El reinado del standard
Los clásicos están presentes en cinco flamantes discos de jazz
¿A quién no le gustan los standards? Es cierto que algunas jóvenes estrellas del jazz actual reniegan de esos clásicos que conocemos todos y componen, a veces, temas tan herméticos y difíciles que ahuyentan al gran público.
En el fondo, tiene que ver con una cuestión de gustos o de oído: los standards volvieron a ser revalorizados y, nada casualmente, son el eje algunos de los mejores lanzamientos discográficos nacionales de estas últimas semanas. Y que incluyen, como yapa, excelentes composiciones propias.
Melancolía , el nuevo álbum de Adrián Iaies, por ejemplo, es un perfecto compendio del gran momento de este pianista, indispensable cuando se quiera saber qué dirección tomó el jazz argentino en estas últimas décadas. Gran parte de los once temas de este disco fue presentada en vivo en octubre pasado, en Vinilo, y el sabor final confirma lo acertado del título del CD. Hay un clima melancólico que recorre todo este excelente disco, desde los tres clásicos de Billy Strayhorn hasta dos tangos como "Fuimos" y "Desde el alma", en un gran regreso de Iaies a las fuentes, en donde convirtió el dos por cuatro en standards, pero donde sorprende es con el contagioso swing de su versión del "Himno a Sarmiento" y con el bello "Waltz por Beatriz (Sarlo)". Lo acompañan Mariano Loiácono en trompeta, Ezequiel Dutil en contrabajo y Pepi Taveira en batería, acaso uno de los mejores combos del jazz local.
Rivorecords, el sello del abogado y melómano Justo Lo Prete, lanzó dos discos tan necesarios como el de Iaies. Por un lado, Our Song , el disco consagratorio del excelente saxofonista Gustavo Musso, con Francisco Lo Vuolo en piano, Jerónimo Carmona en contrabajo y Eloy Michelini en batería, y siete clásicos para sacarle chispas al mejor bebop. Por otro, Warm Valley , de Mariano Loiácono y Paula Shocrón, trompeta y piano de lujo, también acompañados por Carmona y Michelini, y que suma a un puñado de standards inefables dos temas nuevos como "Elvin" (de Shocrón) y "Blues For My Hero" (de Loiácono), que podrían integrar tranquilamente el catálogo de cualquier artista del sello Blue Note de la década del 50 o 60.
Swing Summit se llama el disco de un tremendo power trío jazzero que integran el pianista Manuel Fraga, el contrabajista Pablo Motta y el baterista Oscar Giunta. Aquí, el genial Fraga deslumbra cuando sus dedos son sinónimo de velocidad y de emoción en un incandescente tema de su autoría como "Tioscar", pero cada uno de los standards elegidos se convierten en imaginativos vehículos que dejan en evidencia la buena sintonía del trío, en donde Motta y Giunta brillan como nunca.
Finalmente, hay buenos standards en Legado , el disco póstumo del baterista Roberto "Junior" Césari, pero podría decirse que este gran músico, que falleció en agosto, fue un clásico en sí mismo por lo que representó para tantas generaciones de colegas y de alumnos. Grabado entre finales de 2010 y principios de 2011, este primer CD solista de "Junior" termina siendo una conmovedora despedida, llena de talentosos socios (Ricardo Lew, Alvaro Torres, Angel Sucheras, Javier Malosetti, Américo Belloto, Arturo Puertas y Jorge González, entre otros) y un repertorio inspirado, con un solo de batería como tema final, que demuestra cómo se puede hacer buena música con parches y platillos.
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