El legado de una familia de artistas, en una actriz todoterreno
Desde hace seis años, Sofía González Gil dirige Así de simple, una pieza de culto; también actúa en dos obras teatrales
Crecer en una casa con una sala de ensayo en el fondo. Como si nada, a la hora del almuerzo o los deberes, ver pasar un batallón de personas con caras felices. Una y otra vez, todos los años, siempre, una rutina igual que ir a la escuela. Difícil escapar a ese destino familiar: Sofía González Gil y sus hermanos menores, Francisco y Manuela, los tres hijos del director Manuel González Gil y la actriz y docente Ana Lascano, eligieron el teatro como forma de vida.
"Siempre quise ser actriz, nunca me imaginé otra cosa. A mi hermano le pasa lo mismo y mi hermana prefiere estar detrás de escena, pero a los tres nos gusta; acompañábamos a mis viejos desde chiquitos a los ensayos y nos podría haber pegado mal y odiarlo, pero nos enamoramos del teatro, es mágico", dice Sofía, que desde muy chica empezó a estudiar actuación con su mamá y no paró más. Ahora le toca festejar algo que no tenía previsto: la sexta temporada de Así de simple, la obra que escribió con su amigo, el actor y psicólogo Ignacio Bresso, y que dirige desde 2014 cuando se estrenó en El Método Kairós.
"Tuvo varias reescrituras porque con el tiempo cambiamos. Se habla de amor y desamor, de convivencia, de lucha con uno mismo y, por supuesto, la evolución que se logra con los años. Tuve que modificar lo que ya no me representaba. Hay escenas enteras que volaron y otras que son nuevas", dice sobre la puesta actual en El Picadero, en la que actúan Ignacio Bresso, Julieta Gonçalves, Francisco González Gil, Magdalena Pardo, Andrés Passeri y Ailin Zaninovich, seis actores para dos personajes.
Clara y Joaquín se aman, pero van a separarse. En varios segmentos sin orden cronológico, Así de simple recorre la historia de esta pareja, pero con el altavoz interior puesto: la parte racional, la emotiva y la social, cada una con sus argumentos, discuten cuál es la mejor conducta a tomar. "Quería reflejar eso de tener distintas voces en tu cabeza que te tironean. Como Ignacio es psicólogo, aportó mucho sobre estos desdoblamientos del yo", dice sobre su primera obra escrita y dirigida en la que nunca se planteó la posibilidad de actuar. Quería quedarse afuera para apropiarse mejor de su rol. La experiencia la atrapó. Pero, por ahora, solo quiere dirigir sus propios textos, no los ajenos: "Estoy escribiendo otra obra que espero realizar este año. Lo que está en mi mente, lo que me tienta poner en el escenario son los vínculos, no solo de pareja, todos, cómo evolucionan. Soy muy de filosofar sobre lo que aprendí de mi vida".
Como actriz, Sofía se presenta en dos propuestas muy diferentes. Por un lado, interpreta a la reina Isabel en Cruel (basada en la tragedia Ricardo III), de Marcelo Savignone, director con quien ya había trabajado en Mis tres hermanas, inspirada en el clásico de Chéjov. "Hacer Shakespeare ya es un desafío, textos poéticos, tan profundos y preciosos, poder alejarme de mí. Además, Marcelo tiene una búsqueda muy personal y poco tradicional, con máscaras. Yo no las uso, pero sí dialogo con ellas y eso es nuevo para mí", dice. Por otro, en abril volverá al Microteatro con Escorpio, de Julieta Otero, la minicomedia que tuvo muy buena recepción el año pasado.
Si bien su nombre está más asociado al teatro musical, prefiere el teatro de texto. Pero reconoce que debe pasar porque participó en dos musicales muy exitosos: Te quiero hasta la luna, de Matías Puricelli, y El otro lado de la cama, de David Serrano y dirección de Manuel González Gil. Con la primera, fueron siete temporadas junto con su expareja Francisco Ruiz Barlett. Con la otra, tres temporadas en la calle Corrientes, una en Mar del Plata y gira por todo el país. "No nos quedamos con ganas de nada. Fue muchísimo aprendizaje, porque la obra tenía un ritmo de sitcom, tardé en adaptarme, en entender el código, porque venía de otro palo. Pero probé y probé hasta que lo encontré y lo disfruté muchísimo. Y nunca había trabajado ante tanta cantidad de público. La gente lo quiere mucho a Nico Vázquez", dice. Ese ritmo televisivo también le costó cuando participó en la serie Guapas (2014), en la que le tocó ser la hija de Araceli González: "Es la única vez que tuve continuidad. Fue muy bueno para mí, una experiencia hermosa, porque tenía mis prejuicios con la tele, el que no se ensaye, la inmediatez y demás. Aprendí que no es fácil estar ahí, hay que estar muy atenta, es otro idioma, otra gestualidad, donde tenés que aprender de cero".
Con el papá hoy mantiene una relación de pares. Dice que eso es nuevo, antes no pasaba, pero que el intercambio continúa. Siempre se cuentan qué les gusta y qué no de lo que hacen. "Lo consulto no solo porque es mi papá, sino porque me interesa su manera de trabajar, el trato que brinda y su cabeza. Algunas de sus obras me gustan mucho. Hoy: El diario de Adán y Eva es mi preferida, lejos. ¿La que menos? Uy, no me acuerdo. Creo que Las chicas del calendario", dice Sofía, que, además de actriz, autora y directora, es vestuarista. También, de alguna manera, por sugerencia del padre: "Ya hace tiempo que no lo hago, pero fue la carrera que elegí no bien terminé el secundario. Lo hice como plan B porque me daba un poco de temor no tener trabajo como actriz. Mi papá me recomendó tener siempre otra cosa para épocas duras y me decidí por algo relacionado. Pero no llegué a recibirme, la actuación pudo más".
La tensión entre los diferentes procesos creativos del teatro también es un tema familiar. Manuel trabaja sin parar, en varios proyectos a la vez (en la Argentina y en México), y con los requerimientos propios de las salas comerciales. Sofía se mueve con comodidad en el universo autogestivo del off. "Son tiempos distintos, no te corren con el deadline, podés vivir el proceso hasta lograr lo que buscás y no apurarte. Yo le insisto mucho para que haga eso otra vez, como antes, con un proyecto al menos. Aunque algo así, intermedio, le está pasando con La naranja mecánica, que está en el Kairós", dice acerca de la obra de Anthony Burguess que dirige su padre.
Mucho de lo vivido en su carrera comenzó a ser repasado por Sofía a la luz de los testimonios de mujeres que se animaron a contar experiencias de acoso, abuso y violencia. "Hay cosas que parecían naturales y que ahora te das cuenta de que no estaban bien, cosas que hoy no dejaría pasar. Celebro esa conciencia y apoyo totalmente este camino. Me siento muy representada por el movimiento de mujeres y espero que el cambio no tenga vuelta atrás", dice la directora de bajo perfil y alta frente.
Así de simple
De Ignacio Bresso y S. González Gil
Teatro Picadero, Pje. Enrique Santos Discépolo 1857
Miércoles, a las 21. Desde $350
Cruel (basada en la tragedia Ricardo III)
De Marcelo Savignone
Centro Cultural Recoleta. Junín 1930
Sábados, a las 21.30. $180
Escorpio
De Julieta Otero
Microteatro. Serrano 1139
Jueves y viernes de abril.
A partir de las 22.30. $112
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