El Marginal 2: empanadas, fuego en el call center y una fiesta de cumpleaños
En el tercer episodio de esta temporada de El marginal hay un hilo conductor que en menor o mayor medida interviene todas las historias y conflictos abiertos. ¿Cómo van a hacer los hermanos Borges para que nadie descubra que Diosito mató a un policía?
Para empezar, con un flashback de doce horas, la ficción se encarga de explicar (algo) del destino de del cuerpo de Ontiveros. Por un lado, Antín y sus ayudantes lo buscan. Dos inspectores llegaron a San Onofre por la causa que se abrió debido a que una mujer murió luego de ser víctima de un secuestro virtual. El director del penal interpretado por Gerardo Romano necesita que todo esté en orden y es el primero en aplicar cierta urgencia a la búsqueda de Ontiveros.
Es también Antín el que va a reclamarle al Sapo (Roly Serrano) los 300 mil pesos que le piden para archivar la causa y hacer como si nada hubiera pasado. Pagar la coima y cerrar el "call center", eso es lo que necesita el director para que no corra riesgo su carrera. El Sapo promete el dinero pero de ningún modo quiere cerrar uno de sus negocios más rentables. Esto no hace más que acelerar el pacto que este ya había empezado a tramar con Mario Borges. Hay que destronar al Sapo como sea.
Mientras tanto, aún casi como una trama paralela, Emma (Martina Gusman) sigue de cerca la historia de la abuela que lleva a su hija a prostituirse al penal. Morcilla (Carlos Portaluppi) es quien maneja el negocio de la prostitución y en un par de planos se confirma todo lo que Emma suponía. Pero luego de una serie de encuentros y conversaciones cruzadas, cuando sale del penal encuentra a la nieta cortándole las cuatro llantas. La amenaza con un cuchillo y le dice que no se meta con ella. Desorientada, Emma intenta que Rita (Verónica Llinás), que llegó al penal con un ojo en compota, la lleve con su auto pero esta escapa, y en ese instante notamos que lleva con ella varias palomas, uno de los negocios del Sapo. Todo es cada vez más oscuro para el personaje de Gusman.
James y la cámara congelada
Los hermanos Borges luego de mucha reflexión nerviosa y de despertar algunas sospechas de sus vecinos por esa pila de colchones bajo la cual claramente algo se oculta, llegan a la conclusión de que tiene que haber alguna cámara frigorífica en el penal. Y haciendo uso de todas sus herramientas de conquista (el diálogo, pero fundamentalmente la fuerza económica) Mario convence a James (Daniel Pacheco), quien da pie para la primera aparición del personaje que interpreta Mosquito Sancineto, de ayudarlo a esconder el cuerpo, a convertirlo en empanadas, dicen un poco bromeando aunque ambos saben que no del todo.
Pero esto no es el único frente de los Borges. Mientras festejan el traslado exitoso Ontiveros, y bajo el pedido de Antín (que por supuesto desconoce por completo que los hermanos son responsables de la desaparición del guardia), atacan brutalmente el call center. El ataque es furioso, golpes para los que allí operan, destrozos por todos los costados y el fuego se come el negocio del sapo. Aunque, por supuesto, nada parece que vaya a ser ni tan sencillo ni tan directo en ese penal.
Los 15 en San Onofre
El día de visitas se cancela porque el Sapo quiere festejarle los quince a su hija. Así de simple. Sin dar explicaciones, él hace, deshace y rehace como quiere. No le importa lo que piense el resto (en definitiva, ni siquiera le interesa demasiado lo que piense su propia hija). Se muestra como un villano cruel y arbitrario (frente a los Borges que no tienen grandes cualidades pero se construyen como un par de líderes algo más aceptables por quienes los rodean).
Roly Serrano maneja de forma notable ese vínculo tenso y perverso entre felicidad y violencia. Así como el Cuis (Diego Cremonesi) es su radio personal y, tal como el cantante le cuenta a Emma, juega a subirle y bajarle el volumen a su antojo; todos cumplen un rol alrededor del dueño absoluto del penal.
Patricio, ahora, es un poco parte de dos mundos. No puede dejar de ser parte del equipo de los Borges, con quienes acaba de ocultar un cuerpo; pero tampoco puede dejar de ser del Sapo, quien lo tiene completamente dominado a fuerza de amenazas y propuestas que el médico intenta rechazar. Y el final, entonces, lo encuentra con estos dos mundos explotados entre sí. Sobre el cierre del episodio en el que también nos enteramos que la mujer que lo fue a visitar antes (a cuyo marido asesinó y por eso está preso) está embarazada, él está sentado viendo cómo canta la cumpleañera. Cuando entran dos de los "empleados" del call center y cuentan todo sobre el ataque, el Sapo le hunde la cabeza en la torta y lo amenaza, "seguro fueron tus amigos, hablá o te mato". La mesa está servida para un enfrentamiento brutal.
El marginal 2. Estreno los martes, a las 22, por la TV Pública (repite el domingo, a las 23). Desde las 23 por Cont.Ar
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