"En esta profesión nunca se llega"
Nicolás Scarpino alterna grabaciones de Sr. y Sra. Camas y funciones teatrales de Los 39 escalones
Había una vez un nene de 4 años, el solista rubiecito de Cantaniño, que entonaba "Canción para contarte cómo es mi papá". Muchos lo vieron años después, ruborizado y aturdido, cuando subió al escenario para anotar en su carrera un hito: ganarle al mismísimo Diego Maradona. Después de batallar más de dos décadas en los escenarios, Nicolás Scarpino es uno de los artistas más queridos del medio. Su nombre siempre aparece en las entrevistas a las grandes figuras del medio, desde galanes hasta productores, como aquel que alumbra y aporta calidez al clima laboral.
Trabajador infatigable, actor de lunes a lunes, Scarpino recorre los pasillos de Canal 7, donde participa de Sr. y Sra. Camas , y el escenario de Los 39 escalones , ese éxito de la avenida Corrientes, que ya lleva dos temporadas en cartel y en el verano se mudará a Mar del Plata.
Los Scarpino llegaron de la Basilicata y les inculcaron a sus hijos y nietos el valor del trabajo, por eso generó un poco de temor la decisión de que uno de lo suyos fuese actor. "Para mí nunca fue un juego, siempre fue un trabajo. Tuve una infancia muy feliz, pero una adolescencia muy dura", recuerda los problemas económicos que padeció su familia y cómo salió adelante. "No cambio por nada todo eso que viví, porque eso hizo la persona que soy".
Gracias al cachet de algunas publicidades pudo pagarse las clases de actuación con Irma Roy y Raúl Serrano. Más tarde vino en teatro Perdidos en Yonkers , de Neil Simon, con Soledad Silveyra y Lydia Lamaison. El actor sentía que tocaba el cielo con las manos. Un día llamó Enrique Torres a su casa. Era 1994 y estaba escribiendo Nano , con Araceli González y Gustavo Bermúdez. Sin tomarle una prueba, le contó a Scarpino cómo sería su personaje. "No entendía nada. Lydia me había recomendado. Le pregunté al autor, que me había visto actuar en Perdidos? sin que yo supiera, cómo podía arriesgarse así y confiar en mí. «Lydia Lamaison nunca se equivoca», me dijo. Para mí siempre va a ser mi ángel", cuenta Scarpino.
Luego, en TV, vinieron Gino (1996), con Katja Alemann y Arnaldo André; De corazón (1997), y en cine Bajo bandera , dirigida por Juan José Jusid, que le valió el Cóndor al actor revelación. Cabecita (1999), Culpables (2001), Jesús, el heredero (2004), Sin código (2005), Por amor a vos (2008). "En esta profesión nunca se llega a ningún lado. Siempre se está viajando, creciendo", opina.
De la cama a la escalera
A las 7 de la mañana ya está despierto y parte rumbo al canal estatal, donde interpreta en la ficción que produce Florencia Peña a un diseñador y estilista. Ya había trabajado con ella en Sweet Charity y Revista Nacional , donde demostró que es un artista completo, que canta y baila.
En la TV comparte el camarín con Diego Ramos, quien fuera su compañero en la primera temporada de Los 39 escalones : "Cuando él se fue para protagonizar La novicia rebelde pensamos con Laura Oliva y Fabián Gianola, mis compañeros en Los 39? que una pata se había ido y que la mesa comenzaría a tambalear. Pero Fabián Mazzei pudo ingresar con solvencia y ya llevamos 400 funciones". Sólo cuatro actores interpretan a una decena de personajes en esta adaptación de la película de Alfred Hitchcock, donde Scarpino tiene 10 cambios de vestuario. "La obra sigue funcionando gracias al poder del boca a boca. Creo que es el vértigo de esta historia, con un ritmo que nunca cesa lo que hace que siga siendo elegida por el público."
A Nico lo conocen los mozos del bar donde pica algo antes de la grabación, luego del teatro. Habla pausado y abraza a su interlocutor con la mirada. "Cuando hay un actor, suele venir el ego primero y después la persona", opina.
Humano, demasiado humano, Nico refuta aquel axioma.