Un gamer verborrágico conquista el streaming
“Yo no soy un pibe de las computadoras y nunca lo voy a ser”, dice Martín Pérez Disalvo, alias Coscu, un ex estudiante de Informática de La Plata de 25 años convertido en el gamer-streamer Número Uno del país. Con sólo una PC y una webcam, Coscu levantó su mini-imperio virtual jugando juegos de rol desde su habitación en la casa de sus padres. “En realidad yo me considero un artista”, aclara este galancito extrovertido y ex coordinador de viajes de egresados, que dejó su puesto de bajista en la banda pop-punk Looking Up por su nueva carrera. “Esta es mi manera de mostrarle a la gente lo que soy.”
Hace cinco años, mientras se frustraba estudiando fórmulas y algoritmos en una carrera que no le gustaba, Pérez Disalvo se encontró en un aula rodeado de fanáticos del LoL (League of Legends), un juego de rol en línea que recién empezaba a popularizarse. “Empecé a jugar y resulté tan bueno que al poco tiempo me sugirieron que intentara en algún equipo profesional”, dice Martín, que llegó a jugar para el Caribbean Union Gaming, de América Central. Pero al poco tiempo su perfil extrovertido y su humor ácido lo llevaron a probarse como gamer-streamer, una cultura en crecimiento de jugadores que transmiten en video sus partidas, interactuando con los usuarios que los siguen para aprender a jugar, resolver trabas del juego o simplemente pasar el tiempo. “Tengo una chispa que un pibe que juega a eso generalmente no tiene”, dice Coscu.
Poco a poco sus partidas de LoL se convirtieron en largos pasos de comedia y stand-up (¡Llegó a transmitir durante 24 horas seguidas!) cargadas de anécdotas nocturnas, sexuales y escatológicas, que fueron desplazando al juego como foco principal. “Lo mío es la improvisación”, dice Coscu. “Acá es todo en vivo y sale como sale. Esa es la gran diferencia con los youtubers.”
Hoy Coscu cuenta con su propia comunidad de fans, la “Coscu Army” -un séquito de fieles de casi 20.000 chicos que replican su modo de vestir y hasta sus palabras predilectas, como “duro”, “nazi”, “épico”, “picante”-, y sus transmisiones a través de la plataforma Twitch alcanzan el récord de 5.000 personas en simultáneo, una cifra que se multiplica desde su canal de YouTube. “Es como que te estén viendo jugar en vivo cinco Grooves llenos”, dice él.
Mientras viaja por todo el continente como invitado de diferentes eventos de gaming, planea desarrollar su línea de ropa y sueña con lanzar su propio espectáculo de stand-up, Coscu está seguro de que su historia puede ser inspiradora para muchos chicos. “Yo llegaba a una reunión familiar y me decían: ‘¿Vos seguís con eso del jueguito? ¿Qué pensás hacer?’”, dice. “Y hoy gracias al jueguito tengo el mejor auto de la familia.”
Juan Barberis
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