El patrón del entretenimiento
Controvertido y de personalidad dominante, fue creador de éxitos como Polémica en el bar y Operación Ja Ja
Gerardo Sofovich, uno de los grandes protagonistas de la televisión de los últimos 50 años, murió ayer, en una clínica de esta capital, a los 77 años, víctima de "una hemorragia digestiva masiva y fulminante", según informó a media tarde del domingo su cardiólogo, Luis de la Fuente.
Figura controvertida y extremadamente personalista, fue el creador de algunos éxitos televisivos con los que dio muestras de su olfato para entender el gusto popular, entre los que se recuerdan Operación Ja Ja y Polémicaen el bar, un verdadero clásico en cuya mesa reunió a algunos de los más celebrados comediantes de nuestro medio: Juan Carlos Altavista, Fidel Pintos, Adolfo García Grau, Jorge Porcel, Javier Portales y, más cerca en el tiempo, Julio de Grazia, Mario Sapag y Rolo Puente.
Trabajador infatigable y gran fumador, a lo largo de veinticinco años se le habían practicado doce angioplastias coronarias, como consecuencia de un delicado cuadro cardíaco. Su muerte provocó de inmediato una gran repercusión en los ciclos informativos y en las redes sociales. Quizá uno de los mensajes que llamó más la atención fue el que dejó Marcelo Tinelli en Twitter a poco de conocerse la noticia: "Dicen que la muerte no existe y que la gente muere sólo cuando la olvidan. Jamás te olvidaremos".
Otros que quisieron dar testimonio de su afecto en las redes sociales fueron Susana Giménez, Carmen Barbieri, Marley y Florencia de la V y tantas otras figuras a las que Sofovich les dio una oportunidad en sus carreras.
Si algo caracterizó su carrera fue la enorme capacidad de supervivencia en un medio cambiante como la televisión, donde se movía a sus anchas. Si bien su carrera se desarrolló también en el cine y en el teatro (en esos ámbitos hizo una dupla muy recordada y efectiva junto a su hermano Hugo, de quien luego se distanció durante muchos años), la televisión lo tuvo como uno de sus grandes protagonistas hasta sus últimas horas.
Durante varias temporadas fue presidente del jurado de "Bailando por un sueño" en ShowMatch. Tinelli lo presentaba en ese espacio con la música de fondo de El padrino, el film que Francis Ford Coppola le dedicó a la familia Corleone, con ánimo ligero y muy buen humor, pero había en esa broma una muy precisa ilustración del carácter dominante de Sofovich y del modo en que le gustaba moverse en el mundo del entretenimiento.
Impecable en el cuidado personal, seductor cuando quería serlo, gran cuentista e irremediablemente noctámbulo, tenía desde hacía años una mesa en Fechoría, donde recibía a sus amigos. "La gente se sentaba a su mesa y se olvidaba de comer", rememoraba anoche Miguel Ángel Rodríguez, uno de los habitués de esos encuentros.
El año pasado, tras estar hospitalizado durante más de dos semanas y cuando parecía que su vida se apagaba, regresó de pronto al set de grabación de Los 8 escalones, el ciclo de Canal 13 que lo tenía como uno de sus jurados casi invencibles. Había en su rostro algunos signos visibles de fátiga y deterioro, pero hasta allí lo había llevado su férrea voluntad de trabajo.
Acostumbrado a la controversia, que muchas veces favorecía con su personalidad, en los años 90 debió afrontar una serie de procesos judiciales como consecuencia, sobre todo, de su paso como interventor de ATC. Nombrado en esa posición por el presidente Carlos Menem, su amigo personal y cuya gestión ensalzó con fidelidad aun cuando aquél no estaba en el poder, fue severamente criticado por el modo en que manejó los dineros públicos y por el perfil artística e informativo que eligió para esa emisora.
El adiós, en la Legislatura
Sofovich fue internado el sábado en la clínica Suizo Argentina a raíz de una hemorragia interna. Ya en 2014 había debido someterse a una intervención quirúrgica por un problema en su arteria aorta abdominal. Ayer casi todos los programas televisivos le dedicaron sus emisiones para homenajearlo, donde desfilaron con declaraciones todos los artistas que estuvieron vinculados con él. Desde Moria Casán hasta Aníbal Pachano, desde Miguel Ángel Rodríguez hasta Jorge Lafauci. Claro está, algunos dicen que no se cuidaba como debía. Puede ser.
Sus restos son velados en la Legislatura porteña hasta las 11.