términos históricos. Tinelli veía en ese momento a todos los demás desde arriba en las planillas de rating. Ahora empieza una nueva etapa, la primera de toda su carrera en América, una pantalla que en la jerga mediática se califica como “fría”. Se espera, por lo tanto, un esfuerzo desacostumbrado para ir en busca de un rating que a priori se presenta esquivo, distante, escaso.
Antes de la primera vuelta de octubre, Tinelli se enfrenta a un proceso electoral cotidiano. Cada día, a partir de mañana, verá en las planillas de audiencia el voto diario de la gente y deberá a partir de ellas tomar decisiones en tiempo real. Necesita tiempo suficiente para acomodarse en su nuevo hogar y darle espacio y vuelo a una competencia entre 30 parejas de baile. ¿Qué pasaría si la audiencia llegara a engancharse más con las imitaciones políticas que con la danza?
A la vez, América es un canal en el que Sergio Massa suele sentirse muy cómodo. ¿Cómo jugará este factor en la estrategia de Tinelli? ¿Querrá el candidato oficialista aprovechar una vidriera mediática tan propicia en el tramo final de la campaña, como lo hicieron Menem y Scioli en el pasado?
De Brito reveló otro dato importante. Dijo que el aporte de Fátima Florez, Fredy Villarreal (imitador de Milei en la apertura) y Roberto Peña (que hará lo propio con Massa) no se agotará en la emisión inaugural. “Después, ellos tres mismos y otros que se van a ir sumando también van a seguir con otros personajes”, dijo el conductor de LAM. ¿Quiénes serán los otros imitadores? ¿Asistiremos al virtual regreso del “Gran Cuñado”? Y ya que Fátima Florez se convirtió de hecho en protagonista de la campaña como pareja de Milei, ¿tendremos también en algún momento una imitación de la propia imitadora? ¿Alguien hará la parodia de Fátima Florez?
Para algunos, la llegada de Tinelli a América es una muestra de declinación artística porque los canales de perfil más alto no se esforzaron por convocarlo. Otros creen, en cambio, que mantiene intactos sus indiscutibles reflejos televisivos al poner en marcha este regreso en el momento más oportuno del año si lo medimos por su impacto mediático y político.
Tinelli acaba de cumplir por fin un viejo anhelo. Es la primera vez que tiene el control artístico completo de la programación de un canal de televisión. Lo primero que hizo fue instalar el “Bailando…” en el horario central de América. A primera vista parece una decisión muy conservadora porque esta fórmula registra números de audiencia cada vez más menguantes. Pero en su fuero íntimo, el conductor debe sentir que tomó una determinación audaz. En el momento de la más baja exposición de toda su carrera, baila en su cabeza el sueño de volver a ser el número uno.
Otras noticias de Marcelo Tinelli
Más leídas de Espectáculos
Polémica. Quién es Manuel Anido Cuesta, el polémico nuevo amor de Ana de Armas
"Destruido para siempre". La contundente respuesta de Pampita a García Moritán y el nuevo paso que dio en su relación con Martín Pepa
Inesperado. Con qué famosa tuvo una cita Valentín, el hijo de Romina Yan
Carolina Herrera deslumbró en la presentación de su colección Resort 25 en Ciudad de México