El poder de la autosugestión
El método Coué, técnica de curación por medio del pensamiento positivo, enseña a adiestrar el subconsciente
Todos los días, desde todo punto de vista, voy mejor y mejor", dice la frase que sintetiza el método Coué, técnica de curación basada en la autosugestión, ideada en 1913 por el psicólogo y boticario francés Emile Coué, considerado el padre del pensamiento positivo. El método es simple: consiste en repetir la frasecita diariamente y con convicción.
Efecto placebo . Al ejercer su profesión durante la Primera Guerra Mundial, frente a la falta de medicamentos, Coué aplicaba su método y notaba que muchos de sus pacientes se recuperaban como si hubieran sido medicados tradicionalmente. Así descubrió el efecto placebo. "Verá cómo este remedio lo hará sentir mejor", sugestionaba Coué a sus pacientes, y mejoraban, aunque sus remedios no tuvieran ninguna eficacia. Frente a un dolor físico, les sugería repetir insistentemente: "Está pasando, ahora va pasar", y así se mejoraban, incluso se curaban. "No soy un sanador, sólo enseño a la gente a curarse sola; las curaciones milagrosas que me atribuyen son obra de los enfermos", decía.
Para curar la psoriasis y ganar al rugby. En su libro El dominio de sí mismo , el psicólogo explica el procedimiento de su método. Se basa en repetir como un mantra la fórmula, y el resultado está relacionado con la persistencia de su uso y su duración temporal. "El método funciona para curar problemas psicosomáticos, para mejorar en los deportes, en el trabajo, en el estudio", explica José Aranda, psicólogo y codirector, desde hace 40 años, de la Asociación de Hipnosis y Sofrología Emil Coué de Buenos Aires, donde también dan cursos dirigidos a médicos, psicólogos y deportistas. "Aplicando el método, el Alumni Rugby salió campeón nacional en 2002", agrega, y para rematar muestra unas fotos de un caso de psoriasis curado gracias a sus sesiones.
Llegar a creer algo. La autosugestión, que Coué define como la influencia de la imaginación sobre el ser moral y físico del hombre, es un proceso por el que una persona adiestra a su subconsciente para llegar a creer algo, generalmente llenando la mente con pensamientos repetitivos (¡supuestamente positivos!) hasta que permanezcan en el subconsciente. "Si uno se persuade de que puede hacer cualquier cosa, siendo lógico, por difícil que sea, será posible hacerla. Pero si, al contrario, uno se imagina que no la puede hacer, le será imposible hacerla", decía Coué. Sin embargo, si uno piensa que no puede hacer algo y luego lo intenta, cuanto más lo intenta menos lo logra. Es el caso del insomnio: cuanto más uno se esfuerza en dormir, pensando en que no va a poder, menos posibilidades tendrá de conseguirlo. "La autosugestión es una fuerza totalmente distinta a la voluntad. Es la imaginación la primera de las facultades humanas", sostenía el psicólogo.
Efecto placebo. "La autosugestión es una fuerza muy potente, que si es guiada en forma inconsciente puede ser muy peligrosa, pero si es guiada con conciencia nos permite mejorar nuestras vidas", decía Coué. Por eso es tan importante, en los diálogos que se mantienen con uno mismo, alentarse siempre con mensajes positivos y tratar de poner una censura más severa y metódica sobre los pensamientos negativos.
Precursor
El francés Emil Coué nació en Troyes en 1857, donde fue farmacéutico durante muchos años. Adquirió renombre mundial con su teoría de la autosugestión, sintetizada en la autoadmonición, cuya repetición, auxiliada por la certeza de su eficacia, la convertía en realidad. En este sentido, Coué fue precursor de la medicina psicosomática. Su afirmación de haber curado enfermedades físicas por medio de la autosugestión nunca fue aceptada por los médicos, y después de su muerte, en 1926, sus discípulos no tuvieron su magnetismo y su capacidad de persuasión para llevar adelante el método. Pero la autosugestión hoy sigue ayudando con éxito las terapias farmacológicas.
En la Argentina, la Asociación de Hipnosis y Sofrología Emil Coué espera en el barrio porteño de Caballito, en Federico García Lorca 279 PB C. Más datos, 4431-5036.
Ejercicio
Todas las mañanas al levantarse y todas las noches al acostarse, hay que cerrar los ojos y, sin esforzarse, concentrar la atención en lo que se está por decir. Habrá que pronunciar 20 veces la frase: "Todos los días, desde todo punto de vista, voy mejor y mejor", tratando de apenas mover los labios, pero con una tonalidad bastante alta que permita escuchar la propia voz, contando a la vez mecánicamente 20 nudos de una pequeña soga, como si fuera un rosario.