El tecno, versión dulce

Se han barajado varias definiciones para este dúo integrado por el tecladista Vince Clarke y el cantante Andy Bell. Que hacían tecno pop con glamour (¿sweet tecno?), que lo suyo era el synth-pop, que sus canciones, en esos pasatistas ochenta, combinaban insólitamente letras con una alta dosis de depresión y angustia, con las equilibradas melodías de Clark. La clave, entonces, como siempre que la palabrita pop entra en juego, pasa por la canción. "Sí, me interesa la movida actual de música electrónica _dice Andy Bell desde un hotel brasileño_, pero creo que el problema ahora es que muchas veces están tan entusiasmados con las máquinas que no se concentran en escribir canciones. Y, sabés, la melodía no puede faltar."

Erasure, el dúo, tomó forma a mediados de los ochenta. Antes, Vince Clarke había integrado Depeche Mode, Yazoo (un dúo con la vocalista Alison Moyet) y Assembley. Ninguno duró mucho, hasta que, vía un aviso en el periódico musical Melody Maker, apareció Andy Bell. Era la persona justa, y lo demuestran los diez años y más de diez discos que llevan editados.

Para Bell, superar la marca de Alison fue el primer tramo difícil. "Había muchos fans de Moyet que esperaban verla a ella. Cuando sos joven y te empeñás en practicar para tus discos, cantás, grabás y estás entusiasmado con todo eso, puede llegar a molestarte. Pero era natural también que la gente hiciera comparaciones. Duró un tiempito, luego aceptaron y acepté mi voz. Y sigue siendo la mía la voz de Erasure".

No es la primera vez que la banda llega a la Argentina. Ya estuvieron aquí en 1990. "Ahora estamos en medio de una gran gira _es él, ahora, quien establece las comparaciones_, y en varios shows del tramo sudamericano fuimos soportes de David Bowie. No será, claro, el mismo show de hace siete años, tenemos muchas canciones nuevas para mostrar".

Entre aquella visita y ésta editaron, entre otros, "Abba-esque", un EP con cuatro covers de la banda sueca. "Soy un verdadero fan de ellos _confiesa Bell_; eran un verdadero fenómeno a fines de los setenta y comienzos de los ochenta. Amaba sus melodías, amaba la producción y amaba sus canciones. Recuerdo la ansiedad que me producía cada uno de sus álbumes, no podía contener las ganas de salir a comprarlo en cuanto se editaba".

Los años no parecen haberlos cansado y Clarke parece haber dejado atrás definitivamente el estigma de no poder permanecer largo tiempo en ninguna banda. "Estamos de gira desde el 96; ya es hora de parar un poco. A principios del 98 nos concentraremos en preparar nuevas canciones", promete y fin de la charla; a tocar en Brasil, para luego volar a Buenos Aires, donde se presentan, hoy y mañana, en el teatro Broadway.

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