El tango tiene nuevo color
Mora Godoy y Gustavo Zajac estrenan el show en un espacio no convencional
No parece una tanguería for export. En un espacio central, entre las mesas preparadas como para comer en cualquier momento, un grupo de bailarines elonga. En el escenario, Héctor Pilatti no desentona al cantar "Como dos extraños" y varias parejas de baile esperan su turno para entrar. En un nivel superior: un sexteto está atento a las órdenes del director Gustavo Zajac para saber a qué tema pasar. Y sí: no parece una tanguería; parece un teatro. Es que el director y la coreógrafa y bailarina Mora Godoy fueron convocados por la gente de Madero Tango para hacer "Tangorama", un espectáculo que no sólo deje contentos a los turistas, sino que pueda ofrecerle algo distinto al público argentino, como si estuviesen en un gran escenario de la avenida Corrientes.
"Por eso aproveché el espacio. Esto no es un teatro, pero quería hacer un espectáculo a nivel teatral. Hubo que utilizar el lugar al máximo. Trabajé diferentes niveles; incluso utilicé el ventanal que ofrece la espectacular vista nocturna de Puerto Madero", explica Zajac, quien además de haber trabajado muchos años en Broadway y de haber montado la puesta en escena de "Nine", en Tokio, también fue el responsable de "Aplausos" y "El hombre de La Mancha", en Buenos Aires.
"Esto es un desafío porque siempre está la idea y el prejuicio de que una casa de tango es sinónimo de algo for export. Pero eso nos obligó a no caer en clisés. Fuimos a ver los espectáculos que se hacían en distintos reductos tangueros para saber qué no había que hacer. Entonces, hicimos lo que nos gusta", explica Mora Godoy, una de las responsables del éxito "Tanguera". "Quisimos romper con los estereotipos. No tengo miedo de elegir «La cumparsita» o «Libertango». Lo que cambiamos es la forma. Mi trabajo siempre se caracterizó por un cambio en lo coreográfico. Rompí ritmos y me gusta utilizar a varias parejas en un mismo número. Me quedo con el concepto de «Tanguera», pero sin un hilo argumental."
El ensayo es relajado, aunque minucioso. Es que, a decir verdad, tienen casi todo montado. Llega el turno de "Neotango 3", un cuadro que es casi fusión de fusión, compuesto especialmente por Gerardo Gardelín. Combina tango y milonga con algunos toques de malambo y folklore. Y por eso, el virtuoso Adrián Bergés (quien fue protagonista de "Nativo") mezcla su malambo con algún taconeo tanguero, que se suma a los firuletes de la pareja de tango que forman Mora Godoy y el brasileño Junior Cervila. Los tres son uno solo en una coreografía sensual y de disputa que los músicos parecen interpretar con especial atracción. Es que, junto a otro tema especial compuesto por Gardelín ("Violentango"), es uno de los pocos que no forman parte del repertorio popular. Aunque la dirección musical de Humberto Ridolfi mezcla con habilidad los temas y las melodías, y busca matices en lo más conocido. "El espectáculo combina tradición con novedad. La idea era representar la vanguardia del tango y crear climas nuevos. El concepto es combinar tango con folklore y elementos del jazz, y mantenerlos en un clima cool, pero a la vez, respetando a los autores tradicionales", explica Zajac.
Cada cuadro tiene un color que lo determina y en esa concepción tienen mucho que ver la puesta de luces de Gonzalo Córdova y Marco Pastorino, la escenografía de Marcelo Pont y el vestuario de Mariel Bobek. Además del cantante Héctor Pilatti (su cover es Alejandro Perrone), de Godoy, Cervila y Bergés, participan seis parejas de baile, y varios reemplazantes.
"Con Mora nos pusimos a escuchar varios tangos y, según su vibración, nos imaginábamos el color que podían tener. Por eso, cada cuadro tiene uno determinado -detalla Zajac-. El primero es el blanco, que tiene que ver con el comenzar a descubrir, con el despertar; el segundo, el azul, es la nostalgia, la melancolía, mezclada con el agua, la vanguardia y la noche. Le siguen el rojo, o sea, la pasión, lo sensual y la violencia; y el negro, lo cosmopolita o el tango de hoy en su glamour."
Desde el alma
El espectador de "Tangorama" tendrá que ejercitar su visión porque la acción transcurre en distintos lugares. De frente al escenario, en un nivel superior, pero un poco debajo del primer piso de mesas, una pareja irá representando el traspaso generacional del tango. Ellos: jovencísimos, hacen su pantomima bailada al compás de "La yumba", para darle paso inmediatamente, y sin pausa, al vals "Desde el alma" y, éste a "El choclo", desgranado con fuerza por las parejas de baile. Y, por ahí, se cuela Bergés, metiendo malambo allí donde suena tango. El resultado, potente. "Desde el comienzo quisimos no plantear el folklore desde el clásico número de boleadoras. En este caso, lo integramos al tango", explica Mora Godoy.
La primera bailarina y coreógrafa participará en el espectáculo durante tres meses, en principio, según sus giras internacionales. "Para mí es muy importante poder estar acá. Me resistí un poco, pero opté por quedarme. Es que nunca me gustó trabajar en casas de tangos, pero esto es distinto. Acá me acompaña un director como Gustavo y un bailarín como Junior, y estamos en un espacio distinto, que no es el reducto tradicional. Todo nos da un marco teatral. Además, tengo dos covers grandiosas que me reemplazan cuando no estoy: Paola Jean Jean y Teresita".
Por su parte, Héctor Pilatti -un pilar del género musical- interpretará temas como "Mi Buenos Aires querido", "Caminito" o "El día que me quieras", entre otros.