El renacimiento de David Lynch
"Mulholland Drive", su último film, se vio anteanoche en los Estados Unidos
NUEVA YORK.- David Lynch ha vuelto. Y con él, un rico mundo de universos paralelos, situaciones surrealistas y grotescos personajes.
"Mulholland Drive", que anteanoche se presentó en el Festival de Cine de Nueva York y que se estrenará mañana en todo Estados Unidos, marca el regreso triunfal de Lynch, siempre con su intrigante estilo. Es un Lynch puro, que recuerda en mucho al film sobre el que cimentó su fama, "Terciopelo azul", y en el que el autor vuelve a crear imágenes impactantes, con una narración que atrapa al espectador desde el primer momento, que se vuelve cada vez más compleja y que luego se resuelve en un plano completamente distinto del esperado.
Los peligros de Hollywood
Definida por el propio Lynch como "una historia de amor en la ciudad de los sueños", ésta es una fábula sobre Hollywood y sobre los peligros que allí acechan a quien intente convertir sus sueños de fama y riqueza en realidad.
Eso es lo que le sucede a la rubia Betty, el personaje principal de "Mulholland Drive" -interpretado por la hasta ahora desconocida Naomi Watts: brillante- quien, desde su pueblito canadiense, llega a la meca del cine cargada de ingenuidad, optimismo y buenas intenciones.
La película, sin embargo, empieza en la zigzagueante ruta que le da nombre al film, una carretera que asciende hasta la colina del famoso cartel de Hollywood y desde la cual es posible admirar todo Los Angeles a los pies.
Allí, en pleno estilo film noir, y con música del maestro Angelo Badalamenti, una elegante, sexy y morocha mujer (Laura Elena Harring) está por ser asesinada por dos matones dentro de una limusina, cuando es salvada por un oportuno accidente de autos.
En busca de la memoria
Tras el choque, la mujer se levanta y -con amnesia total y miles de dólares en su cartera- baja la colina hasta la ciudad de los sueños, que para ella se ha convertido ahora en una constante pesadilla.
Vestida de fiesta y manchada de sangre, entrará en una casa en la que conocerá a la recién llegada Betty. Como no recuerda siquiera su nombre, la misteriosa mujer decide bautizarse Rita, luego de ver un cartel con la Hayworth en el papel de "Gilda".
Entre Betty y Rita se establecerá una fuerte relación; primero, de amistad y camaradería, mientras Betty busca su futuro y Rita su pasado; luego, de amor y erotismo, al descubrir sus respectivos miedos y sueños.
Entre las dos mujeres aparecerán también varios hombres: un director en boga que es presionado para que acepte a una actriz sin talento para su nueva película; mafiosos ejecutivos de un estudio y sus corpulentos asesinos a sueldo; una diva hollywoodense caída en desgracia, y, como no podía ser otra forma en el universo de Lynch, un enano cuadripléjico que mueve los hilos detrás de escena.
Sin explicaciones
Potente, llena de texturas y cautivante en su primera hora y media, "Mulholland Drive" da un giro en los últimos 45 minutos para zambullirse de lleno en un mundo paralelo, con identidades cambiadas, juegos de tiempo y situaciones que se repiten, pero que adquieren otro significado en esta nueva realidad.
Muchas preguntas de la primera parte quedan sin respuesta y surge un nuevo abanico de interpretaciones que quedan a gusto del espectador.
Durante una conferencia de prensa después de la presentación del film, Lynch se negó a dar una explicación lineal de su película, diciendo que "a veces las palabras fracasan al intentar explicar la realidad".
"A mí me gusta entrar al cine sin saber qué voy a ver y salir de él con más preguntas sobre la realidad que las que tenía al entrar -señaló el director-. Me gusta trabajar con la intuición, mezclar lo que me indica la mente con lo que siente el corazón. Hay muchas abstracciones en este film, y creo que eso lo vuelve rico. No hay mejor gancho en una película que los misterios que se plantean dentro de la seguridad de una sala de cine."
Con la ayuda de Europa
Lo cierto es que Lynch logra una sensación de ansiedad comparable a la que producía "Vértigo", de Alfred Hitchcock, con otros elementos que rinden homenaje no sólo al director británico sino también a Ingmar Bergman y a Robert Altman, como el juego entre la rubia y la morocha con identidades cambiantes, pelucas de por medio.
Según contó Lynch, creador de la serie televisiva "Twin Peaks" (que en la Argentina aún puede verse los sábados, a las 23, a través de la señal Uniseries), "Mulholland Drive" comenzó como un piloto para la cadena norteamericana ABC, pero fue rechazado por ser demasiado oscuro y complejo.
El proyecto luego fue adoptado por la señal europea Canal +, que decidió dar al director un presupuesto mayor para rodar más escenas y convertirlo en una película de cine.
El resultado es "Mulholland Drive", un largometraje sobre la maquinaria de sueños de Hollywood que marca el renacimiento cinematográfico de David Lynch y su original mundo onírico.
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