El otro yo de Joan Manuel Serrat
Está presentando un disco que firma con su nombre escrito al revés; para él, de los dos, Tarrés es el que vale la pena
Desde el jueves, el cantautor Joan Manuel Serrat está en Buenos Aires presentando su nuevo disco, en un teatro de la avenida Corrientes. Son las primeras fechas de una gira que continuará en Montevideo, varias provincias de nuestro país y culminará con otros dos recitales en Buenos Aires, los próximos 23 y 24.
"Cansiones" (escrito así, con ese, porque Serrat dice que de esa manera pronunciamos la palabra por estas tierras) ya es disco de oro en nuestro país, a sólo un par de semanas de su salida. Es un recorrido por parte del folklore latinoamericano, mediante una serie de temas no compuestos por el músico, pero que siempre quiso cantar y registrar en un álbum.
Además de la variedad musical que aborda desde la fusión y de su estilo tan personal, el disco sirve para presentar en sociedad a ese tal Tarrés (el apellido del cantautor escrito al revés), que representa el otro yo de Serrat.
No es una crisis de doble personalidad. Hablar del doctor Jekyll y de Mr. Hyde sería apelar a una comparación poco ajustada. En realidad se trata de dos figuras que se complementan en un mismo camino, con la misma dirección, pero en sentido opuesto. "Yo a esto le agregaría que Serrat decide el camino, adónde vamos, y Tarrés hace que valga la pena ir. Esta es la relación. Por ejemplo, Serrat sufre las consecuencias de los excesos de Tarrés", explica el músico a La Nación , pocas horas antes de la primera función en el Gran Rex.
El único tema propio escrito para esta placa dice en una de sus estrofas: "Ese tal Tarrés,/ que no me cabe en la piel/ y saca a mi animal/ de parranda con él". El cantautor se divierte mezclando en sus respuestas la visión de ambos personajes, en primera o tercera persona, a veces con la ayuda de un tercero que oficia de vocero.
Herencia y fusión
Quien escucha al catalán en ese cambio de roles también se divierte, por eso vale la pena seguirle el juego. La idea es buscar una tercera figura (Joan Manuel) para saber lo que piensa de todo esto. Por falta de conocimientos formales y técnicas psicoanalíticas, este cronista apelará a lo más llano de la psicología criolla. Porque, en definitiva, todos los argentinos somos un poco psicólogos.
Lo primero será encontrar el origen de esta disociación serratiana. "Comienza con la idea de hacer este trabajo, que tiene varios años. Por 1972 o 1973 pensé en un disco que tuviera este sentido, algo de ida y vuelta, pero retomando mucho más el folklore. Llegué a grabarlo, pero el resultado no me gustó. Y como era un trabajo independiente no tuve que someterme a las reglas del mercado. Pero la idea fue evolucionando y bajando a la calle. La música, que surge por herencia y no por generación espontánea, se recupera en el término fusión y es donde el indio, el criollo y el negro van juntando elementos propios. Algunos aportarán el tambor, otros la guitarra, en un principio, y luego el acordeón y el bandoneón, por ejemplo."
El músico también aclara que Tarrés surge aquí porque éstas son sus canciones preferidas. Y a pesar de que su sello también está en el resto de su carrera, ahora quiso adueñarse de todo. "El está en todos los lugares donde conocí estos temas, en el vigor y en la pasión de cada uno. Se empeñó en esta idea por primera vez, y espero que por única", señala. Porque esa otra parte de Serrat vive ajena a la fama y a la farándula, y prefiere disfrutar del caos anárquico y azaroso de su vida.
La confesión
"Pero también, voy a ser muy sincero, me resultaba mucho más divertido y gratificante presentar esta historia por medio de mi álter ego que desde lo que realmente es: esa carta notarial que manifiesta mi amor por esas músicas y territorios que siento como míos, que me han nutrido y que utilizo, a veces, para experimentar de una manera descarada aunque con mucho respeto por los textos y las historias que se cuentan. Me pareció un juego mucho más sutil y que podría divertir a la gente."
Siempre a partir de conjeturas espontáneas, otra lectura del caso podría ser: Tarrés es lo que a Serrat le gustaría ser, o algo cercano a ese ideal, pese a que diga que "sufre" (aunque con cierto placer) los excesos de su cómplice. Tal vez el otro yo le sirva a Serrat para ubicarse más cerca del hombre común que de la estrella de la música, ese artista consagrado por el público y consultado por la prensa sobre los temas más variados: el fútbol, la situación social de la Argentina y de España, ETA y la renuncia de Carlos Alvarez.
"No, no es así", sentencia el músico ahora desde el lugar de vocero de ambos personajes. "Creo que el cien por ciento de uno o de otro sería un absoluto desastre. Creo, simplemente, que Tarrés puede hacer un Serrat más simpático e interesante de lo que es. Del mismo modo creo que Tarrés no podría sobrevivir sin la responsabilidad de Serrat."
-¿Pero no le gustaría alejarse de ese personaje público y referencial?
