Estuvo a "cinco minutos" de desplazar a Elvis Presley de su trono de rey del rock and roll, pero cayó en desgracia por culpa de su vida privada y su carrera se desbarrancó. Jerry Lee Lewis, que de él se trata, era un genio musical que hacía bailar a las piedras allá por la década del 50 y que tocó el cielo con las manos con su éxito "Great balls of fire", pero el matrimonio con su sobrina de 13 años lo marginó del estrellato cuando estaba en pleno apogeo.
The Killer, como se lo conocería mundialmente años después, había nacido el 29 de septiembre de 1935, en Ferriday, Luisiana, en lo que se conoce como el "cinturón de la Biblia" estadounidense. Sus padres, Mary Ethel Herron y Elmo Kidd Lewis, eran extremadamente pobres, a tal punto que tuvieron que hipotecar su casa para comprarle un piano a su hijo, cuando este ya pintaba para prodigio de la música.
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En sus primeros años de adolescencia comenzó a acudir, junto con su primo Jimmy Swaggart (el que luego crearía el teleevangelismo), a los guetos negros para escuchar a los cantantes de blues y aprender de ellos. Su posterior producción tendría mucha influencia proveniente de estas escapadas para oír la que muchos consideraban por esa zona "música pecaminosa".
El día que cumplió 14 años, el 29 de septiembre de 1949, hizo su primera aparición pública en un espectáculo montado por la compañía de automóviles Ford en su ciudad natal. Ya ahí, Jerry mostró que estaba predestinado a cosas mayores.
A los 16 años, su madre lo envió a una escuela religiosa de Waxahachie, Texas, para que interpretara música exclusivamente religiosa, pero pronto fue expulsado por tocar una versión de "My God is real" en estilo boogie-woogie. Ese mismo año se casó por primera vez y un año después, sin divorciarse de su primera esposa, contrajo matrimonio con quien estaba embarazada de su primer hijo: Jane Mitcham.
En 1956, después de leer un artículo sobre Elvis Presley en una revista, viajó a Memphis para probar suerte grabando en su misma compañía discográfica, Sun Records. Hasta que el 4 de diciembre de ese mismo año se produce un acontecimiento histórico cuando, en una sesión improvisada en la sede de la compañía, graba varios temas junto con Elvis, Carl Perkins y Johnny Cash. Inmediatamente, fueron bautizados "El cuarteto del millón de dólares".
Su ascenso fue vertiginoso, como todo en su vida: en 1957, alcanzó un éxito masivo con "Whole Lotta Shakin' Goin' On", una canción que causaba polémica por su contenido sexual, pero que hacía "bailar a las piedras". Fue tocada en vivo por primera vez en un bar de Arkansas el 22 de febrero de ese mismo 1957 e impresionó tanto al público que la tuvieron que repetir 25 veces en la misma noche.
Unos pocos meses después se superaría a sí mismo al componer, junto con Jack Hammer, el que se convertiría en el mayor éxito de su carrera: "Great Balls of Fire" ("Grandes bolas de fuego"). Aunque en un principio Jerry se rehusaba a grabar esta canción, porque tenía contenido blasfemo, finalmente accedió y un impacto mundial, posicionándose como número uno en los Estados Unidos y en el Reino Unido.
En esa época se produce la que quizá sea la anécdota más conocida en la carrera de Jerry Lee Lewis, la que dio origen a su fama de artista problemático, que le daría su apodo de "The Killer" (El asesino): en una actuación en un teatro de Nueva York , Lewis fue asignado como telonero de Chuck Berry . Como protesta, subió al escenario con una botella de gaseosa llena de gasolina con la que, mientras interpretaba Great Balls of Fire, prendió fuego al piano. Al terminar de tocar, pasó al lado de Berry y le dijo al oído: "Supera esto, negro".
A principios de 1958, con solo 22 años, Lewis estaba en el punto más alto de su carrera. Lo que tocaba lo convertía en oro, hacía bailar al mundo entero, se empezaba a llenar de dinero y estaba a punto de desplazar al gran Elvis de su trono de Rey del Rock. Pero... siempre hay un "pincelazo" que lo arruina todo.
El 22 de mayo de 1958, Jerry llega a Londres para una de sus giras. Apenas pisa el aeropuerto, un periodista le pregunta la edad de la chica que lo acompañaba, que se llamaba Myra Gale Brown. Lewis dice "15", pero en realidad tenía 13. Eso no era lo peor: Jerry se había casado con ella… y sin divorciarse de su segunda esposa. Y eso tampoco era lo peor: la chica era su sobrina, hija del bajista del grupo, J.W. Brown.
El escándalo fue tan grande, que después de tres conciertos fallidos, debió cancelarse la gira y Jerry fue deportado. El escándalo siguió a Lewis hasta los Estados Unidos y como resultado de ello, fue casi apartado de la escena musical, pasando de ganar 10.000 dólares la noche a 250 dólares. Ni él ni su carrera lograron recuperarse de eso: se truncó así el ascenso de uno de los más grandes genios musicales que alumbró el rock mundial. Lewis, que aún vive, tuvo una especie de resurgimiento décadas después, pero ya nada fue lo que podría haber sido.
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