El fueye , con acento alemán
Vuelven a fabricarse los legendarios bandoneones Doble A
Las pocas certezas históricas y la necesidad casi imperiosa que todo mito requiere para que sus verdaderos orígenes queden lo suficientemente neblinosos, han contribuido al surgimiento de algunas hipótesis y leyendas sobre el modo en que el bandoneón llegó al Río de la Plata.
Las conjeturas apuntan a los trágicos días de la Guerra de la Triple Alianza y a algún alemán furtivo venido a América con algún instrumento. Es poco verosímil que Heinrich Band, el luthier que en la ciudad de Krefeld ideó este aerófono, hubiera imaginado que el instrumento que perpetúa su nombre sería el que otorgaría el color y el timbre característicos del tango. La conquista de América y el gran negocio tuvieron su momento culminante cuando alrededor de 30.000 bandoneones fueron importados entre 1930 y 1940. Las siglas AA estampadas en la gran mayoría de ellos, responde a que el nombre del fabricante, Alfred Arnold, era la garantía de la nobleza del instrumento.
El ocaso del tango, nunca la defunción tan declamada, también tuvo su correlato cuando en Carlsfeld, Sajonia, la célebre firma se quedó sin mercado y cesó la producción. Desde entonces, la compra del bandoneón usado fue la única alternativa posible.
El creciente entusiasmo internacional desde "Tango Argentino" creó las condiciones necesarias y, sorpresivamente, la mítica Doble A vuelve a la vida. Su responsable, Uwe Hartenhauer, estuvo en Buenos Aires para anunciar el regreso con gloria de la fabricación de nuevos bandoneones. "La licencia para la producción, fiel a la original, de los bandoneones AA fue transferida por los descendientes de Alfred Arnold al municipio de Carlsfeld con la condición de reanudar la producción en el lugar de origen. El contexto actual es conveniente y ya hemos comenzado el proceso en la misma casa de Arnold, que hoy también es el Museo del Bandoneón."
-¿Existe alguna otra empresa que fabrique bandoneones?
-En Berlín sigue la fabricación de los Premier, pero no son iguales a los antiguos y en la Argentina no tuvieron aceptación. Por otra parte, en Japón también se han comenzado a elaborar, pero no tienen el mismo sonido y no responden a las características del instrumento alemán.
-¿En qué estado se encuentra el proceso de la producción?
-Estamos comenzando. Nuestro interés es que los nuevos bandoneones tengan el mismo tipo de sonido que los viejos Doble A, para lo cual nos hemos preocupado de obtener el concurso y el asesoramiento de los antiguos trabajadores de la fábrica. También utilizaremos los mismos materiales, pero, por ahora, prescindiremos del nácar y de otros detalles de ornamentación porque se encarecerían mucho.
-¿Qué perspectivas intuye para los Doble A?
-Hay un resurgimiento del tango en el mundo y también en la Argentina. Creo que somos la nueva generación de bandoneones y que mucha gente joven verá con agrado instrumentos para estrenar. Pienso que el futuro de los Doble A está ligado íntimamente al tango.
Ciudadanía argentina
Hacia principios de este siglo, figuras legendarias como el Pardo Ramos Mejía o Domingo Santa Cruz, vaya a saber cómo y por qué, estuvieron entre los primeros que aportaron nuevo sonido a la nueva música.
Luego llegarían, entre muchos otros, y cada vez más independizados de funciones violinísticas, Vicente Greco, Pacho Maglio y su fantástico cuarteto, Enrique "Minoto" di Cicco poniendo sus sonidos iniciales a "La cumparsita" de Matos Rodríguez, la valerosa Paquita Bernardo (la primera gran bandoneonista de la historia), Osvaldo Fresedo y sus refinamientos, hasta llegar a Eduardo Arolas, el primer gran virtuosos del instrumento.
Después de la década del 20, con su sonido mágico y músicos de técnicas cada vez más pulidas, el bandoneón, Doble A o Premier adquirió su innegable ciudadanía argentina. Aunque antes y ahora se fabrique en Alemania, en la cuenca del Ruhr, y bien lejos del suburbio.