-Bueno, me preguntan por muchas cosas. Sobre algunos temas estoy más informado, en otros, hay un poco más de instinto; pero en todos participo y me siento afectado. Y cada vez que puedo insisto en que es sólo mi punto de vista. No soy una referencia ni me quiero convertir en eso. Soy un hombre cargado de certidumbres y también de dudas, que da su punto de vista diario según cómo se mueve el mundo. La vida es movimiento y cambio. Sí tengo una línea general de pensamiento parecida a la de mis 20 años. Es más, me indigno al escuchar frases profundamente reaccionarias que usan los traidores y los que nunca quisieron cambiar nada más que el volumen de sus bolsillos; cuando dicen que si no fuiste revolucionario a los 20 no tuviste corazón, y si sigues siendo revolucionario a los 50 no tienes cerebro. A ellos les diría que no tienen vergüenza. Porque la actitud de querer cambiar las cosas sigue teniendo vigencia. En todo caso, es la historia la que nos enseña cuáles son las metodologías que pueden ser útiles y cuáles no para llevar a cabo un proyecto de futuro. Mi proyecto de futuro pasa por la tolerancia, la solidaridad, la justicia, por que eso que llaman "economía" se pueda repartir en todo el mundo. Este pensamiento no cambia porque lo aprendí en casa y con mis maestros. La vida lo ha ido reforzando. Pero insisto, no soy referente de nada. Por eso, la idea no es tener más de Tarrés.
La sal de la comida
Para hablar del álbum conviene dejar por un rato de lado este juego de sesión de terapia. Sin otras intensiones que las periodísticas se puede preguntar si esta manera de presentar el CD no le quita el protagonismo que inicialmente tenían las canciones y la manera que eligió para volcarlas en un álbum. "No. Yo creo que es la sal en la comida, el parmesano en la pasta. Mi idea es que sea un potenciador relajante y simpático. Y creo que lo he conseguido. Porque en un principio pensé que no se podía entender como algo lúdico. Afortunadamente, la gente lo comprende."
Detrás de ese "potenciador" hay trece canciones que el catalán toma como verdaderos tesoros. Tangos, boleros, cantos populares de México y de Colombia, un vallenato que se mixtura con cadencias de la rumba flamenca. El concepto del álbum es muy claro, pero al músico le costó un largo tiempo conseguir una síntesis. Y, por supuesto, Serrat contó con la ayuda de su cómplice.
"Empecé a trabajar con 400 temas. Comencé a seleccionar entre mi memoria, la biblioteca, llamadas a algunos amigos y mi archivo discográfico. Algo inmanejable porque Tarrés lo está usando constantemente y deja todo hecho un caos. En un momento tenía 50 y decidí armar el repertorio mediante una elección donde no primara el criterio antológico, ni los que más les gustan a Serrat, ni una distribución stalinista para que nadie se pudiera sentir agraviado. Si alguien se siente así, quizá tenga la oportunidad de volver a grabar algo de estas características. Aquí me imaginé tocando las canciones con amigos. Siempre pensé grabar (el tango) "Afiche", por ejemplo, y no está. Incluso saqué dos, con mucho dolor, de la edición final. Una fue la canción peruana "Sueños de opio". Con eso Tarrés tuvo un disgusto muy grande ( se ríe ) porque era una canción misógina relacionada con las p... y la droga. Se enfadó tanto que ordenó retirar uno de Yupanqui, que le produjo un dolor muy grande a Serrat. No pensaba contar esto, pero creo que no está mal, porque así los dos se sentirán psicológicamente liberados."
-En este disco Serrat le ofrece participación a su otro yo; y el cantautor al intérprete.
-Pero creo que aquí también hay mucho de cantautor. Porque no escribí los temas, pero tampoco son versiones. Son dobles. Porque todo lo que escribo y escribiré ha pasado de alguna manera por estas canciones. Me mancharon alguna vez y yo las he manchado ahora para devolver otra cosa. Un punto de vista personal con un proceso de elaboración muy grande. Es un trabajo de recreación en el sentido más literal de la palabra. Todas son así, excepto la primera, que es mía. Es la devolución de Serrat a una canción que le escribió Tarrés, "Si no fos per tu" ("De no ser por ti, publicada en el disco en catalán "Material sensible", de 1990). Después de diez años Serrat contesta...
-Joan Manuel, con todo este juego, y aplicando la psicología argentina, más de uno puede pensar que Serrat está algo loco.
( Sonríe ) -Sí, pero en niveles normales. Un gramo de locura es lo que nos permite tomar ciertas decisiones que la cordura muchas veces nos impide. Es un buen acompañante en el camino. Sirve para tomar una perspectiva de las cosas bien pegada al hocico. Es una distancia a la que no estamos acostumbrados. Por eso nos perdemos algunas visiones maravillosas.
Un viaje muy largo
Hasta el lunes, el cantautor catalán estará presentando "Cansiones" en el escenario del teatro Gran Rex. Luego iniciará un gira por importantes plazas de la Argentina y países vecinos. La fechas son: el 8, en el Velódromo de Montevideo; el 11, en el Teatro Argentino de La Plata; el 13, en el Polideportivo de Mar del Plata, y el 15, en el de Santa Fe. El 16, en el Estadio de Rosario Central; el 18, en el Chateau Carreras de Córdoba; el 20 en el estadio mundialista de Mendoza y el 23 y 24 en Buenos Aires. La agenda continúa el 2 de diciembre, en Asunción del Paraguay.