El viudo de Bergara Leumann cortó su entrevista, corrió a Karina Mazzocco del medio y se quebró al aire
Daniel Angelone, quien fue pareja durante 29 años del multifacético artista creador de La Botica del Ángel, realizó un inesperado y vehemente alegato contra la justicia que dejó a todo el estudio en silencio
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Un momento fuera de lo común se vivió este miércoles en el programa A la tarde, por América, cuando Daniel Angelone, viudo de Eduardo Bergara Leumann, se paró en el estudio, corrió de su lugar a la conductora del ciclo, Karina Mazzoco y se puso a recitar una especie de poema arrabalero que dejó a todos sin palabras.
Esa fue la forma que el invitado al programa utilizó para dirigirse a la justicia, a modo de protesta porque luego de la muerte de Bergara Leumann a él lo dejaron fuera de la emblemática creación del artista, La Botica del Ángel.
Angelone, que convivió con Bergara Leumann por 29 años, estaba como invitado en el programa conducido por Karina Mazzocco para hablar sobre su situación luego de la muerte del multifacético artista, que ocurrió septiembre de 2008.
Según un informe realizado en A la tarde, el viudo del creador del centro cultural y reducto de célebres artistas, “quedó fuera de todo” luego del fallecimiento del legendario mecenas y artista. “La pareja del artista y la familia entraron en una guerra difícil de frenar”, señalaba el citado informe televisivo.
Luego de este informe y una vez que Mazzocco hizo su presentación en el piso, Angelone comenzó a contar cuál era su situación con relación a los bienes del conductor y artista fallecido. Primero, el invitado agradeció a los medios: “En primer lugar me encantaría decirles y darles las gracias a todos ustedes y los medios que desde que me pasó esto que es una cosa inhumana, totalmente fuerte”.
Más adelante, el hombre continuó: “Ustedes fueron mi apoyo y mi fuerza para que yo pudiera seguir, porque en ese momento en donde con el cuerpo caliente de Eduardo me sacan de lo que era mi casa, que era La Botica del Ángel, que es un museo por idea mía”. Al decir estas palabras, Angelone estaba visiblemente conmocionado y con la voz quebrada.
De inmediato, y sin escuchar una pregunta que le realizó la conductora, el hombre se inclinó sobre un bolso, sacó una pila de hojas y exclamó: “Estos son los papeles que les presenté a los jueces. No sirven para nada”. Luego de esto, arrojó los papeles hacia adelante.
“Llegó el compadrito justiciero”
Entonces, ocurrió un hecho completamente inusual. Angelone se levantó de su asiento de invitado y se dirigió hacia donde estaba Mazzocco, en el centro del estudio. Cuando llegó hasta ella, le dijo: “Disculpame que te dé la espalda” y le pidió: “Correte un poquito”, mientras que con una mano sacaba a la conductora de su posición.
“¿A ver, Daniel?”, dijo con curiosidad y con un tono comprensivo Mazzocco, mientras su invitado se paraba frente a cámara, y con mirada seria, comenzaba a declamar, con entonación arrabalera: “Salú, la muchachada, que llegó el compadrito justiciero. Y los invito, señores jueces, a bailarnos un tanguito ustedes con su organito, yo con mis bandoneones, porque todos somos talladores en este mazo porteño, argentino y justiciero y luchadores”.
“Y ustedes no existen y abran cancha a este servidor de la justicia y de la Argentina. Por una argentina de justicia igualitaria para todos”, cerró Angelone con una fuerte expresividad. Finalmente, el invitado alzó las manos y la vista hacia arriba y gritó: “¡Te amo, Eduardo, te amo!”.
En el estudio el silencio era total. Entonces, Mazzocco que se vio conmovida por la escena que acababa de protagonizar Angelone, señaló: “Bien, Daniel, eso. Te íbamos a invitar. Él se quiere expresar, lo hace a través del arte, que es lo que sabe hacer, que es lo que siempre ha hecho. Así que bueno, esa es su manera de expresar enojo, frustración, furia y un montón de cosas que tenés con respecto a esto que estás viviendo, ¿verdad?”.
El invitado, que se había vuelto a sentar, un poco más tranquilo, respondió: “Con respecto a esto, porque todo lo demás, lo que siguió en mi vida gracias a Dios, es que me pasan cosas maravillosas, y yo sé que estoy acá hoy porque Eduardo está acá a mi lado, no me cabe ninguna duda”.
Luego del insólito momento que protagonizó, el hombre continuó relatando cuál era su situación con respecto a los bienes de Bergara Leumann, en especial a la histórica Botica del Ángel que, según contó, “me la sacaron ni bien él muere” y el conflicto que tuvo por ello con unos primos del artista, que, de acuerdo con Angelone, “se pensaron que eran los herederos” de lo que dejó Bergara Leumann.
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