El Marginal 2: cinco claves para mirar la precuela de la serie del momento
Las dos temporadas de El marginal tienen una característica muy particular. Dado que la segunda es precuela de la primera, ambas pueden verse en orden indistinto: primero la que se emite actualmente por la TV Pública y luego la primera, disponible en Netflix, cuya historia continua a aquella, o viceversa. Pero además, esta propuesta en orden extraño permite también disfrutar el trabajo realmente destacable que tuvieron que realizar guionistas, productores y directores para mostrar las variaciones en los escenarios, en la historia y en los personajes, respetando una ubicación temporal que corre de adelante para atrás. Para poder seguir mejor estos detalles vale la pena tener en claro cinco elementos de peso que forman parte de la primera temporada y que por supuesto son el resultado de situaciones que se verán en la que se está dando ahora.
El personaje de Juan Minujín
Su nombre verdadero es Miguel Palacios, pero entra a la cárcel como un policía encubierto con el nombre falso de Osvaldo Peña y el apodo de "Pastor". En la segunda temporada no aparece, salvo como una flash en el primer episodio en que se cruza con Patricio el personaje de Esteban Lamothe , con el que no se conocen, en medio del caos que se produjo al final de la primera temporada, con el motín y el incendio en el presidio. El personaje de Juan Minujín tiene un pasado como policía en el que mató a un comisario corrupto y fue preso a un penal del sur. Su entrada como agente encubierto a la cárcel se produce por la propuesta del un juez Cayetano Lunatti (Mariano Argento), al que le raptaron a la hija ( Maite Lanata ), que le pide que entre a San Onofre a Investigar y le ofrece a cambio su libertad. En la nueva temporada aparecen tres elementos a tener en cuenta vinculados con la futura presencia de este personaje en la cárcel: el desarrollo de una organización dedicada al secuestro y manejada por presos y guardiacárceles; el crecimiento del poder de los hermanos Borges (Claudio Rissi y Nicolás Furtado ), que serán los cabecillas de esa banda y el personaje de Emma ( Martina Gusmán ) que se vinculará a Miguel en el futuro.
La organización dedicada a secuestrar gente
En la segunda temporada, o sea en la precuela, quien maneja los resortes de los negocios sucios en el penal es El sapo (Roly Serrano). Los hermanos Borges, Mario y "Diosito", recién llegados, no tienen ningún poder allí adentro. Los negocios que tienen lugar en ese momento están vinculados a la prostitución, oficio al que obligan a ejercer a los familiares de algunos presos afuera de la cárcel, al tráfico de drogas que se introducen al presidio, a las apuestas por peleas violentísimas que se organizan entre algunos reclusos y al cobro por protección. La mayor tajada de lo que se recauda por estos negocios se la lleva El Sapo. El director de la cárcel, Antín ( Gerardo Romano ), recibe un porción menor de la misma. En camino hacia lo que vendrá después todo esto deberá cambiar. El poder de los Borges irá en aumento y decrecerá el de El Sapo. En estos cambios el negocio más rentable será el de los secuestros que se irá armando con el correr de los nuevos episodios y que tendrá como víctima a la hija del juez Lunatti.
El director de la cárcel
El personaje de Antín tenía mucho poder en los episodios que se vieron durante la primera temporada. Él era el que determinaba la suerte de lo que pasaba con los reclusos y movía los hilos para que ocurriera tal o cual cosa dentro y fuera del penal. En esta segunda temporada se ve que en el pasado su poder no era tan grande y estaba eclipsado por lo que podía hacer El Sapo. Durante los episodios de esta segunda temporada se verá crecer su poderío y establecerá alianzas con los hermanos que serán los futuros dueños del lugar, al mismo tiempo que teje las redes para que estos no sean los dueños absolutos del lugar y lo dejen afuera a él.
Emma
La asistente social que hace Martina Guzmán ingresa a trabajar en la prisión bajo las órdenes de Rita ( Verónica Llinás ). Más allá de que es novata en el trabajo, no representa a una personalidad tímida. Al contrario, en la precuela se encargará de poner al descubierto varios de los hilos con que se manejan las prácticas delictivas adentro del penal, con lo que muestra el carácter que tendrá luego su forma de actuar. En la continuación de la historia, como se vió antes, tiene un rol destacado en la búsqueda del hijo de Miguél, que está desprotegido fuera del penal, mientras su padre queda encerrado y en problemas en esa cárcel.
La sub 21
Se trata del grupo de jóvenes que habita la villa que se armó en el patio de la cárcel. Este grupo tiene una cierta autonomía a lo que ocurre con quienes detentan el poder adentro del penal. Pero al mismo tiempo su apoyo a uno u otro personaje de peso le confiere la capacidad de mandar. En la precuela que se está viendo se contará la historia de cómo se formó este grupo y cómo sus miembros juegan por momentos a favor de El Sapo y en otros, para los intereses de los Borges. Entre los personajes más destacados de este grupo están César, al que interpreta Abel Ayala, que participar de todas las acciones en los que hay lucha o peleas de puños, Oaky, al que le pone el cuerpo Rodrigo Noya y el pequeño, al que se lo conoce como Pedro, "Pedrito" o "El enano", que es el personaje revelación que compuso Brian Buley.
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