El primer protocolo para la prevención y actuación en casos de violencia laboral en las artes escénicas ya está vigente

Hace unos días Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales (AADET), junto a la Asociación Argentina de Actores (AAA) firmaron el primer Protocolo para la Prevención y Actuación en casos de violencia Laboral en las Artes Escénicas. Y se constituye como el instrumento que tiene este sector para poder prevenir y erradicar la violencia y acoso. La idea de estas asociaciones es dar el primer paso y animar a que otros sectores tomen iniciativas parecidas porque, es sabido, la violencia y el acoso laboral no distinguen oficios ni profesiones.

La historia se remonta a unos cuantos años atrás. En 2015, luego del Ni una Menos, la organización Sagai (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes) no tenía aún organizada una comisión de género. Los casos resonaban, aparecían, se contaban, pero no había una línea clara de acción. Es entonces cuando actrices de esta organización comenzaron a reunirse y a preguntarse cómo responder como colectivo ante las denuncias y los maltratos que circulaban. Lo primero que detectaron fue la ausencia de datos concretos. Por eso, la primera iniciativa, en 2017, “fue encarar este proyecto –cuenta la actriz Celina Font, una de las referentes y parte de la Comisión Directiva y de Género de Sagai– de investigación que después se terminó llamando Espacios de trabajo libres de violencia. Nos abocamos todo ese año a hacer un relevamiento, una encuesta entre todo nuestro colectivo de actores y actrices con el objetivo de hacer un análisis de la situación”. En esa encuesta participaron 1116 personas, prácticamente la mitad son mujeres y la otra mitad varones. Así se encontraron con unas cifras que alarmaban y preocupaban y casi a la par aparecía la denuncia de Thelma Fardin que ponía en evidencia algo que los números ya estaban diciendo: el 66% de las mujeres encuestadas habían sido acosadas sexualmente en algún momento de su carrera, la cifra masculina era del 32% y, este número fue uno de los más inquietantes, entre todos ellos el 6% había sido acosado sexualmente siendo menor de edad.

“A partir de esos resultados, en 2019, comenzamos a elaborar una guía de recomendaciones. Hicimos unas primeras reuniones para debatir cuáles debían ser los primeros consejos, esenciales, básicos. Y luego pasamos a las siguientes recomendaciones que incluían a otras asociaciones y a otros sindicatos, productores, técnicos hasta llegar a las ultimas reuniones en las que se sumó el Estado a través del Incaa, a través del Teatro San Martín, del Cervantes, las cámaras de publicidad y las vinculadas al teatro en general”, agrega Font. Todo este trabajo culminó en una presentación a fines de 2019 en el teatro El Picadero, ese día se dieron cita todas las organizaciones que habían formado parte de este trabajo y firmaron una carta comprometiéndose a aplicar todo lo desarrollado.

“Tres años después estamos contentas porque vemos que el trabajo ha servido. De hecho, es pionero, no hay otro igual en ningún lugar del mundo. Nos contactaron desde la Universidad de Boloña, por ejemplo, para contarnos que estaban estudiando nuestro caso, se está haciendo una tesis al respecto. Pudimos ponerle número a una situación que es preocupante y que hasta ese momento solo podía referirse como sensaciones. En ese momento lidiábamos mucho con respuestas tales como ‘en mi rodaje no pasa’, ‘yo nunca vi nada’, ‘si lo hubiese visto lo habría denunciado’. Pudimos dejar de hablar de percepciones y pasamos a hablar de hechos”, afirma Font.

Pero lo más llamativo fue lo que se desprendió de esta investigación profunda respecto a las infancias. Entre esos números que ya eran horribles y graves aparecía uno más profundo y cruel que era ese 6% de infantes que habían sido abusados. “Y generamos el cruce de organismos a hablar de este tema. En estos cruces se descubrieron muchísimas lagunas, legales, concretas, de falta de control”. Esa situación aún está a la espera de tener su lugar parlamentario pero mientras tanto se siguen estudiando y debatiendo los pasos a seguir, por lo pronto dejar de llamar trabajo a las actividades artísticas realizadas por menores porque eso está prohibido.

Este intenso trabajo de años tuvo su primer fruto legal el viernes 26 de noviembre. El acto estuvo encabezado por el ministro de Trabajo de la Nación, Dr. Claudio Moroni, y el Secretario de Trabajo, Marcelo Bellotti, Por el lado de la Asociación Argentina de Actores estuvieron presentes su presidenta, Alejandra Darín, y la secretaria de cultura, Constanza Maral; y desde la Asociación de Empresarios Teatrales, su titular Carlos Rottemberg y varios miembros de la entidad. Además, el ministro de Cultura, Tristán Bauer, acompañó la firma del documento. Este protocolo además de visibilizar la problemática y los números alarmantes, se propone como una herramienta para el sector preventiva, de acompañamiento y asesoramiento a las víctimas, también como un marco de formación. Por supuesto no suplanta a la justicia, entre sus objetivos está la idea de garantizar un lugar de trabajo en el ámbito de las artes escénicas libre de acoso y violencia. Promover acciones de sensibilización y prevención en torno a la violencia y acoso en el trabajo. Comprometer a todas las personas que intervienen en el hecho teatral y musical a llevar adelante acciones de prevención, capacitación y formación sobre violencia y acoso laboral. Concientizar a todas las personas involucradas en un hecho teatral y musical en torno a la temática de la violencia laboral. Y, por último, garantizar la protección y acompañar a las víctimas de violencia, informando cuáles son las herramientas a su alcance para recibir ayuda.

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