El hotel es un cuerpo: un ciclo de tres historias que representa un hito histórico para la inclusión y el teatro
La actriz Daniela Ruiz, activista por los derechos de las comunidades travesti trans y la identidad indígena, estrenó un unipersonal sobre su vida en el Teatro Nacional Cervantes
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“Nunca se me hubiese ocurrido soñar que un día iba a estar contando esto en el Salón dorado del Cervantes”, dice Daniela Ruiz, nombre del personaje y de la actriz del unipersonal que se estrenó el jueves 15 en la sala Luisa Vehil (ex Salón Dorado) del teatro nacional, basado en su historia de mujer trans.
El marco es más amplio que esta obra escrita y dirigida por Ana María Bovo. El proyecto incluye tres historias, reunidas bajo el título El hotel es un cuerpo: la primera, Divina, que acaba de empezar sus funciones; la segunda, Lorena, en julio, escrita por Felicitas Kamien y Federico Liss, y dirigida también por Kamien, con actuación de Payuca; y en agosto, Reina, texto y dirección de Natalia Villamil, con Maiamar Abrodos.
Esta tríada tiene una inspiración común, el libro Cuatro Legendarias en el Hotel Gondolín, del escritor Dani Zelko junto con Marlene Wayar, Marisa Acevedo, Zoe López y Viviana Borges, cuatro representantes de la generación que peleó contra los edictos policiales y participó de la recuperación del “Gondo”, en Villa Crespo, como espacio autogestionado y habitado por feminidades trans travestis. Además del texto, puede accederse en forma gratuita al audiolibro, con las voces de la escritora y actriz Camila Sosa Villada y la poeta y cantante Susy Shock.
Volvamos al Cervantes y a la gran noche de Daniela Ruiz, la única de las tres actrices de El hotel es un cuerpo que pasó por el Gondolín cuando muy joven migró de Salta a Buenos Aires.
“Mi vida es como la de muchas otras norteñas, estas marronas del norte, de comunidades indígenas que vienen expulsadas por el sistema a un hotel en la ciudad. Estoy tranquila, contenta, agradecida a la vida, a la lucha de las compañeras y a esta revolución antirracista. Tener mis rasgos indígenas y poder ocupar este espacio con un unipersonal es importante para cualquiera de nosotras. No estoy como espectadora ni limpiando los baños sino en el escenario: eso es político y es muy esperanzador. Invité a muchas amigas, les dije que vengan, que no pasa nada, tenemos que ocupar los espacios: esta visibilidad es un paso histórico”, dice la actriz activista transfeminista, antirracista y miembro de Identidad Marrón.
La narradora oral, escritora y directora Ana María Bovo no conocía a Ruiz. El encuentro entre ambas se debió a la convocatoria de la actual gestión del Cervantes. Para esta experta en unipersonales -ganó varios premios por Maní con chocolate-, el proceso de ensayos fue un aprendizaje recíproco: “Decidí trabajar con materiales de su propia vid, con la arcilla de sus propias experiencias para encontrar el cruce con el libro que le dio origen al proyecto. La vida de Daniela contiene todos los elementos que requiere una historia clásica porque es el viaje de una heroína en la búsqueda de su identidad”. En los otros dos próximos unipersonales, los dirigidos por Kamien y Villamil, se trata de historias de ficción, sin ningún elemento autobiográfico de las intérpretes. Por eso, en este caso tiene mucho valor testimonial y personal, momento que fue (y será) acompañado por muchos colegas y amigos.
Para el actor Manu Fanego, uno de los presentes, “está buenísimo que lleguen estos espectáculos que hace rato vienen latiendo, desde los márgenes de la cultura, a un espacio legitimador como el Cervantes: es necesario y esperanzador para la sociedad entera”. A su lado, el performer, director e iluminador Jorge Thefs, se refirió a que era “muy positivo e interesante que el teatro oficial ‘oficializara’ estas narrativas que siempre estuvieron al margen y que, a su vez, esas narrativas lleguen a este espacio compartido”.
Con un gran ramo de flores, las actrices Victoria Fiorella Sosa y Bianca Méndez, ambas de la Asociación Siete Colores Diversidad (colectivo de artistas LGBTIQ+), quisieron participar de este inicio. “Las personas que vienen al Cervantes, que son de determinada clase social, van a poder conocer el trasfondo de la historia trans”, dijo Méndez. Tampoco faltaron representantes de Identidad Marrón, como el abogado Alejandro Mamaní: “Daniela es una referente histórica de las luchas travesti trans, indígena, marrón. Por eso, esto es un gran paso, es inclusión, es un hito nacional e internacional. Argentina es un país muy avanzado en este aspecto y, sin duda, es un día para festejar”.
Entre las legendarias, se encontraban Zoe López y la psicóloga Marlene Wayar, referente intelectual del activismo travesti trans latinoamericano, quien manifestó algunos matices distintos con respecto a la puesta teatral: “Reconozco la honestidad de este trabajo y la posibilidad de llegar a otros espectadores. Me dejó inconforme porque esperaba que me sorprendiera, que me desafiara, pero entiendo que, como toda la sociedad argentina está en el medioevo, hay que volver a plantear obras del medioevo o romanticonas. Salvo algunos momentos brillantes donde vi lo travesti, está pensada para un público heterosexual”, dijo. En cuanto a la dirección, ninguna de las tres directoras elegidas es travesti, algo que la pensadora consideró “una deuda”.
“Podrían haber codirigido, como un aprendizaje, una experiencia. La riqueza está en buscar lo no colonizado por la heterosexualidad en las sujetas travestis para indagar qué nueva impronta podemos dar. De todos modos, repito, me parece necesario que todo un país vea El hotel es un cuerpo”, dijo Wayard, acompañada de Feda Baeza, directora del Palais de Glace, donde Wayar trabaja en el área educativa. En 2021, fue esa institución la que produjo y presentó el libro El hotel es un cuerpo e iba a coproducir la obra con el Cervantes. Pero, finalmente, no pudo ser por distintos desacuerdos y quedó en manos únicamente del teatro.
Con un emocionado y largo aplauso terminó esta primera función, en medio del conflicto gremial que hace tiempo se mantiene entre los trabajadores del TNC y las autoridades dependientes del Ministerio de Cultura por los pagos extras del fin de semana, entre otros problemas salariales. A pesar de todo, en ese contexto y sin dejar de declarar que hay mucho por conseguir hasta lograr igualdad de derechos, el clima era de un enorme orgullo. Las puertas ya no están cerradas: el frío atardecer del jueves 15 formará parte de la memoria colectiva, para el teatro y para todos los públicos.
PARA AGENDAR
El hotel es un cuerpo. Funciones: de jueves a domingo, a las 18. En Teatro Nacional Cervantes, Libertad 815. Entradas: $ 900.
Divina, de Ana María Bovo. Hasta el 2 de julio.
Lorena, de Felicitas Kamien y Federico Liss, y dirección de Kamien. Desde el 13 hasta el 30 de julio.
Reina, de Natalia Villamil. Desde el 10 hasta el 27 de agosto.
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