El marginal 2: final con guiño para una tercera temporada
El final de esta precuela, El marginal 2 , no solo muestra cómo los hermanos Mario y Diosito (Claudio Rissi y Nicolás Furtado ) llegaron a manejar por completo San Onofre con el amparo del director Antín ( Gerardo Romano ), sino que llega hasta el motín con el que había terminado la historia de Pastor ( Juan Minujín ) y agrega un giro que permite pensar en un futuro posible para los hermanos Borges.
El Sapo (Roly Serrano) es el responsable del motín que sacude por completo el penal. Su ejército rompe, quema, saquea, abusa. Ante la mirada de Garófalo (Daniel Fanego), mata y somete sin límites.
Adentro de los pabellones nada puede parar la marea mortal que desató el dueño de San Onofre. Pero, desde que comenzó esta temporada, sabíamos que muchos de los personajes no iban a superar esta precuela. El Sapo era uno de ellos. Pero él no lo sabe y destila odio hasta su último minuto en un episodio que es, en buena medida, la caída de un villano gigante y sin límites.
Dentro de su ejército hay dos grandes bandos. En los episodios anteriores el Pantera (Ignacio Sureda) y el Morcilla (Carlos Portaluppi) habían empezado a mostrar esa grieta. Y así hay muchos que como el primero, brazo armado y brutal del Sapo, permanecen fieles a los deseos del personaje de Serrano. Pero los que son más parecidos a Morcilla entienden rápidamente que es momento de reacomodarse, pactan con el patio, dándose cuenta que de ahí va a salir el nuevo rey.
Pero Morcilla no es el único que le abre paso al patio y le da vuelta la cara a su antiguo jefe. Patricio (Esteban Lamothe) que había llegado a la terraza con la promesa del Sapo de escaparse, es rescatado en el último segundo por Diosito, quien se da cuenta antes que nadie que eso no era más que una trampa. Desde ese instante, la dupla no se vuelve a separar y, junto con el Morcilla, abren literalmente el camino que permite a los del patio llegar al interior de los pabellones.
Borges se apodera del trono
San Onofre es un campo de batalla. El patio ya no está encerrado afuera y hordas de encapuchados destrozan todo lo que tienen a su paso a fuerza de palos, se baten a duelo en cada esquina. Mientras, Emma ( Martina Gusmán ), Carla (Antonella Ferrari) y una profesora herida son sometidas a toda clase de abusos. El Pantera, que impide que las violen un grupo de internos, es luego quien apuñala a Oaky ( Rodrigo Noya ), frente a su hermana y se lo lleva como un premio a su jefe.
El Sapo le dispara y mata a Oaky y a Rita ( Verónica Llinás ). Tengo un ejército, dice el personaje de Roly Serrano, y es Garófalo el encargado de contarle que es un pobre tipo que está a punto de ser derrocado. Justo un segundo antes de que le dispare en la cara al jefe de Antín, entra Mario con James y el equipo del patio, revoleando palomas muertas y disparando contra todos. Desencajado, repleto de victoria, le avisa a Antín que mató al Sapo. El panorama que los rodea es desolador: sangre y muerte por todos lados. Mientras tanto, Diosito enfrenta al Pantera y ya no hay vuelta atrás: los del patio son más. "Yo soy Diosito, rezame a mi", le dice. Tener al Pantera arrodillado es una victoria inigualable para ellos.
Pero Antín le pide un último favor a Mario: que se ocupe de Garófalo (que justo antes del motín le había pedido la renuncia). Al ejecutarlo, Borges gana la libertad para su hermano, Diosito. Pero él, en su lugar, le da su pase libre a Patricio, se reencuentra con su hermano mayor y de paso lo salva de un último disparo. Los Borges festejan, ahora son los dueños del pabellón.
Termina una guerra, empieza otra
Después de que Carla deja las cenizas de su hermano donde están los que fueron sus amigos, en el patio, empiezan los nuevos enfrentamientos en San Onofre. Esos que se ven en la temporada 1 empiezan justo ahí, cuando Borges le da vuelta la cara a una parte del patio, al grupo de César y Pedro, que fueron fundamentales para ganarse el lugar que ahora va a empezar a ocupar. El gesto de Mario deja la falsa amabilidad y se descubre más siniestro que nunca.
Y no todo termina allí, ni al parecer en este capítulo. Tres años después, se prende fuego el patio, a Diosito le disparan, Mario llora. Es el motín de las palomas. Pastor (el personaje de Juan Minujín) lo espera en la ambulancia, lo ahorca hasta que deja de respirar y se escapa. En el camino se cruza con Patricio. La historia que conocíamos los espectadores, entonces, no termina ahí. Cuando el personaje de Lamothe llega a la ambulancia, lo encuentra sin conocimiento. Diosito le había salvado la vida dos veces en el motín que lo dejó en libertad y el médico lo había rescatado una vez. Lo reanima adentro de la ambulancia y ahora están dos a dos: volvió Diosito. ¿Todo está listo para una tercera temporada?
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